i will not leave you ; jungkook jeon

o n c e

Seulgi despertó, para su sorpresa se encontraba en su cama y aún vestida. Se levantó lentamente aunque igual se mareo, arrepintiéndose de haber tomado tanto ayer.

Cerró sus ojos al sentir el grito de su madre y deseó volver a dormir.

No iría al colegio porque su dolor de cabeza era demasiado y además, era tarde. Bajo a la cocina donde se encontraba su madre y le sirvió una sopa.

—¿Quieres algo para el dolor?—Preguntó su madre mientras Seulgi asentía. —Llegaste a las 5 de la mañana.

—¿Como llegué acá?—Preguntó luego de tomar la pastilla.

—Te trajo un chico entre sus brazos.—Seulgi rió.—Dijo que su nombre era Hyungsik. ¿No es el chico de la cafetería?

—Si.

—Es muy lindo. Deberías traerlo algún día.

—No hasta que estén saliendo.—Ambas se sobresaltaron al escuchar a Yeongcheol. —¿Como podría traer a un chico cuando no son novios?

—Las cosas ya no son como antes.—Respondió su madre. —Bien, tengo que ir a trabajar. Nos vemos luego ¿si?. —Se despidió de ambos y ese fue el primer día que comenzó todo lo malo para Seulgi.

Yeongcheol se acercó a ella y la miró. —¿Te parece bien llegar a esas horas de la noche, borracha y con un chico?

—¿Qué tiene de malo?—Preguntó Seulgi sin entender su comportamiento.

—¿Qué tiene de malo? ¡Te hace quedar como una zorra!—Gritó golpeando la mesa.

Seulgi saltó en su asiento debido al golpe.—Solo estaba pasando tiempo con mis amigos.

—¡Esas no son formas de divertirse!—El mayor la tomó del brazo, haciéndole doler enseguida a Seulgi.

—¡No me toques!—La menor se soltó bruscamente y lo miró. —Ni se te ocurra volver a ponerme una mano encima.

Yeongcheol no hizo caso a las palabras de la menor. Golpeó su mejilla y la tomó por los hombros, apretando con fuerza. —No sabes de lo que soy, Kang.

Seulgi salió corriendo cuando el mayor la soltó.  Abrió la puerta y salió de la casa con el celular en mano. Por suerte hacía calor, pero se sentía incómoda en un short y remera. No podía ir a lo de Yerim y no tenía para boletos.

Caminó hasta la parada y se sentó. ¿Le convenía llamar a Jeongguk o Hyungsik?

Buscó el contacto de Hyungsik y le preguntó si podía pasar por ella a lo que él no se negó.

Sobando su brazo debido al dolor que sentía, vio como un auto estacionaba frente a ella. Ese no era el auto de Hyungsik.

Jeongguk bajó del auto—Vamos.

—No iré a ningún lado. Estoy esperando a Hyungsik.

—¿Cuanto llevas esperándolo?

—No lo sé, ¿diez minutos? Sé que vendrá. Solo vete.

—¿Qué pasó?—Preguntó preocupado por ella, pero Seulgi no contestó y Jeongguk vio el color rojo en su brazo. —¿Él te tocó?

Seulgi se soltó de su agarré y se cubrió. Le daba vergüenza mirarlo a la cara después de lo que había pasado.

—No te interesa después de todo. Ni siquiera se que haces acá.

—Solo quiero ayudarte. —Dijo Jeongguk.

—Claro, ¿después de decirme que era una mierda? —Seulgi lo miró y volvió a sentarse en el banco.

—Me equivoqué, ¿bien? Perdóname, solo quiero sacarte de acá.