𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥.

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A penas habían pasado dos días desde su hermoso reencuentro con el hombre al que tanto amaba, sin embargo, el tiempo a su lado había sido tan fugaz como un breve luz viajera, que incluso su mente le hacía creer que tal vez todo había sido un perfecto sueño.

  Por su parte, para Barty la tortura había comenzado, pues el estar bajo la maldición imperius no es algo que se pueda considerar agradable. Su padre le había prohibido todo aquel contacto con el mundo exterior, incluso le ordeno que se olvidara de su tan amada Druella, pues a partir de ahora, regresaría su condena, llevada a cabo por la mano de su propio padre.

——¡Druella! ——La sisiante voz de Barty sonaba a gritos por todo su al rededor, su elfina doméstica, Winky, se veía en la nescecidad de usar hechizos en el, para así poder mantenerlo en silencio.

  Druella seguía preocupada, desde el nacimiento de Harry vivía constantemente en ese estado, la culpa la carcomia por dentro. ¿Qué se supone que tenía que hacer?, ¿Cómo lograría no traicionar a nadie?, se encontraba en una batalla consigo misma, y no había forma de ganarla.

——¿Cómo te sientes querida?

——A pesar de todo, creo que me siento bien.

——Hiciste bien en decirme todo Druella.

——¿Usted cree? Yo estoy segura de que no debí decirlo, y que me traicione a mi misma.

  Dumbledore se caracterizaba por su tan alta comprensión, sabia en piel propia, lo que era estar enamorado de alguien con distintos ideales, y esperaba que Druella no cometiera errores en su camino, pero, a pesar de todo, el anciano deseaba con todo su corazón que su joven amiga, eligiera lo que la hiciera feliz, eso era lo único que quería para ella.

——Dime Ella, ¿cómo te sentiste cuando lo viste?

——Era... era como si lo hubiera estado esperando desde hace tanto tiempo, sentí que mi corazón me gritaba que me quedara allí, era como si-

——¿Cómo sentir que el destino manipulaba tus acciones? ¿Se sentía como volar por encima de la luna?

——Si... ¿Cómo lo sabe?

——También lo he sentido Druella, el amor joven, es un arma de dos filos, deja que tu corazón te guíe, sin dejar de escuchar a tu mente.

  Sin esperarlo más, ambos se unieron en un abrazo, un fraternal y cómodo abrazo, la mejor sensación que Druella podía sentir, después de todo, Dumbledore siempre había estado para ella, nunca la había juzgado, ni menospreciado, y eso era algo que Druella agradecía. De alguna forma Dumbledore se sentía reflejado en la pequeña Druella, y esperaba ayudarla de todas las formas posibles, pues en muy dentro de si, deseaba que alguien hubiera hecho lo mismo por él.

——En algún momento tendrás que elegir entre la felicidad de otros o tu propia felicidad. ——Se separo suavemente de su abrazo y tomo sus hombros mirando los ojos oscuros de la joven. ——Y por favor Druella, espero elijas tu felicidad.

——Señor, he esperado tanto tiempo para hacer esa elección, y aún puedo esperar mucho más, en su momento haré lo correcto, y estaré feliz con ello.

  Ser asistente de Dumbledore era más que sólo un trabajo, era un privilegio, había conseguido más que sólo una razón para vivir, había conseguido amigos, y una familia, pero estaba dispuesta a darles la espalda si de su amor se trataba, después de todo, él era lo único real que ella tenía, y no estaba dispuesta a perderlo, se sentía como la más egoísta, pero ni siquiera eso la detenía, ahora estaba segura, buscaría a Barty y nunca se separaría de él, nunca más.

𝐋𝐚 𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐃𝐞𝐭𝐫𝐚́𝐬 𝐃𝐞𝐥 𝐕𝐚𝐬𝐚𝐥𝐥𝐨.|| [Concluida].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora