25: Vestido.

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MIKASA

— Deberías tomarte un descanso. — volvió a sugerir por cuarta vez.

— Me falta poco. — hablé.

Estaba en lo último del vestido, hacer las hombreras que me pidió Emma. Era un vestido demasiado lindo y elegante, llegaba hasta los tobillos y era ajustado con mangas largas y hombreras. Tenía un escote en V y la parte del pecho era como la tela fruncida.

— Mañana empiezo el traje. — acoté, él puso sus manos en mis hombros y comenzó a masajearlos.

— Mañana es tú cumpleaños, Mikasa. — río — No te dejaré hacer nada.

— ¿A qué hora llegarán los chicos? — formule.

— No sé, siempre veníamos al mediodía o en la tarde.

— Supongo podré ir a visitar a Eren tranquila sin preocuparme de que lleguen a la mañana. — susurre.

Todos los años la noche anterior a mi cumpleaños iba a su lápida a verlo, pasaba horas allí esperando que se hagan las 00. A veces incluso dormía ahí. Tenía una tradición, él siempre fue el primero en saludarme en mi cumpleaños y el último en verme antes de cumplirlos así que todavía no quería perder ese gesto. Yendo a visitarlo lo sentía junto a mi, sentía que aún me decía feliz cumpleaños.

— ¿Visitar a Eren? — repitió con curiosidad, asentí. La tradición que tenía era desconocida para todos.

— Cada año voy a verlo, esperando que se cumplan las doce. — conté dejando de pedalear — Siempre fue el primero en saludarme, así que en estos tiempos de su ausencia voy adónde esta sepultado así podía sentir que me seguía saludando. — suspiré — Termine, mañana cuando se lo pruebe Annie le haré los recortes finales.

— Esta muy bonito, Mikasa. — sonrió cuando le mostré el vestido — A Emma le encantará.

— Eso espero.

Él rasco su nuca para luego decir: — ¿Quieres que te acompañe?

— Es algo que quiero hacer sola, gracias.

— ¿Te vas a quedar toda la noche allá? ¿Dormirás aquí? — pregunto dudoso.

— Seguro estaré solo un momento. — toque su mejilla — Ahora tengo un hogar en donde volver temprano.

Él me sonrió y me abrazó con fuerza, me hacía recordar a los abrazos de Isabella.

— Vas a aplastar el vestido. — acoté viendo como me apretaba, aún teniendo la prenda en mano. Él se alejó rápidamente y miró la ropa con preocupación para luego suspirar.

— Ahora si te podrás tomar un descanso.

Negué, y él bufo: — ¡Ahora el traje! ¿Me preparas un café, Capitán Kirschtein?

Él mordió su labio para luego asentir, parecía cansado de sus intentos de intentar que calme. Se retiro mientras que yo recortaba la tela.

-

— Mika, sonó tu alarma. — me movió Jean lentamente, abrí mis ojos viendo al reloj digital que avisaba que eran las 23:00.

Después de todo [Jean x Mikasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora