El chico pelinegro de quince años estaba feliz porque iría por primera vez de pesca con su padre, este era uno de los piratas más conocidos, así que no se mantenía en la isla debido a que la mayor parte del tiempo desaparecía para ir en busca de tesoros, cuando creciera él también quería ser un gran pirata al igual que su padre.
Así que ahí estaba en un barco en medio del mar, sus oscuros cabellos se movían con el poco viento, con una de sus manos acariciaba el agua, su padre aun estaba arreglando una red de pesca.
—San, no te coloques en la orilla, el barco se mueve mucho y puedes caer al agua. —el mayor le advirtió a su hijo.
—Está bien. —pero no hizo caso omiso y siguió jugando en el agua. — Papá... —
— ¿Si? —
— ¿Las sirenas existen? —preguntó con curiosidad. — ¿Ya viste alguna en uno de tus viajes? —
—Tu abuelo cuando yo era un niño me contaba historias sobre ellas, según él si existían y había visto una, pero yo no, así que creo que solo es una leyenda. —se acercó a su hijo. — ¿Porque tanta curiosidad? —
—No sé, solo quería preguntar, aunque creo que si existen, así como la magia y los portales de los que me cuentas, tal vez cuando se sea una gran pirata como tú me encuentre con una sirena. —giro a ver a su padre y le sonrió.
—Tienes una gran imaginación, pero lo único que en lo que confío es que en un futuro serás un gran pirata. —el mayor sonrió y con una mano alboroto con la mano el cabello de su hijo.
Después de pescar regresaron a casa, pero el pequeño pelinegro no, le avisó a su padre que llegaría más tarde.
Ya que San todas las tardes le gustaba ir a aquellas grandes piedras que estaban en un lado de la playa, sentarse ahí y disfrutar del precioso ocaso, ver el sol esconderse y el cielo llenarse de colores que se reflejaban en el inmenso mar.
Bajo el mar existían criaturas las cuales los humanos no sabían de su existencia solo algunos piratas que los habían visto por casualidad, según la mayoría ellos solo eran mitos o leyendas pero no era así. El mar era gobernado por un rey, este tenía cuatro hijos, pero el más grande de sus hijos varones sería el heredero de la corona, ahora ese niño tenía nueve años, pero aún así le enseñaba las islas y los lugares que existían bajo el agua ya que en un futuro sería el que tomaría su lugar.
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「𝑹𝒂𝒎𝒆́ ✰❜」ˢᵃⁿʷᵒᵒ
Fantasyғɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴏ -𝑹𝒂𝒎𝒆́: 𝒂𝒍𝒈𝒐 𝒄𝒂𝒐́𝒕𝒊𝒄𝒐 𝒚 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒐 𝒂𝒍 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒐 𝒕𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐. 𝑪𝒐𝒎𝒐 𝑾𝒐𝒐𝒚𝒐𝒖𝒏𝒈. 𝑾𝒐𝒐𝒚𝒐𝒖𝒏𝒈 𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒖 𝒎𝒂𝒓 𝒚 𝒔𝒖 𝒂𝒏𝒄𝒍𝒂. 𝑺𝒂𝒃𝒊́𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓 𝒂 𝒂𝒒𝒖𝒆𝒍 𝑻𝒓𝒊𝒕𝒐́𝒏 𝒕𝒓𝒂𝒆�...