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¿Qué fue de la banda de K-pop más conocida en el mundo?
¿Qué pasó con Bangtan Sonyeondan?
¿Formaron sus vidas?, ¿son felices?
Ahora cada uno vive su propia vida.
sᴇ...
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Aquella oficina estaba en silencio, sólo se podía escuchar el sonido del teclado y el claro sonido del papel siendo hojeado.
Reclinandose en la silla de cuero negro, JiMin removió sus hombros un poco, tronando así los huesos de su espalda. Removió sus lentes de trabajo, cerro un poco sus ojos ya cansados de estar pegado a la computadora desde que llegó y se sentó en aquella silla.
La puerta fue tocada y antes de que JiMin entrará, la figura de un hombre mucho mayor, con un poco de barriga cervecera y un despojó de barba cenizosa se dejó ver en aquel rostro regordete.
Era el jefe de JiMin.
"En verdad lo siento JiMin-ah, pero sabes que las clases no pueden seguir siendo pospuestas, perdona hacerte venir así tan de repente" fue lo primero que dijo el hombre regordete.
JiMin acomodo sus lentes y masajeo un poco en centro entre sus cejas, suspirando, puso una sonrisa en su rostro.
"No se preocupé, yo entiendo señor Kang, es sólo que hay mucho papeleo... Y cuando digo mucho es porque en verdad lo hay"
El señor de apellido Kang se sentó en el sillón al lado izquierdo de la oficina. "Lo sé, no pensé que ese subordinado mío no haría bien su trabajo y desorganizó todo el horario que enviaste"
Él solo pudo suspirar. Las apariencias si que engañan.
"Ummm, ya se lo había dicho señor Kang, no se puede confiar mucho en alguien"
"En"
Tomando la taza de vidrio a su lado, bebió del té negro, degustando de la calidez que bajaba por su garganta hasta la boca de su estómago.
"JiMin-ah..."
El nombrado alzó la cabeza para verle directamente a los ojos. "Si" respondió él.
"Cuando te cases, ¿cómo le harás con este trabajo? Tus clases siempre son las más solicitadas y casi siempre estás lleno de alumnos, ¿renunciaras para vivir en Seoul con... Con tu esposo e hijo?"
Los dedos de JiMin se apretaron alrededor de la taza. Eso... Lo había pensado pero no sabía cómo decírselo a YoonGi. Amaba su trabajo, pero su trabajo quedada en Busan, su pareja e hijo vivían el Seoul.
"Aun no sé, me gusta este trabajo. Realmente me gusta"
El señor Kang asintió lentamente, poniéndose una de sus manos sobre su barbilla hablo: "Y qué tal si trabajas los fines de semana? Puedo hablar y mover tus horarios para los sábados y domingos"
JiMin se lo pensó, más aún así primero debía hablarlo con YoonGi. Estában a unas semanas para entrar en julio. Pronto se llegaría la gran fecha y siendo sincero no quería pensar en nada del trabajo y esas cosas estresantes.
"Lo pensaré señor Kang, primero debo hablarlo con mi esposo" sonrió al final.
El señor Kang asintió y luego se levantó del sillón.
