Después de todo [Jean x Mikasa]

26: Noticia.

MIKASA

Tomaba conciencia lentamente debido a que podía oír voces a mi alrededor. Intentaba recomponerme y despertar completamente, las voces cada vez se hacían más claras entonces abri los ojos en un santiamén. Lo cual fue mala idea ya que fui cegada por la luz, la cual parecía haber vuelto.

Mire a mi costado, encontrándome con caras muy reconocibles para mi. Armin, Connie, Annie, Reiner y Pieck estaban en el umbral de la puerta con sus bocas boquiabiertas y sus ojos bien grandes.

— ¡Mierda! — dije y me levante rápidamente, entonces caí en que me estaban viendo y yo carecía de corpiño. Estaba de espaldas, totalmente desnuda excepto por el bóxer de Jean.

Agarre una almohada y cubrí mi pecho, gire al ver sus caras. Armin tapaba sus ojos con fuerza mientras que los demás veían atentos como si fuere una función.

— ¡¿Cómo carajos entraron?! — grite, podía sentir mis mejillas arder de vergüenza.

— ¡Me tienen que pagar! — grito Connie mirando a Reiner y Annie.

Jean se movía incómodo y abrió sus ojos lentamente, aunque parecía aún dormido.

— ¡Eso! ¡Nos tienen que pagar! — exclamo Pieck sonriente.

— ¿Puedo abrir mis ojos? — murmuró Armin, Annie le respondió que sí y él le hizo caso para luego sonreírme incómodo con sus mejillas rojas.

— ¡Pero si ni sabemos que paso! — se excusó Reiner.

— Creo que es claro que han tenido sexo, querido amigo. — río Pieck.

— Hola. — susurro Jean sentándose en la cama cubriendo su miembro con la sábana — ¿Los dejaste pasar estando así? — giro viéndome.

— Ni siquiera se como han entrado. — contesté.

— Uf, acá tienen, idiotas. — dijo Annie bufando mientras que sacaba un par de billetes dandoselos a Connie y Pieck, Reiner hizo lo mismo.

Connie y Pieck chocaron sus manos sonrientes y repartieron el dinero, Armin rodaba sus ojos.

— ¿Qué apostaron? — cuestiono Jean bostezando como si nada. Normalizaba todo mientras que yo moría de la vergüenza.

— Connie y yo dijimos que iban a tener relaciones o ser novios. — contestó Pieck — Reiner y Annie creían que no.. así que al verlos ya ganamos.

— ¿Como entraron? — repetí sin hacer caso a su apuesta.

— Hemos estado golpeado la puerta como por cinco minutos. Al ver que no respondían nos preocupamos y abrimos la puerta pasando una de las evillas invisibles de Pieck por la cerradura. — acotó Armin sonriente — Así que.. — alzó sus cejas viéndonos.

— ¡Largo de aquí! — grite y tome la vela en mi mesa de luz para espantarla en la cara de los chicos que rápidamente corrieron y cerraron la puerta detrás suyo.

Jean carcajeo y yo suspiré, el reloj marcaba las 16:09. Habíamos dormido mucho, bueno.. estuvimos despiertos hasta muy tarde. Quité la almohada con la que tapaba mis pechos y la acomode en su lugar.