Capítulo 5

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A las ocho salieron a ver a Marconi.

Ya en el auto y tras un incómodo silencio, Joseph lanzó una pregunta que le estaba molestando

-Tienes algo con Chris?

-Algo?

-Sí…un tipo de relación….

Lindsay rio – Fuimos juntos a la universidad, nos recibimos juntos. Él entró al FBI  y yo a Fiscalía. Somos buenos amigos. Por qué  preguntas? Te inquieta?

-Solo quería saber? Parecen muy cercanos.

-Lo somos -y ya no quiso seguir con el tema. De todas maneras era algo que no le interesaba a él.

-Sabes que seguramente hay micrófonos en casa de tu cliente? Estarán escuchando.

-Lo pensé… pero tengo una idea. Hablaremos una cosa y escribiremos otra – y le alcanza la Tablet a Lindsay.

Llegaron en unos minutos y encontraron a Marconi muy nervioso. No parecía tener mucha intención de colaborar.

-Señor Marconi, es importante que piense, por qué esos hombres están detrás de usted.

El hombre se frotaba las manos, nervioso.

-No estoy seguro

-Qué quieres decir? -interviene el abogado.

-No quiero problemas. Ella es la fiscal… -señala a Lindsay

-Creo que todos acá estamos conscientes que hay ilegalidades involucradas, señor Marconi. Pero esto lo exime del cargo de asesinato…

-Tal vez esté mejor en la cárcel

-A quien le teme? Si no sabemos no podremos ayudarlo.

Joseph le alcanza la Tablet a Marconi “Creo que nos escuchan. No digas nada. Sólo escribe”.

-Me subestima señor Marconi – apunta Lindsay – usted debe tener alguna pista de quien está tras esto.

El hombre parecía más nervioso aún, gruesas gotas de sudor corrían por sus sienes. -No podemos ayudarte si no nos ayudas  le dijo su abogado- señalando el dispositivo electrónico

Joseph vuelve a pasar la Tablet  “sabes quien está haciendo esto?”

Marconi responde: “no”

Joseph vuelve a escribir: “te están chantajeando?”

“Si” responde

“Sabes quienes son”

“No….me contactan y me avisan que les haga espacio en los barcos”

“Cuando llega el próximo cargamento?”

“En dos días, cargaron 3 contenedores en el Caribe…”

-No sé nada – termina afirmando en voz alta – no tengo nombres. No puedo ayudarla.

Joseph le muestra la Tablet a Lindsay y ésta asiente. El truco había funcionado, si estaban escuchando, Marconi no había dicho nada, pero en realidad ellos tenían los datos que necesitaban.

-Está bien señor Marconi. Lo dejaremos por ahora. Le agradecemos por su tiempo.

Salieron de allí y entraron al auto. Antes de arrancar, Joseph se detiene a pensar y se vuelve a Lindsay.

-Mantengamos esto en secreto entre los dos hasta ver que hacemos, tenemos dos días antes de que llegue la carga.

-Estoy de acuerdo.

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