CAPITULO XII

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Valentina

Braulio se levanta de la silla y se dirige a donde están sus hermanos miro como en cámara lenta cuando Travis se le tira a Oscar le estalla el puño en la cara. La situación me parece graciosa, eh visto muchas peleas en el bar y es sorpréndete que ninguno de los hermanos se mueve esperan que Travis termine su misión y después lo separan. Empiezan como a discutir entre ellos. La música suena más fuerte que antes y siento literalmente que el suelo se mueve, mi respiración comienza a acelerarse y no es exagerar si les digo que los latidos de mi corazón son a mil por minuto, trato de tranquilizarme y respirar lento hago los ejercicios que el doctor me ha enseñado en mis últimas visitas al Hospital.

No logro recuperarme con las respiraciones, la música cada vez la siento más fuerte y empiezo a sudar frio, hay mucha gente en este lugar y se siente asfixiante, no puedo más y volteo a ver a Braulio pero el sigue de espaldas a mí y sigue hablando con sus hermanos, no tengo fuerzas para ir hasta donde él ni para atravesar ese montón de gente, miro hacia la salida y miro que uno de los guardaespaldas de Braulio me esta observando, el hombre grande tatuado se acera a mi.

- ¿Pasa algo Señorita?

- Necesito salir de acá

- Disculpe pero no puedo hacer eso

- Es que no entiendes no puedo respirar

- Señorita cálmese- me desespero y tomo su mano y la pongo en mi pecho donde está mi corazón, miro sus ojos abrirse un poco en manera de asombro- eso va muy rápido

- Ahora entiendes, necesito salir de aquí. - Me ayuda a levantarme del asiento y me ayuda a salir del Restaurante.

Salimos a la calle

- ¿Cuál es tu nombre?- le pregunto por curiosidad, nunca hemos cruzado palabra y seria descortés de mi parte no saber ni su nombre

- Armando- Me responde concentrado a no dejarme caer cuando bajamos a la orilla de la cera.

Armando me dirige hasta el auto de Braulio pero yo niego con la cabeza, le señaló la banqueta que está al frente de la calle, me queda viendo raro

- Señorita no la puedo dejar ahí- sonrió en mis adentros Armando cree que soy una dama

- Ni te molestes, no soy una princesita sentarme en la Banqueta no me hará menos mujer- levanta las manos en son de Paz, seguramente el aprendió a Braulio o viceversa

- Quiere que llame a Braulio señorita

- No debe estar ocupado con sus hermanos, sólo dame unos minutos

- Está bien estaré allá -y me señala un poste que está al otro lado de la calle- por si me necesita no dude en llamarme

- Está bien gracias sólo me tomaré unos minutos

Armando me deja sola y empiezo hacer respiraciones lentas para poder controlarme, poco a poco siento que mi respiración se vuelve regular. Mira el cielo y está lleno de estrellas con una hermosa luna. Me tomó unos momentos para apreciar la escena , después de algunos 10 minutos me paró de donde estoy sentada, cuando me paró miró Armando acercarse a mí para ayudarme y llega muy rápido hasta donde estoy

- No te preocupes, ya me siento bien

- Estás segura señorita

- Sí

- Segura que no quiere que llamé al señor Braulio debe de estar buscándola.

- No te preocupes estoy bien- miro hacia dentro del restaurante y todavía hay bullicio y mucha gente, me parece asfixiante. -No creo volver ahí adentro, hasta aquí se escuchan la escandalosa música.

BELLADONADonde viven las historias. Descúbrelo ahora