Capítulo 26.

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Se removió en su saco para dormir, el olor de huevos revueltos con jamón hizo que abriera los ojos, ___(Tn) se frotó los ojos y se acomodó un poco el cabello.

—¡Buenos días! —escuchar la voz de Mirio la hizo sonreír al instante —. Ya casi termino el desayuno.

Mirio se había quedado con ella la noche anterior, solamente la había dejado para ir a casa por algo de ropa limpia y para su sorpresa, también había traído comida. Habían quedado en un gran acuerdo, Mirio se iría por la mañana para comenzar su patrullaje y regresaría para cenar; aunque lo habían decido de manera sería, ahora que lo planteaba de nuevo... parecía que vivieran juntos, aunque básicamente eso planeaban hacer.

Se acercó a Mirio y lo abrazó por la espalda, el chico rió y se volteó para abrazar a ___(Tn), claro que apagó la estufa para no quemar nada.

—Buenos días, Mirio.

—¿Dormiste bien? —Mirio comenzó a moverse levemente de un lado a otro.

—Sí, aunque desapareciste antes de que despertará —se quejó con una sonrisa.

—Quería prepárarte el desayuno.

Al separarse colocaron la mesa, el desayuno pasó completamente tranquila, para ___(Tn) era la mañana más tranquila que había pasado desde hace semanas, por un momento olvido lo que pasaba detrás de la puerta.

Mirio se levantó de la mesa para cambiar su pijama por su traje de héroe, mientras que ___(Tn) levantaba la mesa y lavaba los platos. Antes de irse el rubio pasó por la cocina donde aún estaba la muchacha.

—Creo que es hora de irme —avisó dándole un beso en la mejilla.

—¿Alguna vez te dije que me encanta tu traje de héroe? —___(Tn) se levantó de la silla y le acomodo los lentes.

—¿De verdad? —las mejillas de Mirio quedaron rojas y soltó una pequeña risa nerviosa.

—Sí, te hace ver muy lindo —aceptó con una sonrisa. Mirio tomó sus manos y las besó.

—Necesito hacerte una pregunta —su cara seguía roja, pero se miraba mucho más serio.

—Dime.

—Anoche me quedé pensando mucho sobre, bueno sobre nosotros, más bien en tí, aunque estabas a un lado mío y eso me ayudó a estar mucho más seguro de que ya estaba estaba, no dormí mucho a decir verdad, pero no te preocupes estoy muy bien ¡de verdad! Tengo mucha más energía ahora, pero bueno eso no es lo que quería hablar, creo que me estoy alargando mucho, pero es que estoy muy nervioso y...

—Mirio —llamó, los ojos del rubio volvieron a centrarse en ella —. Esta bien, tranquilo.

—Creo que emocione demasiado —rió, dió un suspiro algo largo para calmar sus nervios —. Puedo hacerlo —susurró, tomó con más fuerza las manos de ella y la miró —, ___(Tn) ¿puedo ser tu novio?

Las lágrimas inundaron los ojos de ___(Tn), que estaba harta de llorar pero estaba tan feliz que le fue difícil contenerse. Mirio asustado y sin saber que hacer simplemente la abrazó.

—¿Dije algo malo? ¿Te duele algo? —preguntó preocupado —. Te llevaré al médico si lo necesitas, pero...

—¿Qué clase de pregunta es esa? —rió ___(Tn) limpiandose las lágrimas —¿Si puedes ser mi novio?

—Oh... bueno es que soy yo el que estaría muy feliz al estar a tu lado, quiero que tu me aceptes, el ¿quieres ser mi novia? Suena muy extraño, es sentirse más que la otra persona y creeme que no quiero eso conmigo, entonces ¿qué dices, me darías el honor de ser tu novio?

—Claro que sí —esta vez rieron juntos.

Mirio colocó una de sus manos en la mejilla de ___(Tn) y con el pulgar acarició sus labios, estaba tan feliz y emocionado que olvidaba que su turno comenzaría pronto.

—¿Puedo besarte? —preguntó él, sabía el poco gusto de ella por el contacto físico, así que le gustaba preguntar cuando quería un beso lento; ___(Tn) con una leve sonrisa asintió levemente y poco después sintió los labios de Mirio en los suyos.

—Mi padre estaría orgulloso de esto —dijo con una sonrisa nostálgica.

—¿A sí? —preguntó intrigado, estaba llegando tarde a su patrullaje, pero escuchar hablar a su novia le hacia feliz.

—Sí, le gustaba que este contigo, decía que me dabas un brillo especial —rió, levantó los hombros —. Cuando me invitaste a la fiesta de navidad, él parecía estar más emocionado que yo, le pedí algo de dinero, pero en cambio me dio su tarjeta y dijo que podía gastar lo que quiera.

—Era un gran hombre.

—Lo era —bajó la cabeza mmordiendose el labio inferior. Mirio volvió a tomar sus manos y beso su cabello.

—Prometo no defraudarlo, daré lo mejor de mí para hacerte feliz.

—Entonces haré lo mismo, seremos felices juntos.

(. . .)

___(Tn) comenzó a sentir frío, sus manos comenzaron a temblar y la obligó a soltar su celular, respiró profundamente y sacó todo el aire por la boca; solamente estaba viendo su celular cuando miles de pensamientos se combinaron y un nudo en la garganta se formó al instante. Se sentó y se abrazó cruzando los brazos tratando de calmarse.

Quizá las emociones habían sido tantas, pero para ella había llorado y pensado todo lo que podía, pero justo ahora estaba en medio de un ataque de pánico, comenzó a buscar algo en lo que su vista se enfocará, pero era casi imposible, sus ojos no dejaban de moverse y veía muy borroso. Buscó su celular con la mano, quería llamar a alguien, pero sus opciones eran demasiado escasas, ni madre ni su padre contestarían, Natsume seguramente no quería hablar con ella, y Mirio... estaba trabajando, no quería molestar.

Entonces puso su última opción, música. El volumen estaba tan fuerte posible, se acostó de nuevo en el suelo dejando su celular muy cerca de su oreja derecha, tratando de callar todas las voces y pensamientos extraños y peligrosos.

La puerta se abrió, la música había parado hace unas horas, miró por la ventana notando que estaba naranja, al instante se levantó ¡la cena! Se había quedado dormida luego de tener una discusión con ella misma.

—¡Ya llegué! —avisó Mirio desde la puerta.

—¡B-bienvenido! —contestó casi corriendo a la entrada.

—¿Estas bien? —Mirio se acercó a ella y le acomodó el cabello —. Estas muy despeinada ¿cómo estuvo tu tarde?

—Bueno... no he hecho la cena —admitió suspirando.

—No la pasaste muy bien —se dieron un corto beso —. ¡Haremos la cena juntos! No te preocupes.

—Perdón —sonrió pidiendo otro beso —. Yo haré el desayuno mañana y también tu almuerzo.

—¿Almorzaste, verdad? —preguntó Mirio, ___(Tn) rió nerviosa y quizo escaparse del abrazo de Mirio.

—Bueno... creo que es hora de hacer la cena —se deslizó hacia abajo y corrió a la cocina.

—¡___(Tn), no corra señorita!

—¡___(Tn), no corra señorita!

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Lo Siento Y Gracias [Mirio Togata] (✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora