EPÍLOGO

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La familia Jeon – Pergolizzi era extraña o eso suelen decir sus vecinos, quienes al principio pensaron que solo era una familia normal que venían a vivir en un lugar tranquilo, pero todos los días durante los primeros años de vivir ahí, se veía salir gente de todos los estilos posible.

Después la casa quedó en total silencio como si hubiera sido abandonada por los dueños, la paz acabó en el vecindario cuando esa familia extraña regresó, esta vez con una niña de seis años y parece ser que otro retoño en camino, ahora solo eran tres de ellos, aun así, pasaron varios años desde que ellos llegaron para quedarse, pero la gente seguía sin acostumbrarse a lo extraña que podía ser.

— Pa, las vecinas otra vez están mirándonos – dijo Freyja al pasar una ventana que daba a la calle.

— Esas señoras no tienen nada más que hacer – dijo Vante sin darle importancia.

— En la escuela dicen que es porque somos extraños – dijo ella terminando de ayudar a su padre a colocar unas cortinas nuevas en el estudio de arte.

— Hija me han dicho que soy extraño desde que soy un niño – le explicó acomodando el cabello de Freyja – Sino vives bajo las aburridas normas de la sociedad eres extraño.

— Pero no hacemos nada fuera de lo común – respondió ella sin seguir comprendiendo.

— Para ellos no es normal el cómo nos vemos, pero no importa lo que ellos digan, sino como te sientes – Vante tomó un cuadro en blanco, listo para empezar una nueva pintura – ¿Acaso alguien te está molestando, hija?

— No, es solo que a veces es difícil hacer oídos sordos.

— Es porque son unos idiotas, si alguien te dice algo diles que se vayan al diablo – Vante le aconsejó.

— Ningún padre normal le diría a su hija que les diga eso.

— Gracias a Satán que no soy un padre normal – Vante la miró con una sonrisa juguetona que Freyja no pudo evitar responder con una igual.

Freyja miró a su padre por última vez, a pesar de estar casi pisando los 40 se conservaba bien, pues la mayoría del tiempo libre hacía ejercicio y yoga con su otro padre, también la cantidad de tatuajes que aumentaron con los años, además de que aún mantenía sus perforaciones y estilo, si alguien lo viera no parecería que es padre de familia a cargo de 3 niños.

Ella salió del estudio en busca de su otro padre, caminó por la cocina hasta llegar al patio trasero, donde estaba con su hermano Lysander practicando arquería, parecían demasiado concentrados como para darse cuenta de su presencia.

— Mantén los ojos bien abiertos, brazo firme, cuando estés seguro suéltala – le indicó JungKook, el niño respiró un par de veces más y la soltó dando casi en el centro.

— ¡Casi! – lamentó Lysander, el chico era igual a JungKook, muy alto para su edad y demasiado bueno en todo, con tan solo 11 años ya manejaba bien el arco, siendo toda una promesa del deporte.

— ¡Que bruto! – gritó Kilian desde la ventana de su cuarto, un niño muy travieso y el menor de todos con solo 8 años, Lysander tomó otra flecha del estuche y la apuntó a su hermano, quien apenas se quitó.

— Lysander, no hagas eso es peligroso – lo regañó JungKook – En todo caso, apuntale a un brazo o pierna.

"Ningún padre normal diría eso" pensó Freyja regresando al interior de la casa, estaba un poco frustrada pues tenía un proyecto que entregar sobre la familia, por eso consideró que era su oportunidad para demostrar que su familia era como cualquier otra, pero solo se dio cuenta que definitivamente que no lo eran.

Escapando del mundo //KV//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora