A H O P

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San se sentía nervioso, incluso mucho más que eso. Deseaba que sus mejillas y palabras no fueran traicioneras por lo inquieto que estaba siendo su cabeza al verse guiado por Wooyoung luego de pedirle ayuda para que lo acompañará a comprar. Sinceramente el omega ya se había convencido que el pelinegro le negara tal petición, pero tras verlo asentir con lentitud, no pudo evitar que su corazón latiera un poquito más.

Porque algo tenía Wooyoung que hacía que el omega se volviera débil con solo una mirada.

-Gracias por acompañarme Wooyoung hyung, en realidad iba a venir con Yeosang pero ya sabes- habló San luego de ingresar al supermercado y ver como el alfa tomaba un carrito para ingresar-. Todavía no sé donde se encuentran los lugares básicos de la ciudad así que de verdad te lo agradezco.

-No hace falta que me agradezcas, San. No tengo problema en acompañarte, incluso te pido que lo sigas haciendo, por favor- río llevando su mano a su cuello para masajear pidiendo a gritos dentro suyo que San no lo viera mal ante tal petición-. Bien, ¿Que vamos a llevar?

-Lo típico, ya sabes, necesito llenar la despensa.

-¿Vives con alguien?

San negó observando con detalle los estantes que contenían principalmente paquetes de arroz, sacando de inmediato dos bolsas de estas- Arriendo un pequeño departamento, como a diez cuadras de aquí.

-¿De verdad vives solo?- cuestionó Wooyoung sin creerlo viendo como San asentía mientras echaba más comida al carro-, ¿Y no le temes?

-La verdad no, desde pequeño que siempre quise ser independiente y tener una casa propia- respondió notando como el alfa, por poco que demostrará, se mostró pensativo-. ¿Tu vives con alguien Hyung?

-Antes vivía con mi mamá, pero ella está en Japón por trabajo. Desde hace cinco años que ya vivo solo.

-¿Y te gusta vivir solo?

-Siendo sincero lo detesto- río con cierta amargura pero aún así regalándole una sonrisa al omega en cuento dirigió su mirada a la suya-, muchas veces extraño a mamá y aunque no lo admita, me gusta cuando mis amigos me va a invadir.

-Yeosang me había dicho que solías echar seguido a un alfa, creo que era el alfa de Jongho, ¿No?

-Ah sí sí, se llama Yunho, es algo torpe y tiene una obsesión con los gatos pero es un buen amigo. Lo conozco desde hace años y nunca se ha ido de mi lado, aunque sea molestoso me apoya siempre incluso si no lo necesito, pero debo admitir que si hablamos de mejores amigos, Jongho y Mingi son los que tienen ese puesto.

-¿Los quieres mucho cierto?

-Son mi única familia, claramente los amo a pesar de echarlos de mi casa en especial a Yunho- bromeó comenzando a caminar más rápido al pasillo de las galletas encontrando un paquete el cual le mostró con ganas al omega-. Deberías probarlos, son mis favoritos- comentó balanceando de un lado a otro las galletas.

-¿Entonces por qué no las echas?- San sonrió acercándose a su lado chocando con delicadeza el fuerte y marcado brazo de Wooyoung. Sonrió y notando como el alfa ampliaba aún más su sonrisa arrebató las galletas que tenía metiéndolas en el carro-. ¿Vamos por carne?

-Vamos.

San esta vez fue más rápido que Wooyoung y tomo el mando del carro dejando atrás al alfa, queriendo ocultar de él aquella sonrisa que no podía hacer desaparecer de sus labios, porque sabía que si permanecía más tiempo a su lado chocando cuerpo con cuerpo mientras se observaban mutuamente con una mirada profunda, iba a dejar de reaccionar y comenzaría a querer llamar su atención.

-Se ven deliciosas, no sé cuál llevar- habló el omega en susurros al llegar a la sección de carne y observar las variedades que tenían en venta.

No quería preocuparse y peor aún desilusionarse, pero no podía percibir el fuerte aroma de un árbol pino silvestre que Wooyoung tenía por su alrededor, decidiendo concentrarse en la carne al menos por un par de minutos antes de levantar la vista y buscarlo con desesperación.
Por desgracia, aquellos minutos que parecían haber pasado, fueron como días o meses sin sentir al alfa, por lo que sin tardar comenzó a andar esperando alguna señal del alfa.

-¡Hey San! ¿A dónde vas?- y tal como lo pensó, deseando cualquier señal, Wooyoung lo llamo por detrás llegando a su lado rápidamente con unas cuantos paquetes y bolsas-. Espero que no te moleste, pero decidí escoger la carne. El otro día en que tuvimos la junta los nueve no parecías mañoso con la comida.

-No tenías que preocuparte hyung, pero muchas gracias.

-¿Quieres llevas algo más?

Y San lo meditó, pensó con tanta prisa que más agregar a la lista aunque no lo necesitara solo por querer pasar más tiempo con Wooyoung, tenerlo solo para el unos cuantos minutos más gracias a la maravillosa excusa y favor que le había pedido hace a penas una hora, pero negó, ya estaba listo para sobrevivir a gusto por algunas semanas sin tener que salir de su casa.

-Vamos a pagar, luego no te quito más de tu tiempo.

-¿Por qué dices quitar? San, por si te lo preguntas o no, te acompañaré hasta tú casa, ni creas que te permitiré irte solo con bolsas pesadas, eso déjamelo a mi.

San volvió a sonrojarse, esta vez con más fuerza que cualquier otra ocasión.

Con sutileza a la vez que ambos caminaban en silencio en dirección a las cajas registradoras, San tomo con una mano el carro, dejándolas entre medio de las grandes manos del alfa quién al notarlo sonrió por el repentino acercamiento del menor.
Porque esa era una buena señal, ¿Verdad?

-San...

-¡Disculpe!- Wooyoung fue interrumpido por una tercera voz bastante aguda y femenina deteniendo no solo las palabras sino también el camino.

-¿Sí, necesitas algo?- preguntó el alfa bajando su mirada hacia aquella chica de una altura aproximadamente de 1,54.

La chica de pálida tez tenía sus mejillas con un intenso color rojo desviando su mirada del chico que le había atraído al verlo minutos antes por los pasillos- Eh, me llamo Yuqi y me preguntaba si me podría dar su número- habló entre pequeños pero notorios tartamudos la omega-, me pareció muy guapo oppa y me encantaría que fuera posible si algún día podemos salir juntos.

Puede que para el alfa palabras como esas lo hubieran puesto a saltar de alegría tiempo atrás, pero desde que conoció a San, el resto del mundo le importaba menos. Solo era San, solo era él a quien iba a desear marcar como su omega y formar una familia, con quién tendría citas, se quedarían hasta tarde por la madrugada por chatear o mejor aún hablando mientras se abrazaban acurrucados bajo las sábanas de su cama. No quería compartir nada de eso si no era el tan precioso omega que tenía a su lado.

-Si no tiene pareja, me gustaría mucho poder conocernos.

Y negó.

-Disculpa- habló con nerviosismo ya que era su primera vez rechazando a alguien. Siempre era él quien salía con el corazón roto y la dignidad hasta el suelo, no el resto de las personas-, no tengo pareja, mejor dicho todavía no la tengo, porque aunque ahora estoy soltero hay alguien quien me gusta- informó quitando su vista de la chica para ponerla a los ojos de San quien a simple vista se mostraba ansioso y preocupado. Fue quizás un simple impulso, pero al verlo ahí, sus palabras salieron solas por su boca quitándole el mando a su cabeza deseando que el omega captará la indirecta-, y demasiado- terminó por afirmar sonriéndole a San quien se mostró aún más confuso que antes.


Recuerden que las edades y alturas están alteradas.

Gracias por leer
Los Tkm

Detrás Tuyo [Woosan](Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora