Después de todo [Jean x Mikasa]

11: Futuro.

La luz llegaba a mis ojos aún cerrados, palpitante. Me causaba incomodidad, y levemente los abrí. Al hacerlo, me encontré con el sol alumbrando toda la habitación. No sabía porque había dejado las cortinas abiertas la noche anterior. Levante las sábanas levemente encontrando con la mano de Jean alrededor de mi cintura. Podía sentir su respiración chocando con mi cabello. El reloj marcaba las 7:30. Y las ganas de mear no tardaron en llegar. Con sumo cuidado aparte su brazo y camine con apresuró hacia el baño. Hice mis necesidades, el sueño aún se apoderaba de mi cuerpo. Ni siquiera me percaté de ver a Jean, simplemente me preocupe más por llegar al otro cuarto.

Al salir de la habitación me encontré con Jean parado cerrando las ventanas. Se veía tan.. ¿Lindo? No se en que momento retiro su remera, pero se encontraba en un simple pantalón corto y su torso desnudo. Cada músculo le queda espectacular, agradezco el día que se obsesiono con el ejercicio ya que le trajo unos favorables abdominales.

— Buen día. — hablé, él pego un brinco mientras que bostezaba y se cubrió la cara rápidamente avergonzado.

— ¿Por qué despiertas tan temprano? — cuestiono adentrándose al baño.

— Tenía ganas de mear, voy a seguir durmiendo ya que alguien me obliga a estar todo el día en cama. — exclame lo bastante alto para que pueda oírme.

Até mi pelo en una alta coleta un poco ajustada, quite los flequillos de mi cara y frote mi cara varias veces para despabilarme. Volví a tapar mi cuerpo rápidamente con las sábanas, y vi como Jean salía del baño.

— ¿Qué haces? — pregunté viendo como buscaba una toalla; seguramente para bañarse.

— Voy a bañarme así le preparo el desayuno a la señorita. — sonrió.

— ¿No tienes sueño? — formule sabiendo que yo por dentro me moría por volver a dormir.

— Sí, pero debo de cuidar a alguien. — acotó buscando algo entre sus ropas.

— Ven a dormir. — pedí. Se dio vuelta lentamente, y abrí las sábanas dejandole un gran espacio para que se sume junto a mí. Eso ya se volvía una rutina. — Si quieres. — agregué intentando lograr que no se sienta incómodo ante mi propuesta. Quizá ni desea dormir junto a mi y se siente obligado.

Sonrió y apago la luz nuevamente, dejo sus cosas en donde estaban y se acostó a mi lado. Se cubrió hasta los hombros con las finas sábanas usadas en verano y me miró de reojo.

— Que tengas un bonito sueño. — murmure cerrando los ojos una vez más.

— Ya lo estoy teniendo. — respondió. Sentí su mano acomodar mi cabello fuera de mi rostro, esta vez no estaban frías para nada. Cálidas.

Abrí los ojos, encontrándome con los suyos analizandome y sus mejillas se sonrojaron a la velocidad de la luz. Tome su mano, aún posicionada en mi mejilla, y bese su palma mientras que sostenía su mirada. Su cara se torno mas roja, causandome más ternura que antes ¿Debería dejar de sentir ternura por él, Eren?

No se porqué, supongo que quería sentir su calidez junto a mí; pero uní nuestros cuerpos. Abracé su cintura con fuerza, y apoyé mi cabeza en su pecho. Segundos más tarde sentí una de sus manos acariciando mi cabeza y otra abrazándome.

— ¿Aún sigues en tú sueño? — cuestione. No podía ver su reacción.

— Siempre que estoy a tú lado vivo en un sueño. — susurro, beso levemente mi cabeza y yo caí en un sueño aunque ya estaba viviendo uno tal y como lo hacía él.

Limpie mi boca con la servilleta y lleve el vaso de agua a mis labios.

— Se acerca tu cumpleaños..