Lo Siento Y Gracias [Mirio Togata] (✔️)

Capítulo 29.

Recuerdos felices invadieron su mente cuando abrió la puerta, era de noche y Mirio descansaba plácidamente teniendo un sueño muy lindo. Pero ___(Tn) decidió que no dormiría, se sentía cansada y sin mucho ánimo, pero no podía dormir.

Su único consuelo fue entrar a la habitación de su hermano, olía a libros viejos y humedad, recordando que no habían limpiado desde hace años, pero su madre insistía en que nadie tocará nada de ahí, como no quería llevarle la contraria ni siquiera se molestaba en limpiar esa habitación.

Yūū siempre le permitía dormir con él cuando era pequeña; justo como hace unos instantes evadía la habitación de sus padres caminando de puntillas, aunque el piso no hiciera ningún ruido y acostumbrara a no llevar zapatos. Sin avisar abría la puerta y la cerraba con delicadeza, la niña movía a su hermano para que se despertará, él ni siquiera la miraba claramente, solo le daba un espacio de su cama y besaba su frente.

___(Tn) se acostó en la cama y sacó su celular, por milésima vez en esa semana entró al chat con su padre y leyó sus últimos mensajes, los presionó y estaba dispuesta a borrarlos, pero solo soltó un suspiro y dió para atrás. Le hubiera encantado tener el número de su hermano en ese momento para al menos recordar como escribía, pero lo único que lo recordaba era esa habitación y una foto familiar, todos sonreían, su madre estaba detrás de Yūū tomando sus hombros, mientras que su padre la llevaba en brazos; era el primer día de Yūū en la A.U.

—No quiero ningún reporte de tí, Yūū —advirtió su madre, el niño le contestó con una gran sonrisa.

—¡No lo tendrás! Me portaré muy bien.

—Sí, mamá —defendió su hermana —. Mi hermano es el mejor.

—Claro que si —dijo el niño enseñando su puño a su hermana, ella no tardo en responder al gesto.

—¡Ya verás! Yo también crecere mucho y vendré muy rápido —sonrió la niña, sus padres sonrieron orgullosos.

—¡Seremos el mejor duo!

La adolescente de ahora sonrió al recordar eso, se quedó mirando el techo por un largo tiempo sin poder dormir, alzó su celular que tenía en la mano izquierda y prendió la pantalla, eran las tres de la mañana, desbloqueó el celular y abrió sus contactos, sin pensarlo demasiado llamó a su madre, lo único que le quedaba.

El buzón de voz fue el que contestó, como todas las noches decidió dejar un mensaje.

—Hola mamá, perdón por desobedecer pero entre a la habitación de Yūū, esta tan sucia... Mamá, Yūū ¿de verdad murió? Aún sigo dudando eso, ni siquiera fui al funeral, ¿no hay una posiblidad que este vivo? No me queda nada y tengo que aferrarme a la idea de que tu estas viva y por años pensé que él también. Extrañaré a papá, seguramente cuando regreses dirás lo mismo, deberíamos llevarle flores juntas.

»Sabes, nunca pensé contarte tanto de lo que pienso, aunque sé que jamás escucharas esto. Estoy bien por ahora, Mirio esta conmigo, Mirio... ese chico tan lindo que se enamoró de mi ¿qué tontería verdad? Seguramente me hubieras dicho que él podría conseguir algo mejor, pero mira... ¡Aún sigue a mi lado! Gané, gané a un gran chico y su amor.

»Su padre viene a vernos muchas veces a la semana para traernos comida, pero no se queda mucho tiempo, es voluntario en uno de los refugios para niños, él también es un gran hombre y me considera de su familia ¿no crees que estoy haciendo algo bien?

Suspiró y apagó el celular.

(. . .)

Se despertó, apagó la alarma y corrió para bajar, Mirio la llamaba con insistencia debió de haberlo asustado que no estuviera a su lado. Apenas la vió fue a abrazarla.