Capítulo 3

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Lindsay se asomó a la puerta, su departamento estaba en ruinas. Todo había sido tirado al piso o roto, sus lindos sillones tenían tajos y habían sacado el relleno para afuera.

-Quédese aquí Joseph, evitemos contaminar la escena -mirando al oficial- llame a policía científica, quiero huellas de todo.

Llegó al dormitorio y tuvo que cerrar los ojos de la impresión. Habían deshecho su colchón y toda la ropa estaba tirada por el piso….hasta su ropa interior estaba arrugada, pisoteada y todo olía a orín, no tenía que ser adivina para saber que habían hecho con su ropa. Miró hacia la puerta de su baño y todo estaba más o menos igual.

Volvió a la puerta donde Joseph la miraba serio.

-Viste que falte algo?

La tuteaba y a ella no pareció importarle, estaba furiosa por la situación, alguien había entrado a su intimidad, había destruido su casa y violado su privacidad. Sentía que le hervía su sangre en las venas

Su laptop…. Faltaba la laptop y las carpetas que trajo esa tarde, sus apuntes.

“El policía de la denuncia” pensó, de repente sintió que un escalofrío le recorrió la espalda. Tomó el móvil y llamó a su comisaría para que lo ubicaran. Colgó y en ese momento llegó la policía científica a buscar evidencia.

-Fiscal, no podrá pasar aquí la noche, y quizás por algunos días más. Debe dormir en otro lado, habrá un policía de forma permanente cuidando hasta que reparen la puerta, no se preocupe.

Lindsay suspiró, se mordió el labio inferior y salió al pasillo. Joseph la esperaba recostado a la pared. Se arrimó a él y suspiró -puedes llevarme a un hotel?

-No -le clavó los ojos de un verde profundo.

-No puedes?

-No irás a un hotel, vendrás conmigo. Dadas las circunstancias deberías pedir custodia. Por mi parte, no te dejaré sola….el asunto se está complicando…

Lo miró achicando los ojos -crees que esté relacionado con el caso?

Él levantó los hombros – Es pronto para decirlo….pero la probabilidad es alta.

Ella se puso una mano en la frente, se sentía cansada -Ni siquiera tengo ropa.

 -Te presto un piyama, mañana comprarás nueva.

Lindsay lo miró dubitativa -ni siquiera te conozco y dormiré en tu casa.

Él se acercó a su rostro, inclinando la cabeza y hablando en su oído. Parecía haber electricidad en el aire – Hay habitaciones libres en mi casa -pasó la lengua por los labios- pero no tengo problemas en compartir la mía…

 Sonrió elevando solo una comisura de los labios en una mueca que sabía que enloquecía a las mujeres. Pero eso no tenía efecto en Lindsay que se apartó para mirarlo a los ojos.

-Qué haces?

Él se incorporó un poco quedando serio -Sólo bromeaba….

Ella lo desafió con la mirada por un momento -Bien, acepto una de tus habitaciones libres, vamos entonces.

La calle estaba llena de policías, subieron al auto y Joseph lo puso en marcha mientras preguntaba -Sabes que no encontrarán nada, verdad?

-Lo sé, pero debo seguir el protocolo o sería sospechoso.

 Joseph señaló una cámara en la esquina -Podría apostar que tampoco filmó nada

-O estaba apagada

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