𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐩𝐨𝐝𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫 𝐣𝐮𝐧𝐭𝐨𝐬.

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Al separarse de aquel hermoso beso, Druella miró sus ojos, esos hermosos ojos que amaba ver, que se veían sumidos en la locura, el amor, y la tristeza. Druella conocía los ideales de Barty, y el porque de ellos, y a pesar de no compartirlos, ella los respetaba, y estaba dispuesta a ignorarlos para poder estar con él.

  Su sonrisa brillo por debajo de la luz de la luna, levantó su brazo, y sin esperarlo, dejó que éste se estallara contra el rostro de quien tanto amaba, a quien tanto esperaba, y que ahora era el motivo de su felicidad. Barty soltó un quejido al sentir el impacto sobre su mejilla, pero sonrió al levantar la mirada y observar el molesto rostro de Druella.

——¡Te extrañé! ¡Te escribí durante mucho tiempo! ¡Lo hice!

—-—Druella...

——¡Callate! ¡Tu nunca respondias!

——Druella-

——¿¡Sabes cuán preocupada estuve!? Crei que habías muerto...

——Druella, los presos no teníamos derecho a responder cartas, pero aún así, siempre te di señales de vida.

  Acaricio con cuidado su mejilla, ella sonrió, los recuerdos con él, invadieron su mente, siempre le había hecho feliz, y cuando lo perdió, sintió que su vida no tenía sentido, pero ahora, ahora estaba con él, y no le importaba tener que renunciar a todo con tal de seguir estando así.

——¡Te amo!

  Druella se abalanzó a sus brazos, recordando esa calidez que le producía el estar cerca de su loco favorito. Él abrazo su cintura, había estado tanto tiempo en la oscuridad, que había olvidado lo hermosa que era su luz, acaricio su cabello suavemente, y beso su mejilla.

——También te amo. Escucha Druella, tengo que buscar al señor tenebroso, ven conmigo, se que juntos podremos construir un mundo en el que podamos ser felices.

  Las palabras de Barty iniciaron un bloqueo mental en Druella, ¿Cómo iba a poder hacerlo? Traicionaría tantas cosas, pero tendría lo que significaba su felicidad, y eso era lo que le importaba, había pasado toda su vida con él, claro hasta que lo arrestaron, e incluso en esos momentos, nunca dejó de estar en su mente.

——No lo sé, ¿me dejarías pensarlo?

——Druella, por ti, esperaría toda la vida.

  Ambos intercambiaron una sonrisa, se tomaron de la mano y aparecieron en su antiguo lugar especial, una pequeña casita del árbol, donde solían verse desde pequeños.

——No ha cambiado nada...

——Nisiquiera tu los has hecho, sigues siendo la misma niña que conocí.

——Tu tampoco lo has hecho, sigues teniendo la misma elegancia desde que te conocí.

  Druella se acercó a la pequeña habitación dentro de su casa del árbol, se recostó en la pequeña cama, que en cuanto sintió el peso de ella, sonó un sonido muy chirriante. Barty se sentó a su lado, paso su brazo por sus hombros abrazandola.

——Lo siento Druella.

——¿Eh? ¿Por qué lo dices?

——Se que fue difícil para ti, todo el tiempo que no estuve contigo.

——Nada de eso importaba.

——¿Qué es lo que importaba entonces? ——Giro la mirada tomando la parte baja del rostro de Druella, conectando sus miradas.

——Estar contigo para siempre, construir un mundo en el que tu y yo podamos estar juntos... sin que nada lo impida.

  Los ojos de ambos sumidos en diversas emociones y sentimientos, se podían ver brillando entre la oscuridad de aquel lugar, y una especie de cristalización se hacia divisible. Druella ahora se sentía plena, y libre, después de tanto tiempo, lo mismo que su amado.

𝐋𝐚 𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐃𝐞𝐭𝐫𝐚́𝐬 𝐃𝐞𝐥 𝐕𝐚𝐬𝐚𝐥𝐥𝐨.|| [Concluida].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora