Capítulo 3.

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La luz del día hizo que sin que yo quisiera, abriera los ojos a mala gana. Las cortinas transparentes y de fina tela no servían. Me senté en mi cama y bostecé, para luego dirigirme a la ventana. Todo era muy bonito en este pueblo. Había una iglesia cerca de la casa, y luego se podían apreciar varias casas de arquitectura antigua. ¿Por qué el pueblo no tiene nombre? Es algo extraño ya que hay mucha gente viviendo en él.

Quité los pensamientos extraños y me dirigí descalza hasta las largas escaleras, desde las cuales se podía ver la cocina. Entré a esta esperando que Zayn estubiera cocinando waffles, pero no había nadie.

Había olvidado que Zayn es muy perezoso y dormilón como para levantarse a las nueve de la mañana a hacerme waffles. Reí por mi pensamiento y me acerqué a las bolsas de comida, las cuales seguían desordenadas, para comenzar a preparar unos waffles.

Dejé la mezcla calentarse mientras que yo comenzaba a guardar todo en un respectivo lugar. No digo que yo sea ordenada, pero es un desagrado tener toda la cocina patas arriba cuando la verdad siempre hay tiempo para ordenarla.

Me fijé en que fuera de la cocina, estaba todo oscuro. Recordé que todas las puertas estaban cerradas, y no habían ventanas en la pared. Extraño, pero bueno... Nada que hacerle.

Terminé de hacer los waffles y saqué la miel y un poco de azúcar flor para rociarlos. Luego, serví jugo de naranja en dos vasos. Dejé que los waffles se enfriaran un poco y decidí subir a despertar a mi hermano.

Me salté algunos escalones para llegar rápido y corrí por el pasillo oscuro hasta llegar a la puerta de la habitación de Zayn. Estaba emocionada por que viera mis waffles, ya que, personamlente, creo que son los mejores que he hecho.

Entré a la habitación sin tocar la puerta, ya que supuse que Zayn aún dormía, y me dirigí a su cama. La ventana de Zayn tenía una cortina más gruesa que la mía. ¿por qué?

-Zayn.- hablé despacio. Puse mi mano en su hombro y me puse a moverlo de un lado a otro. -hey, Zayn, despierta. Hice Waffles.

Ví como Zayn se volteaba, dándome la espalda. Enarqué una ceja aunque no pudiera verme, y tomé aire profundamente.

-¡Zayn, la cocina se quema! ¡La cocina está en llamas Zayn, ayuda!

Noté cómo Zayn saltaba de su cama y me miraba alerta, para luego correr hasta el marco de su puerta. Quise decirle que era una broma, pero luego me decidí en que prefería reirme. Mi hermano corrió escaleras abajo y yo lo seguí mientras me aguantaba una carcajada.

Al entrar, Zayn se quedó parado como un imbécil mientras procesaba todo. De seguro había notado que no había fuego.

-era broma, Zayn.- reí sonoramente mientras me sentaba en la mesita junto a los waffles. -es que o sino te ibas a perder los waffles. Fríos no son ricos.

-estúpida.- Zayn negó "decepcionado" y se sentó junto a mí. -y gracias.

-de nada.- sonreí y me metí un enorme pedazo a la boca. -¿cómo va tu dedo?

Zayn se miró la mano e hizo una mueca mientras que tomaba un pedazo de waffle con el tenedor.

-se me puso la uña morada. Se me va a caer.

-eso es asqueroso.- puse cara de asco y él rió.

-lo se, pero es algo genial a la vez.- se miró el dedo nuevamente. -voy a tener una uña completamente nueva.

-que asco.- tragué otro pedazo y tomé un poco de jugo.

-en fin...- se limpió la boca con una servilleta -¿cómo dormiste?

Death house (Liam y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora