MEMORIA FRAGMENTADA Vegebul [Libro 3]

2. Recordando el infierno.

Cuando Vegeta contó toda la historia de su inicio con Freezer, tuvo otro ataque de pánico. Recordar todo eso le hizo demasiado daño, se sintió aturdido y fue corriendo hasta la habitación, en busca de sus medicamentos, pero no lo logró, cuando se acercó a su bolso colapsó.

Estuvo algún tiempo desvanecido, mientras yacía incómodo en el piso, oyó que alguien tarareaba una canción infantil, abriendo y cerrando varios bolsos. La curiosidad hizo que despertara, y vió con sorpresa que Bulma abría y cerraba todos los bolsos que él trajo, hasta que dió con las medicinas para la ansiedad. Empezó a dar saltitos de alegría y en cuanto lo vio despierto, le acercó las píldoras.

—Toma ¿querías esto?—preguntó mientras agitaba una caja con pastillas— ¿Porque llorabas? ¿Te caíste al agua tu también?

—¿Eh? No. ¿Quien eres? ¿Donde está Bulma?— preguntó Vegeta confundido.

—No lo sé... Creo que se sentía mal y se fue...—Se sentó en el piso junto a él y continuó su relato.—Te oí llorar y me dio curiosidad, por eso salí. ¿Quieres agua para tus medicinas?

—Si, gracias. ¿Cuál es tu nombre?

Ella se levantó del piso para ir en busca de un vaso con agua, regresó y dijo:
—Dejame ver, mmm—se quedó un momento pensando y respondió:—Soy Annie.

—Lindo nombre ¿Cuántos años tienes?

—Tengo 6. ¿Sabes dónde están mis papis?

—Ellos tuvieron que salir pero me dejaron para que te cuide. Mas tarde regresarán. ¿Que te parece si nos vamos a dormir un poco? No me siento bien.

—Está bien, yo te protegeré. Pero duerme en la cama, el piso no es cómodo.

Vegeta sonrió ya que sentía su corazón conmovido ante la bondad de ese alter.
—Eres muy pequeña.¿Donde están las demás? Amber, Melissa ¿Que paso con ellas?

—Creo que cuando te hicieron llorar, todas se fueron. Oí que unas peleaban con otras.

—Voy a recostarme.—dijo él mientras se metía a la cama.—Por favor no te alejes, odiaría que algo malo te pasara mientras estoy enfermo.

—Descuida soy tu doctora. Te daré tus medicinas, y te tomaré la fiebre.—prometió la pequeña—¿Te duele algo?

—Estoy bien, solo tengo dolor de cabeza. ¿Tienes idea de cuánto dormí en el piso?

—No lo sé, me puse a jugar con tus bolsos y no tengo idea de cuanto tiempo pasó.

—¿Que buscabas exactamente en mis bolsos?

—Melissa se enojó porque las chicas peleaban, dijo algo de unas píldoras que te harían sentir mejor. Todas comenzaron a decirse groserías y se alejaron cuando te dormiste. Nadie venía a ayudarte entonces hice lo que dijo Melissa, busque tus píldoras para que te sientas mejor. ¿Eran esas verdad?

—Si, eres una excelente doctora. ¿Me cuidas hasta que venga alguna de las chicas?

—Está bien, también soy enfermera.

—Me alegra oirlo. Prométeme algo: No te irás de la casa cuando esté dormido.

—Lo prometo. Jamás salgo sola, hoy fue para ayudarte, Amber y Melissa me dijeron que es peligroso que salga sin supervisión, no lo haré.

—Cuando me sienta bien, te cuídare, eres mi responsabilidad, pero ahora me siento muy mal, por favor busca a bulma y dile que me despierte.

—Cuando la escuche, la traeré para ti. Puedes estar tranquilo, nosotras te cuidaremos.