¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El plan de San no había salido tan bien como lo supuso, porque en ese momento cinco chicos tenían sus espadas dirigidas hacía su dirección y a la del pequeño detrás suyo, también el capitán Kim lo veía entre enojado y desconcertado, en realidad todos los presentes tenían caras de asombro.
El mosquete de Hongjoong estaba dirigido a Wooyoung, este era un tipo de arma parecida a la pistola pero era más grande y precisa; el pequeño tritón estaba temblando al ver a las personas malas, no quería que el lindo pirata saliera lastimado por su culpa, una de sus manos estaban entrelazadas con la del pálido, ya que así se sentía más seguro.
—San ¿te volviste loco? —Jongho preguntó, este era el encargado de la compra y distribución de las armas en el barco.
—No, estoy perfectamente bien. —respondió tranquilo sin mostrar una pizca de miedo.
— ¡LIBERASTE AL TRITÓN Y ASÍ DICES QUE NO ESTÁS LOCO! —El capitán gritó con enojo.
—No me gustaba verlo encerrado en ese lugar, es un ser vivo, además, él no se atrevería a dañar a nadie.... —San estaba atento a todo en su alrededor, no quería que lastimaran a Wooyoung.
—Te hechizo, estoy seguro que utilizó sus encantos en ti. —
—Capitán, él no es malo, está dispuesto a ayudarnos con el portal, con la única condición que lo dejemos ir, usted más que nadie sabe que lo necesitamos... —
—No me creeré esos cuentos, ahora aléjate, le colocaremos nuevamente las cadenas antes de que nos ataque y si lo hace, no tenemos más opción que dispararle. —
—No me alejare, si va a disparar, antes dispáreme a mí... ¡Ya me canse de verlo con esas tontas cadenas que le hacen daño! —
—Cálmense los dos, Capitán Kim dele una oportunidad... —interrumpió uno de los chicos. —Por si no se dio cuenta el tritón esta temblando de miedo, es inofensivo, si quisiera irse creo que aprovecharía esta oportunidad para escapar, pero en vez de eso esta sostenido de la camisa y mano de San. —
—Seonghwa ¿también perdiste la cabeza? —Hong preguntó incrédulo.
—No lo estoy, solo digo la verdad, ahora bajen las armas. —
Hongjoong realmente pensaba que todos estaban mal de la cabeza cuando vio que bajaron sus espadas.
—Yo soy el que da las órdenes aquí, Seonghwa... —le gruño al pelinegro.
—Solo quería ayudar... —Hwa se encogió de hombros, a veces el capitán era un poco insoportable.
—Capitán, solo dele una oportunidad, yo estaré a cargo de él, me haré responsable de todo. —San ya se estaba desesperando. —No te hablo como el vicecapitan, te lo digo como los amigos que somos, Hongjoong cree en mí, nunca te he defraudado y eso lo sabes muy bien. —
