i will not leave you ; jungkook jeon

d i e c i s i e t e

—¿¡Por qué no me dijiste que era tu pareja!?

—Porque te ibas a negar, ¿o me equivoco?

Seulgi lo miró. —Al menos podrías haberme dicho 'no te hagas ilusiones, solo queda una persona, y esa soy yo'.

—Es lo mismo en otras palabras.

Seulgi rodó los ojos. —Como sea, alguna chica de seguro querrá ser tu pareja e intercambiar. Todas se mueren por bailar con Jeongguk.

—¡Alto ahí! —Le gritó él cuando la vio agarrar su bolso y la manija de la puerta. —Yo te elegí como mi compañera, porque yo si quiero bailar contigo.

Seulgi se giró a mirarlo.

—¿En serio?

—¡Si! ¿Qué hay de malo en eso?

—Nada, yo, simplemente pensé que como vivimos juntos y la mayoría del tiempo estamos juntos, no creo que quieras seguir viéndome más.

—La única que piensa eso sos vos. ¡Nunca lo dije!

—¡Bueno pero yo si lo pensé porque soy insegura!

Jeongguk comenzó a reír.

—Hablo en serio.

—Solo vamos a practicar, ¿si?

—Bien. —Seulgi apoyó su bolso en el piso nuevamente y se acercó a él preguntando que debían bailar, a lo que él contestó con una sonrisa burlona en su cara, 'un lento'. —¡¿Qué!? Tiene que ser una broma.

—En mi defensa, los bailes los asignó el profesor, así que no tengo nada que ver. —Seulgi nunca iba a enterarse que primero habían escogido el baile y luego las parejas.

—¿Y ya tienes algo preparado? O, no lo sé.

—No, quería que lo decidieramos juntos.

Tenían tres horas para practicar. Les costó, porque ninguno estaba acostumbrado a bailar con otro. Seulgi pisó el pie de Jeongguk reiteradas veces, y él la dejo caer al suelo tantas veces que habían perdido la cuenta y su espalda ya no sentía dolor.

Parecia ser amiga del suelo.

—¡No! —Gritó Seulgi. —Tomemos un descanso, uno solo, por favor. —Pidió casi sin aire.

Se tiró al suelo lentamente mientras su espalda la mataba y soltó un pequeño quejido llamando la atención del contrarió.

—¿Te duele mucho?

—Que crees.

—Déjame darte un masaje. —Se colocó detrás de ella, la colocó entre medio de sus piernas y comenzó a presionar levemente.

—Auch. Deberías tener más cuidado la próxima, ya estoy golpeada, no necesito más.

—Ey, ya sabes que no fue mi intención. —La menor rió. —Sabes algo, creo que podríamos cambiar el paso donde te apoyas sobre mi pierna. Tal vez intentar un giro en el aire sería lo más práctico.

Seulgi lo miró.

—¿Estás hablando en serio? Me estás dejando caer cuando salto sobre tu pierna y piensas que me vas a atrapar si me tiras al aire.

—Sólo dejate caer en mis brazos, amada. —Dijo con tono burlesco.

—No, gracias.

—Vamos, ambos hicimos ese paso ya. Separados y juntos, es algo que estamos acostumbrados a hacer.

—No lo sé.

—¿No confías en mí?—Preguntó llevando su mirada hacia la de ella y bajando sus manos hasta su cintura.