Capítulo 9: Acercamiento a Las Ardenas

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Pasaron 6 largas semanas, 42 días. Desde que Jim y sus compañeros y los otros grupos de soldados han salido de París junto con el convoy de camiones, se ha hecho una parada de 2 días en la ciudad de Reims para recargar municiones y combustible para los camiones, luego continuaron el largo trayecto. Ahora.... era el 16 de diciembre, los campos ahora eran pintados por la nieve del invierno que nevaba de los cielos, las colinas eran mares de pinos blancos, las hojas de los pinos tenían nieve acumulada y sus ramas estaban congeladas, los caminos de barro se mezclaban con la nieve, ahora eran encharcados y era difícil de moverse en ellos. Jim y el resto de grupos llegaron a las afueras de Sedán, ya que debido al terrible estado del suelo más que era muy difícil pasar entre los arboles los camiones no podían pasar. Eran cerca de las 6 de la mañana, imagínense el frío que haría en esos inviernos tan fuertes, ahora imaginen que las unidades no habían casi dormido y que ahora tenían que dirigirse caminando hacia el bosque.

Cuando de apoco fueron bajando sus botas se ensuciaron por el camino embarrado, Jim y sus compañeros bajaron completamente abrigados con suéteres color verde oliva o marrones, entonces una vez todos los soldados estaban abajo el conductor empezó a dar una en una las pesadas mochilas, una vez todos bajaron, los camiones fueron a buscar más soldados a varios kilómetros atrás. 

Los bordes de sus cascos estaban congelados y recubiertos de nieve al igual que sus hombros y espaldas, Jim tomo su rifle y lo puso en su espalda mientras que por los respiros salia humo. Tom, también abrigado, tomo su Thompson y se acerco a Jim, Bill y Martín. Después de trece minutos todos los soldados ya estaban buscando abrigarse del frío. Ellos de momento tenían que patrullar la frontera hasta recibir órdenes de su Coronel o al Capitán de la Unidad. Que al parecer este primero se encontraba acompañando a otro pelotón en algún lugar, pero de momento habían quedado bajo el cargo de un Sargento mayor.

El cielo estaba completamente blanco y el sol solo soltaba una luz tenue, apenas se distinguían las nubes de la neblina al mirar al horizonte, la bruma pasaba entre las colinas y pinos, la ciudad estaba a uno o dos kilómetros de ellos y media ciudad de Sedán estaba en ruinas, así que por el momento Jim y los demás pelotones tenían que esperar a que llegarán refuerzos en esa ciudad para avanzar hacia Las Ardenas, en total eran unos 56 soldados, entre el silencio se oían las pisadas de ellos en la nieve y también sus voces cuando conversaban. Jim y su grupo se ubico debajo de unos pinos usando como asientos sus mochilas. Martín encendió un cigarro mientras veía el horizonte, Bill bajo su casco hasta los ojos para dormir un poco. Tom cruzo sus brazos y solo cerro sus ojos pero aun sosteniendo su Thompson, Jim tan solo se recostó en su mochila apoyada en el tronco del pino, puso su rifle al lado, cruzo sus brazos y solo observo a sus compañeros mientras salía el humo blanco de sus respiros, estaba completamente fatigado tanto mentalmente como físicamente, tenía temor de que los alemanes los encontraran, tenía también temor de morir, tenía frío y un poco de hambre, no sabía que esperar ni tampoco sabía que seguiría para él y sus compañeros.

BAUTIZO DE SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora