CAPITULO I

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Los sonidos amortiguados del hospital se filtraban a través de las cortinas blancas que rodeaban la cama de Valentina. Su mente emergió lentamente de las profundidades de la inconsciencia, como si estuviera emergiendo de un sueño profundo. El murmullo constante de las máquinas médicas y el suave pitido de los monitores la envolvían, recordándole dónde estaba.

Abrió los ojos con esfuerzo, y la luz brillante del fluorescente la hizo parpadear. El olor familiar a desinfectante llenaba el aire, y Valentina sintió un nudo de ansiedad en su pecho. ¿Qué había pasado? ¿Por qué estaba otra vez en el hospital?

Su corazón comenzó a latir con más fuerza, un recordatorio doloroso de por qué estaba allí. Los médicos habian mencionado que los dolores serian más fuerte, algo que había estado acechando en las sombras durante mucho tiempo antes de hacerse tan evidente.

Un susurro de preocupación se deslizó por su mente, pero lo apartó, centrando toda su energía en tratar de recordar lo que había sucedido. Fragmentos de recuerdos llegaron a ella: el dolor punzante en su pecho, la sensación de ahogo, las manos de los paramédicos moviéndose rápidamente a su alrededor.

Con un suspiro tembloroso, Valentina se obligó a relajarse contra las almohadas, cerrando los ojos y concentrándose en su respiración. No importaba lo que el futuro le deparara; iba a enfrentarlo con valentía, con determinación. Porque aunque su corazón pudiera ser débil, su espíritu era indomable.


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La puerta se abrió con un chirrido suave y vi al doctor Evis entrar con una sonrisa amable en el rostro. Su presencia irradiaba calidez y profesionalismo, y sentí un destello de alivio al verlo.

"¡Buenos días, Valentina!, me alegro verte despierta - exclamó el doctor Evis con entusiasmo mientras se acercaba a mi cama. "¿Cómo te sientes hoy?"

Me enderecé un poco entre las almohadas y le devolví la sonrisa. "Hola Evis, dentro de lo que cabe bien pero me gustaría no reencotrarnos tan seguido en esta situación, cuantas van? cuatro con esta?

El doctor Evis asintió. "Estas en lo correcto, esto cada vez se complica más, no podemos estar ingresándote en cada recaída no sabemos cuánto tiempo más resista tu cuerpo. Necesito ser sincero contigo, Valentina. Después de revisar tus exámenes, hemos llegado a la conclusión de que necesitas la cirugía lo antes posible."

Mis ojos se abrieron con sorpresa y una punzada de miedo se apoderó de mí. "Las cosas han empeorado verdad"

Asintió solemnemente. "Sí, lamentablemente. Tu corazón necesita atención urgente, y una cirugía es la mejor opción para corregir el problema antes de que las cosas terminen mal".

Inspiré profundamente, tratando de mantener la calma. "Entiendo.

Evis se despide y sale de la habitación no sin antes decirme que me mandara a dejar los resultados con un enfermero. 

Miro el techo blanco de la habitación del hospital, sintiendo el peso de la preocupación apretando mi pecho. He trabajado incansablemente para reunir el dinero necesario para la cirugía que tan desesperadamente necesito. Cada turno extra, cada pequeña oportunidad para ganar un poco más, ha sido dedicado a este objetivo.

Ahora, estoy tan cerca de alcanzar mi meta. Solo falta un último esfuerzo, un último impulso para reunir esa suma final. Mis manos tiemblan ligeramente mientras reflexiono sobre todo el trabajo duro y sacrificio que he invertido en esto.

Pero sé que no puedo detenerme ahora. No puedo permitir que el agotamiento o el miedo me impidan alcanzar mi objetivo. Esta cirugía es mi mejor oportunidad de recuperar mi salud, de volver a vivir sin el constante temor de que mi corazón falle.

BELLADONADonde viven las historias. Descúbrelo ahora