CAPITULO VI

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Estoy al borde de mis emociones no soy de cantar al frente de alguien no soy de prestar mi piano no soy de sentir sentimientos la vida me ha enseñado cruelmente que emociones fuertes me pueden matar, no podía permitirme sentir algo por alguien pero llega el y rompe todas las barreras que ah creado mi corazón. Esta ahí en el piano y no sé qué hacer así que solo tomo la botella de tequila tomo los dos vasos me dirijo a él le extiendo un vaso y tomamos hasta ver que se pierde primero la conciencia, la dignidad o la ropa, esperando y rezando que no sucedan las tres.

Solo eh tomado alrededor de 5 shot de tequila a él le perdí la cuenta el caso que ya llevamos más de la mitad de la botella y ahora nos estamos riendo de todo, me ha estado contando como accidentalmente mato a un gato cuando era pequeño la historia es graciosa, pasamos tanto tiempo hablando y tomando que no nos damos cuenta que hora es. Me levanto tomo mi celular y el celular marca la 3am el me pregunta la hora y se la doy.

- Bueno señorita Greco creo que ya es muy tarde para estar en casa ajena.

- ¿Vas a conducir así?

- Sí que tiene de malo

- Pues ahorita nada pero cuando choques mucho

- Está bien llamare a Samuel para que me venga a traer- no sé quién demonios es Samuel pero con tal de que no conduzca él no hay problema quien sea, se levanta del sofá y se busca el celular, en cuestión de segundos lo saca está tratando de encenderlo pero no enciende, me mira como diciendo ahora que hago.

- Te presto un cargador.- asiente con la cabeza me muestra la entrada de su celular pero me fijo que mi celular es diferente su entrada lo que significa que no hay manera de prenderlo.- lo siento pero la entrada es diferente

- Rayos –se toma de los cabellos y se sienta en el sofá

- No te sabes el número de alguien que te pueda venir a traer

- Nop

- ¿Ninguno?

- Ninguno- tomo asiento a la par de él y lo miro él hace lo mismo y se me ocurre una idea descabellada.

- Como no puedes conducir, peor yo, no puedes prender el celular, y no sabes el número de alguien. ¿Qué te parece si te quedas a dormir?

- Me lo estás diciendo enserio

- No estúpido es broma jajaja.- Lo miro y el entiende que lo estoy tomando del pelo aunque sea entiende eso.-Si no tengo ningún problema- una sonrisa pícara se muestra en su cara, el señalando mi habitación dice.

- Ahí vamos a dormir- no sé si son los tragos me está molestando o lo está diciendo de verdad.

- Ahí duermo yo, tu dormirás haya- y señalo la habitación que esta al par de la mía- no es la gran cosa pero tiene un baño y una ducha privada.

- Está bien, iré a mi carro a traer unas cosas- lo miro extrañamente- es que tengo ropa ahí, te conté que viajo mucho y a veces inesperadamente no tengo tiempo de preparar maletas así que siempre llevo ropa extra.- esta vez lo miro sorprendida.

- Bueno – abre la puerta y sale del departamento, mientras él va a recoger sus cosas yo recojo el desastre que tengo y en menos de 5 minutos termino me siento en el sofá. Pasan alrededor de 20 minutos y se me hace extraño que Braulio todavía no ha llegado.

Lo primero que se me ocurre es que el desgraciado no me hizo caso y se fue manejando borracho, salgo del departamento y me dirijo al elevador presiono el botón para que las puertas se habrán pero no sede me, según el elevador lo están usado así que espero un momento, cuando las puertas se abren lo primero que miro es al Señor López seguido del bulto que trae recargado en el hombro y hasta segundos después me doy cuenta que es Braulio. Corro hacia él y le ayudo al Señor López a llevarlo al departamento y lo recostamos en la cama de la habitación para huéspedes pesa demasiado para su contextura y su edad es como si cargara a un hombre de 35 años con gran sobrepeso.

- ¿Qué le paso López?

- Señorita solo vi cuando salió del elevador se dirigió al auto saco esta maleta- me muestra la pequeña maleta que no había visto hasta que el me la enseña, bueno eso sonó mal hasta en mi cabeza- y iba devuelta al elevador pero a pasos antes de entrar no se fijó en la pequeña grada que hay cerca de puerta y dio de narices contra el suelo- se me sale una pequeña risita al imaginarme el momento

- Creo que se nos pasaron de la mano los shot

- Creo que si- me mira y sonríe de manera amigable

- Gracias por tráelo López

- Nose preocupe señorita, si me deja confesarle algo- asiento con la cabeza- a mí también me dio risa la caída- rio al volverlo imaginar- cuando quiera vaya a control de cámaras y lo miramos- me rio y asiento, dirijo a López al elevador le vuelvo a agradecer y lo despido con un abrazo.

Vuelvo a la habitación y lo miro desparramado en la cama me da risa al verlo, así que tomo mi celular y le tomo una foto para en la mañana burlarme de él. Miro que se hizo una pequeña herida en la cabeza, voy a la sala saco un bote de alcohol y algodón que están en la gaveta le limpio la herida y trato de acomodarlo mejor en la cama le dejo a un lado una sábana. Cierro la habitación y me dirijo a la mía. Me desparramo también en mi cama y caigo en un profundo sueño.

BELLADONADonde viven las historias. Descúbrelo ahora