Una cruda y cruel realidad

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[El apartamento de Fernando estaba realmente silencioso, después de tener una larga conversación con ese personaje ficticio sobre cosas urgentes, tuvo el presentimiento de que Ayano no tendría más preguntas sobre todo lo que había ocurrido.

Jessa estaba dormida en su hogar dos casas al lado, parecía tener uno de los sueños más placenteros que pudo haber tenido en toda su triste existencia como enfermera.

Sin embargo, su descanso terminaría antes de lo esperado...]

-¡CUIDADO ABAJOOO!

[Esa rubia tintada sintió uno de los golpes más fuertes, directo en su estómago descubierto por las sabanas.

Se despertó totalmente energética y agresiva con todo en su habitación, veía a todo como un enemigo que debía asesinar ahora mismo. Y esa niña rubia con vendas en todo su cuerpo, era la intrusa que debía morir...]

-¡Aaaaaah! – [Un grito agudo sonó de esa enemiga asustada...]

[Desde la habitación del chico dormido junto a esa nueva amiga, escucharon un estruendo realmente fuerte, lo suficiente como para oír un grito de dolor después del golpe. Ambos se levantaron rápidamente y comenzaron a correr por el corto pasillo hasta el hogar de Jessa.

Abriendo esa puerta como si el fin del mundo se acercara...]

-E-enemiga vencida. – [La mujer se encontraba con el puño caliente del golpe dado, y una chica vendada estaba en shock contra la pared]

-¡¿Toshino Kyoko?!

[Por alguna razón, ambos gritaron ese icónico nombre al mismo tiempo; Ayano sin más empezó a mirar a su amigo tratando de evitar esa mirada amenazadora de la pelimorada]

-Esa es mi frase, no la copies.

-Lo siento.

-¡¿Esa es Kyoko?! – [Jessa se asustó por darle un golpe fuerte a una simple niña]

[Todos se acercaron hasta la temblante chica en la pared, con una marca de puño en su cachete y la mirada hacia un lado cubierta de lágrimas...Sonriendo en shock]

-Y-ya me siento en casa... - [Kyoko pudo decir unas últimas palabras antes de dormirse nuevamente]

. .

. .

[Su mente era un desastre de proporciones ancestrales, ese tipo de palabras discriminantes decía Ayano cuando miraba al amor de su vida tendido en un sofá, recubierta de vendas]

-Jess.

-Son heridas de bala, con tantas en su cuerpo. No debería estar viva...

-¡¿Está muerta?!

[Ayano instintivamente quería acercarse hasta su amiga preocupada, pero la intervención de esos enfermeros capacitados fue suficiente para calmar a esa energética chica. Volvía a recordar los acontecimientos que la llevaron a terminar en ese mundo fuera de peligro, pensando seriamente.

Que le habrá ocurrido a Toshino Kyoko antes de que ella saltara de la ventana]

.

[Los profesionales en la medicina básica quitaron todas las vendas de la rubia dormida, parecía estar sedada con ese puñetazo por parte de Jessa y era lo mejor porque tenia algunas de sus heridas con mínima infección, lo que significaba que ella salió de una cama de hospital.

En lo que la duchaban suavemente las dos mujeres en el baño pequeño. Fernando hacia una llamada, uno de sus amigos era mejor en esos casos de victimas confundidas, puesto que era un policía]

Peligrosa Obsesión +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora