Me quedo mirándolo expectante, ansiosa por una respuesta.
Ezra me mira con cierto asco, para después soltar un seco y frío:
—No.
Vuelve a centrar su vista en su cuaderno y yo giro los ojos.
—¿Por qué siquiera intento llevarme bien contigo? —suelto sin pensar, llamando su atención.
Ezra vuelve a pasar sus ojos azules sobre los míos, mientras eleva una ceja.
—A ver, sácame de dudas —pide, logrando confundirme—. ¿Yo pedí que intentaras llevarnos bien? ¿Te dije que quiero ser tu amigo? ¿A caso yo...?
—Bien, bien, lo entendí —interrumpo, callándolo y giro mis ojos algo molesta—. No, no lo has pedido ni nada, pero... ¿Nos vamos a llevar así de mal siempre?
—Uf, que difícil pregunta —admite, mirando hacia algún punto fijo en la mesa, pensando en lo que le dije, para después alzar su vista nuevamente a mí y continuar hablando—: Si.
—Es que contigo no se puede.
Decido no decir más nada y me concentro en mis deberes, pero puedo sentir su mirada en mí, aunque no giro a verlo.
El resto de la asesoría fue en silencio e incluso cuando salimos de la cafetería nos alejamos sin despedirnos del otro.
Ya no sé cómo acercarme a él. Es demasiado tosco, frío, no le importa nada.
Estoy yendo a mi casa, cuando mi celular comienza a vibrar en el bolsillo trasero de mi jean azul.
Lo saco y me doy cuenta que es una llamada de parte de Tess.
Sin dudarlo, descuelgo la llamada y llevo el móvil a mi oreja.
—¿Qué pasó? —cuestiono, una vez que contesto.
—¿Puedes venir a dormir a mi casa? —inquiere, y por el tono de su voz, tiene algo importante qué decirme.
—Vale, déjame ir a buscar el uniforme para mañana y a pedirle permiso a mi mamá —anuncio y puedo imaginarla sonreír emocionada.
—Nos vemos —es todo lo que dice, antes de colgar.
Tardo un rato en llegar a mi casa y cuando lo hago, noto que mi mamá está en la sala, viendo una película vieja mientras bebe un poco de vino blanco.
Dejo mi abrigo en el perchero al igual que mi bolso, para después dirigirme hacia donde se encuentra ella.
—Oh, cariño —habla mi mamá, sorprendiéndose—. ¿Cómo te fue? —cuestiona, poniéndole pausa a la película.
—Bien —respondo, elevando un hombro para restarle importancia al asunto—. Ma, Tess llamó para invitarme a dormir, ¿puedo ir?
Mi mamá se lo piensa por unos minutos, para después soltar un suspiro y terminar asintiendo con la cabeza.
—Está bien, pero por favor no vayan a dormirse tan tarde, ¿sí? —pide, volviendo a centrar su atención en la película al momento de apretar el botón del mando que hace que vuelva a reproducirse.
Al darse cuenta que no me he ido, o que ni siquiera me he movido de mi lugar, vuelve a pausar la película para girar a verme curiosa.
—¿Qué ocurre?
—Que, am, necesito que me lleves —comento algo apenada, mirándola con una sonrisa inocente.
Suelta una pequeña risa mientras se rasca la ceja, para después mover su cabeza en dirección a la escalera.
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La apuesta del patito feo ✅
أدب المراهقين"Todos tenemos un lado bello, pero no siempre es externo". Una apuesta. Una "fea". Un Bad Boy. Un triángulo amoroso.