(3) El mocoso irritante

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¿Alguna vez se han preguntado por qué cuando ruegan para que algo no les pase... Es la primera cosa que les pasa?

Pues ahí estaba el pobre pelinegro maldiciendo toda su existencia, era el peor día que había vivido  desde que tenía memoria....

Bueno no...

Ese puesto lo tenía el día en que se le ocurrió que era buena idea creerle a Dazai Osamu cuando le ofreció un vaso de ron diciendo que era algo bueno y suave para empezar a beber.

—¿Y ahora que se supone que hago? — murmuró para si mismo viendo la pantalla apagada de su celular mientras intentaba procesar la llamada que había recibido hace apenas unos minutos.

"El jefe quiere verte"

¿Tendré que ir ahora?...

¡Mierda Ryū!

¿¡No podías ser más específico!?

Tampoco podía pedirle mucho a su compañero, Akutagawa no era alguien fanático de hablar mucho por teléfono y tampoco era muy paciente para repetir lo que ya había salido de su boca.

Aún no comprendo del todo como somos cercanos...

Acomodó su mascarilla mientras contaba mentalmente hasta diez y comenzó a caminar hacia el enorme edificio del cual había escapado luego de chocar con Nakahara.

Me voy a morir ¿Verdad?

Sí, es eso,  quien sabe que hice ahora y ni cuenta me di.

Con la suerte que tengo...

Miró a su alrededor sin mucho interés, las personas que caminaban cerca suyo  iban completamente despreocupadas, cada uno viviendo en su propio paradigma.

Si supieran que eres un asesino... 

Sacudió su cabeza negando varias veces para intentar callar a la molesta voz de su conciencia, últimamente era mucho más insistente y molesta de lo normal.

Aunque no miente... Soy un asesino.... 

Realmente me pregunto que diría Chuuya si se enterara de todas las atrocidades que he  hecho.
¿Qué cara pondría? ¿Asco? ¿Tristeza? ¿Enojo? 

Supongo que me golpearía con el puño en la cabeza como cuando éramos más jóvenes.

...

El ejecutivo caminaba tranquilamente por los pasillos del enorme edificio, su jefe lo había mandado a llamar porque necesitaba comunicarle algo verdaderamente importante.

Su ceño se mantenía fruncido, la imagen del chico con quien había chocado hace un rato no abandonaba su cabeza y las preguntas sin respuesta alguna que su cerebro formulaba lo estaban sacando de quicio.

Abrió la puerta aguantando las enormes ganas que tenía de sacarse de encima toda su rabia y desquitarse con el material de color marrón. Bufó con suavidad intentando olvidarse de sus problemas, entrando a la oficina de Mori, quien hasta su llegada estaba mirando a la pequeña Elise dibujar.

—¿Me ha mandado a llamar? — Preguntó con un tono neutro mientras hacía una pequeña reverencia quitando su sombrero en muestra de respeto y posteriormente avanzaba hasta el escritorio donde se encontraba sentado el jefe de la port mafia.

—Oh, Chuuya-kun~. — el hombre sonrió ampliamente acomodándose en su silla mientras le indicaba al pelirrojo con un gesto que tomara asiento frente a él.
—Tengo grandes noticias para ti.

Efímero [Nakahara Chuuya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora