Capítulo 24

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A partir de este momento, comienzan los nuevos capítulos! 💜💜

[...]

No otra vez, por favor; no puedo mas. Se dijo Jimin tan pronto había entrado en su hogar.

Rápidamente, corrió al interior del lugar, dejándose caer de rodillas para acunar el cuerpo de SeokJin, quien en el suelo, lastimaba sus brazos con rasguños. Líneas rojo brillante que ya adornaban su delicada piel.

Estaba exhausto de la situación, de tener que pasar por tal desastre. Últimamente, el dormir no era una palabra que figurara en su diccionario, ¿el sentirse tranquilo? Ni siquiera recordaba la última vez que lo había estado. Todo y cada uno de sus conflictos mentales y físicos, se debían a la misma persona, Jin; y no, el problema no era exactamente el castaño, o porque le molestara cuidarlo. No, lo que le tenía tan mal, era la dócil actitud de este, el fingir que era fuerte cuando SeokJin volvía a tener un ataque de pánico o de ansiedad.

Jimin lo odiaba, porque incluso, se dijo que nunca podría ser tan fuerte como SeokJin lo estaba siendo al aguantar todo el peso que llevaba consigo. El peso de un desconocido pasado que Park sólo quería averiguar;  proque entonces, al menor así intentaría hacer algo, ¿qué? No podría decirlo con exactitud, pero ya se le ocurriría.

Era obvio que había intentado la ayuda profesional, pero ello no funcionaba cuando SeokJin continuaba aferrándose al silencio.

“Ya que usted es el único a su lado y quien se ha hecho cargo de él, debería intentar establecer un vínculo sólido, asegurarle que usted es su espacio seguro, en quien puede confiar y dejar sus miedos, quizás, solo así, permitía la ayuda ajena”. Esas habían sido las palabras de la psiquiatra, y casi un mes después, Jimin aún no podía hacer aquella, aparentemente, sencilla tarea.

¿Un vínculo? Hacia de todo para que sucediera, pero ello sólo funcionaba cuando SeokJin tenía algún ataque de pánico o ansiedad; se volvía tan dependiente a él, que ni siquiera podía alejarse un monte del menor sin que éste lo llamara a gritos y sollozos.

Ahora, una vez más como últimamente pasaba, se encontraba con un destrozado Jin que lloraba entre sus brazos; el rostro oculto contra su cuello, y los brazos sujetos tan fuerte a él, como si temiera que pudiera desaparecer.

Jimin lo meció con suavidad, susurrando palabras que pensaba, podrían tranquilizar al menor. Porque el no era un experto, ni siquiera tenía conocimientos básicos sobre cuidado especial, sin embargo, lo intentaba, porque todavía tenía que establecer ese vínculo que la doctora le había dicho.

En ese momento, se dijo que haría de todo hasta lograrlo. Ahora, no importaba cuan cansado, mental y física, se encontraba, porque incluso era una implícita promesa que le había hecho a Jin cuando decidió ayudarlo y acogerlo en su hogar. Entonces, no se daría por vencido.

Si lo quería ver como un reto, probablemente era el más grande que alguna vez tuvo; pero era Park Jimin, y odiaba perder, pero sobre todo, rendirse.

—Vamos Jinnie. —Le habló por ese apodo, que había descubierto debido al menor, le gustaba y le tranquilizaba. Probablemente uno de los buenos recuerdos de su infancia que aún conservaba. —¿Podrías decirme quién fue? ¿Qué pasó? —Sus palabras eran bajos susurros en el oído del menor, no quería asustarlo.

El castaño negó repetidamente, abrazándolo aún más fuerte mientras pequeños hipidos hacían temblar su cuerpo por los resientes sollozos.

Tenía que hacerlo hablar al menos un poco, si no quería volver a lidiar con otro ataque de llanto inconsolable. Bastante difícil era lograr tranquilizarlo, ello le ponía con los nervios de punta.

—Estas a salvo. Te lo dije, ¿no es así? —Utilizó el tono más dulce que podía usar. Antes de Jin jamás lo había intentado, ahora, parecía que ello era un don natural; su voz.

Al ver que nuevamente el menor estaba comenzando a llorar, una fugaz idea corrió por su mente, ¿y si...?

No fue capaz de pensarlo durante más tiempo, cuando las entonadas y bajas palabras salieron de sus labios.

“—Por favor, quédate a mi lado y soportemos cada ola áspera que se aproxime a nosotros.”
—Incluso en las horas más oscuras, aférrate a mi mano.”

Sintió a Jin tensarse en sus brazos, sin embargo, de inmediato se relajo contra él; el llanto tampoco llegó. Eso lo animo a seguir.

“—Podremos tropezar o caer, sin embargo, siempre existirá una dulce calidez esperándonos después de que todo pase.
—El día puede ser tranquilo o aveces complicado, pero si tu estas conmigo, no importa el día... No importan las olas... Seré capaz de superarlo...
—Cariño, quiero que te quedes conmigo... No me dejes...
—Incluso si la tormenta más feroz llega a cantar su final, por favor no sueltes mi mano, y quédate siempre a mi lado. 
—Cuando el amanecer llegue en la tranquilidad, será como un sueño.”

Poco a poco, los espasmos y temblores de Jin también desaparecieron, lentamente lo vio sacar el rostro de su escondite hasta mirarlo con brillantes ojos caramelo. Que incluso en esa situación, a la vista de Jimin seguían siendo preciosos.

“—Te necesito... Tú me necesitas...
—Quédate conmigo. Prometo que estarás a salvo a mi lado.
—Quiero recorrer contigo cada adversidad, hasta llegar al lugar donde duerme el mar.”

Reparo en las sonrojada y húmedas mejillas, en la pequeña nariz roja de Jin. Lucía tan frágil, que Jimin se dijo que prefiera mil veces al hosco y grosero adolescente.

“—Por favor, resiste a la tormenta que se acerca, porque después de que todo pase, el momento que viviremos será tan perfecto...
—Así que cariño, quiero que te quedes conmigo... No me dejes, incluso si la tormenta mas fiera llega a cantar su final.
—Por favor, no sueltes mi mano y quédate siempre a mi lado...
—Te necesito... Me necesitas... Prometo que estarás seguro a mi lado...”

Terminó con un bajo susurro. —Estas a salvo. —Escuchó a Jin quejarse, como si no creyera sus palabras. —Vas a estar bien, Jinnie. —Esta vez fue más firme, pero aún sonando tranquilo y dulce.

El menor lo miró un par de segundos, antes de hablar con voz quebrada. —¿Me lo prometes?

Jimin no dudo en asentir. —Te lo juro. —Alejó un rebelde y castaño mechón de los brillantes ojos caramelo que le miraban con anhelo y esperanza.

Pero tal vez, Jimin no debería jurar con tanta seguridad, porque incluso él sabía que el futuro y el destino, siempre cambiaban contrario a lo que uno llegaba a desear. No obstante, en ese momento decidió ignorarlo, al menos lo intentaría, y eso, Jin no tendría porqué saberlo.

Necesitaba hacer algo, pero sobre todo, que Jin le dejara ayudarlo; o al menos, que bajara un poco los muros que había construido a su alrededor, y que le permitiera compartir la pesada carga en sus hombros, Jimin lo haría sin importar que.

—Solo eres un niño perdido que necesita de un guía. Puedes confiar en mi cariño, lo sabes. —Susurró, delineando las mejillas de Jin.

El menor lo miró con ojos que parecían a los de un ciervo asustado. Y finalmente, lo observó asentir, sin embargo, nada hubiera preparado a Jimin para oír las siguientes horas de terribles sucesos, que incluso no se habían acercado a la completa verdad, ni siquiera una mínima parte...

—Él...

Ay, me ha gustado tanto este capitulo, se me hizo tan soft la parte en que Jimin le canta a Jin, ¿ustedes qué opinan?

Quiero decirles que partir de aquí veremos más interacción entre el MinJin 🥺.

Dato curioso, cuando escuché la canción de Where the sea sleeps, de mis reyes DAY6, no pude evitar pensar en que es la canción perfecta para esta historia, del MinJin. Describe perfectamente su relación 😭😭❤️.

Si quieren ir y oírla se las recomiendo un montón, mis nenes también hacen arte, la dejé en multimedia. 🥺

Sin más, espero que les haya gustado el nuevo capítulo, espero estar escribiendo estos días.

Undisciplined [MinJin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora