12. ¿Quién es Ezra Mackey?

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Toco el timbre para luego posicionarme al lado de mi mamá, mientras esperamos a ser atendidas.

No pasa mucho cuando Donovan aparece por la puerta de su casa, sonriéndonos de manera amable.

—Pasen, por favor —pide, haciéndose a un lado para que podamos ingresar a su hogar.

Mi mamá y él se saludan con un tímido beso en los labios, y aunque quiera fingir lo contrario, no puedo negar que se me hizo algo incómodo.

Donovan nos dirige hacia el comedor, y para ser sincera, esperaba encontrarme con personas ya sentadas o algo por el estilo, ya que él le dijo a mi mamá de venir para presentarle a su familia.

Al parecer las cosas entre ellos van así de serio.

—¿Estaremos solos? —inquiere mi mamá, girando a verlo algo confundida.

—No, mi hija y su novio ya están por llegar —responde Donovan, a la vez que hace señas con sus manos para que tomemos asiento.

—Oh, ¿y tus otros hijos? —cuestiona mi mamá, tomando asiento al lado de él y yo me siento al lado de ella.

—Mi hijo mayor no pudo venir por la universidad, y mi hijo menor vive en el noroeste del país con mi ex esposa, así que sólo está ella que, por suerte, está en el país por un par de días, así que quise aprovechar el momento.

—Creí que teníamos la misma edad con tu hija —hablo, llamando la atención de ambos.

—No, ella es tres años mayor que tú —responde, sonriendo con amabilidad y asiento con mi cabeza.

—¿Está estudiando en otro Estado? —inquiero, tratando de no quedar en silencio que resulte incómodo para mí.

—No, ella decidió no estudiar para irse de... —Se calla al escuchar dos voces provenir de la entrada de la casa.

Las voces y risas cada vez se acercan más a dónde estamos y yo frunzo el ceño. Esas voces se me hacen conocidas, ¿pero de dónde?

—Ya estamos pa... Ah, hola.

Mi mamá se levanta para saludarlos de manera amable, pero yo no puedo dejar de ver al par de rubios frente a mí.

Creo que me quedé sin oxígeno de repente o es sólo que me olvidé de cómo se respira, incluso estoy segura de que me olvidé de cómo hablar.

—Hola —saludan ambos a unísono, sonrientes y mirándome de manera amable.

Intento responder, pero la verdad es que la voz no sale de mi garganta y no hago más que mover mis labios como tarada.

—Uhm, ¿estás bien? —inquiere el rubio mirándome ligeramente preocupado.

—Tú, tú eres Francis, y tú, tú eres Halia —tartamudeo, mientras los señalo con mis dedos, sin poder creer que los tengo frente a mí.

Ambos se miran de reojo, para luego volver a verme y asentir con la cabeza.

—¿Los conoces? —cuestiona mi mamá, mirándome con el ceño ligeramente fruncido, ya que está bastante confundida por mi reacción.

—¿Qué si los conozco? ¡Por Dios! ¡Ellos son integrantes de Outlet Time! —chillo eufórica, para luego prácticamente saltar de la silla para abrazar a Francis, quien para mi suerte me recibe con los brazos abiertos a la vez que suelta una risa por lo bajo.

Me alejo de él para ahora abrazar a Halia, quien al igual que Francis, no me rechaza.

—¿Cómo estás? —cuestiona sin alejarse de mí y sobre todo con un tono de voz como si fuéramos amigas de toda la vida.

La apuesta del patito feo ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora