☇ 02 ❜ ⛵ˀ

972 153 85
                                    

       Desde la antigüedad, el océano siempre ha sido un lugar increíble para los navegantes, por eso, desde las hazañas más famosas hasta los navegantes más destacados y esos barcos memorables, las actividades marinas son tan vastas como el océano

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

       Desde la antigüedad, el océano siempre ha sido un lugar increíble para los navegantes, por eso, desde las hazañas más famosas hasta los navegantes más destacados y esos barcos memorables, las actividades marinas son tan vastas como el océano.

También desde los primeros días de navegación hasta el presente, siempre ha existido una creencia inusual en ir más allá del límite hacia el mundo desconocido. Las historias, supersticiones, mitos y las leyendas algo imprecisas se transmiten de generación en generación por los marineros.

Había una leyenda de un pirata que aún siendo muy joven superó a sus antepasados, era llamado el nuevo rey de los piratas. Este ganaba la victoria en todos los caminos, habría portales, robaba tesoros, él tenía el afán de ir hasta el final del ancho océano, quería confirmar las historias que le eran contadas cuando era pequeño. Cada mes, cuando el mar se inundaba con la brillante luz plateada de la luna, regresaba con su barco lleno de riquezas, llenándo su isla de prosperidad, junto a él estaba su valiosa tripulación y lo más importante, la persona que más amaba.

Pero un día la valentía y la astucia del rey pirata de repente se termino, aquel joven no volvió a ser el mismo, renuncio a su título de rey y se escondió en la oscuridad, seguía navegando por los mares, pero ya no era el mismo de antes.

Y su leyenda poco a poco se iba olvidando...













      En los últimos días San visitaba al tritón en aquella habitación, llevaba su comida y conversaban por mucho tiempo, explicaba y enseñaba algunas cosas que preguntaba el pelirosa, cuando estaban juntos las horas se pasaban rápidamente.

Todos en la tripulación se habían dado cuenta de la actitud del pelinegro, este se veía un poco alegre, no era el gruñón y serio de antes, para unos eso era un buena noticia, su antiguo capitán poco a poco se deshacía de aquella aura negra; pero para otros no era así, estaban asustados de que el ser del mar lo haya enredado en sus encantos y lo estuviera usando para poder escapar...

En ese momento el mar estaba en total calma, el agua danzaba con tranquilidad, no habían señales de que alguna tormenta se avecinara, el sol estaba justo en el centro regalado sus cálidos rayos dorados. Las botas resonaban en el piso de madera de aquel navío, las pisadas eran fuertes y precisas, se trataba del capitán, este tenía el rostro serio y el ceño fruncido.

— ¡Choi San! — el gritó resonó.

—Capitán Hongjoong dejé de gritar, dejara sordos a toda la tripulación. —aquel era Mingi el vigía, era el encargado de la observación de los peligros del mar.

—Necesito hablar con él, pero no lo encuentro en ningún lado. —gruñó un poco. — ¿Alguno de ustedes sabe dónde está? —

—Si se refiere al vicecapitán San, él hoy se levantó de mal humor. —Habló Yeosang. —Llegó a la cocina con rostro enojado y su furia se desató más cuando supo que no le habíamos llevado el desayuno al tritón. —

「𝑹𝒂𝒎𝒆́ ✰❜」ˢᵃⁿʷᵒᵒ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora