No pude pegar ojo en toda la noche, los remordimientos venían a mi mente una y otra vez. Había sido infiel. Aunque había sido un solo beso, si Giulia no nos hubiese pillado no sé qué hubiera pasado, en ese momento no me había importado nada. Tendría que hablar con Andrea, no podía seguir a su lado después de lo que había sucedido ¿con qué cara podría mirarle? Estaba decidida a romper la relación, no quería tropezar otra vez con la misma piedra y volver a cometer los mismos errores del pasado.
Aparté las sábanas hacia un lado levantándome de la cama, sabía que iba a ser un día complicado y con ese augurio me dirigí hacia la cocina. Escuché voces a lo lejos, eran Carlotta y Nello que callaron en el mismo instante que entré por la puerta.
- Buenos días. – Nello saludó con un movimiento de cabeza. – ¿Dormiste bien?
Asentí, el ambiente era tenso y sabía que algo malo había ocurrido. Mi amiga apenas había saludado, su rostro reflejaba angustia.
- Os dejo a solas para que podáis hablar.
Contemplé como Nello depositaba un suave beso en la frente de Carlotta y salía de la cocina dejándome una pequeña caricia en el hombro mientras ella no paraba de tocarse el pelo evitando mi mirada .
- ¿Qué ocurre? ¿Ha pasado algo?
Estaba muy rara y nerviosa, pude observar cómo cogía su teléfono y buscaba algo en él tecleando rápidamente.
- Toma mi móvil. – Su brazo se alargó hacia mí. – No sé cómo, pero alguien ha subido a Twitter unas fotos de ayer, están por todas partes. – Mi cuerpo se puso en alerta al instante. – Por favor, no te alteres.
Agarré su teléfono al instante y un puñetazo invisible es lo que recibí al ver el contenido que me mostraba, noté como subía la bilis hacia mi garganta y mi piel se tornó blanca. Lo que estaba viendo en el móvil eran fotos de anoche, en ellas salíamos Dayane, Giulia y yo. Cada foto que pasaba era aún peor que la anterior, no tenían buena calidad y en muchas de ellas el foco estaba movido, supuse que las hicieron con prisa y discretamente.
Las fotos mostraban algunos de los sucesos de anoche: Giulia pidiendo en la barra, Giulia y Dayane bailando, también nosotras tres hablando y bebiendo en el reservado... Las últimas eran las peores, Dayane y yo salíamos peligrosamente juntas, bailando. Deslicé nuevamente mi dedo hacia la derecha de la pantalla para pasar la imagen y encontré lo que más temía, Dayane y yo nos estábamos besando. Es cierto que la foto estaba a oscuras y salíamos un poco difuminadas, pero éramos nosotras claramente.
Cerré fuertemente los ojos, no podía estar pasándome esto ¿En qué estaba pensando al besarla en un sitio público? Me iba a dar un ataque, ahora sí que la había cagado, seguramente Andrea ya estaría al corriente de todo y había visto las fotos... Esta preocupación dio paso a otra, Dayane, ¿ella lo sabría? Tenía que hablarle.
- Tengo que llamar a Dayane, necesito saber cómo está.
Fui corriendo a la habitación y Carlotta siguió mis pasos. Nada más llegar encendí el teléfono, tenía cuatro llamadas perdidas suyas. Marqué su número y pulsé la tecla de llamada.
- ¡Dayane!
- Dios Rosa, estaba preocupada. – Parecía angustiada. – Te he llamado varias veces.
- Lo sé . – Sentía que me mareaba, pensar en aquellas fotos y en cómo nos veíamos hizo que tuviese que sentarme en el borde de la cama. – He visto unas fotos de nosotras, Day, es horrible, están por todas partes...
Su silencio me confirmó que ella ya lo sabía, yo no pude evitar que se me empañaran los ojos, nadie tenía derecho a violar nuestra intimidad y mucho menos publicarlo, no era justo.
- Paola me las mandó a primera hora de la mañana...Esto es una mierda, tenemos que hablar, dime dónde estás y voy hacia allí.
No podía enfrentarme ahora mismo a Dayane, notaba que no tenía fuerzas y no quería saber más sobre las fotos, sabía que no se podía hacer nada. Cuando publicas algo en las redes sociales es imposible eliminarlo, esas fotos correrían como la pólvora. Además, tampoco estaba preparada para hablar sobre anoche, tenía miedo a mis reacciones, era mejor dejarlo así. Había llegado a la conclusión de aceptar que me gustaba y mucho. Lo había sabido cuando estábamos en el programa, pero siempre lo oculté por temor a los demás y sobre todo por temor a aceptar que me gustaba una mujer. No me consideraba homosexual, nunca me habían interesado las chicas, hasta que la conocí.
- Day...yo creo que es mejor esperar unos días, hasta que todo se calme.
Intenté sonar convincente, aunque ni yo misma me estaba creyendo mis explicaciones.
- ¿Pero cómo vamos a esperar? Necesitamos hablar, saber qué ocurrió anoche, quiero solucionarlo y quiero saber qué sientes – Había alzado la voz, podía notar su ansiedad en la forma de respirar– Rosalinda, dime algo, por favor.
- Yo, yo, no sé qué decir. – Empecé a tartamudear, la situación estaba comenzando a superarme. – No creo que sea el mejor momento... imagínate si nos ve alguien juntas y nos sacan una foto.
- ¡Las fotos me importan una mierda, Rosa! Siempre huyes cuando de verdad hay que dar la cara.
Se había enfadado y no me gustó nada cómo me había hablado. Yo era la que tenía el problema, ella estaba soltera no tenía que dar explicaciones a nadie.
- Te recuerdo que tengo novio y seguramente mi familia ya esté enterada de lo sucedido, ahora mismo no puedo pensar en nosotras, entiéndelo, tengo que intentar solucionar este problema.
Enfado, era lo que sentía, su insistencia y la manera en la que me habló me había cabreado. No había tenido más remedio que atacarle diciéndole que estaba con Andrea, aunque mi relación con él estaba muerta ella no lo sabía. Oí como soltaba una carcajada irónica.
- Pues que te vaya muy bien con tu novio.
Me colgó. Me había colgado y yo me quedé mirando el móvil atónita ¿Qué coño había hecho? Todo me salía mal, no encontraba un rayo de luz entre tanta desgracia y para colmo vi como Carlotta negaba con la cabeza.
- Te has pasado, Rosa. – Se había cruzado de brazos y su mirada era acusadora. – Eres mi amiga, pero Dayane igual, me duele que os peleéis. No me ha gustado nada que le recriminases que estás con Zenga, joder, sabes que ella se muere por ti.
Sus palabras retumbaron en mi pecho, puede que a Dayane le gustase, pero no creía que tanto. Es cierto que en la casa se declaró, pero yo igual lo hice en diciembre. Lo mío había sido una especie de juego, el programa me convenció para hacer esa declaración, aunque en aquellos días sí que me empezaba a atraer no le di demasiadas vueltas y acepté la dinámica.
La declaración que hizo ella casi al final del programa me descolocó, no sabía si era un juego o era real. Mi cabeza se lo tomó como la primera opción y por eso me cabreé con ella. No era justo que aceptase esa dinámica y más sabiendo que yo había empezado con Andrea, se suponía que era mi amiga, no tenía que obligarme a elegir entre uno de los dos.
- No puedo pensar en eso ahora mismo. – Mi orgullo me impedía a pensar con claridad. - Tengo que hablar con Andrea y zanjar esto cuanto antes.
Carlotta abandonó la habitación no sin antes recordarme que me arrepentiría de la conversación con Dayane, puede que tuviese razón, pero en este instante tenía que controlar la bomba que iba a estallar.
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Rosmello - La última oportunidad
Fiksi PenggemarEs la última oportunidad de Rosalinda de recuperar lo que más desea.