Capítulo 9

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Allí estaba ella frente a la pila de expedientes. Mira al Jefe de policía sentado frente a ella.

-Puedo saber qué pasa? Qué me ocultas Lindsay? Yo no puedo trabajar si me ocultas información. Un sospechoso de homicidio liberado, un policía muerto, la casa de la fiscal general destruida, el arresto de ayer....y siento que algo une todo esto y me lo estoy perdiendo....

Lindsay lo mira desde su escritorio. Podía confiar en el Jefe? Sería conveniente darle información privilegiada?

-Tenemos infiltrados....es posible que los responsables de todo sean nuestros....

El Jefe abrió los ojos grandes.

-Fiscalía?

-Fiscalía, policía, FBI....no sé hasta dónde llega esto.

Escribió en un papel y se lo mostró

"Pusieron micrófonos en la casa donde me alojo"

El Jefe la miró ceñudo y tragó saliva....bajó los ojos pensativo y volvió a mirarla fijo. Escribió en el papel.

"Te pondré seguridad personal hoy mismo, y de mi entera confianza. Después de lo de ayer....irán por ti"

Ella leyó y asintió pero sólo dijo en voz alta -No tengo ni una maldita pista de quién está detrás de todo esto.

-Bien -Se levantó el Jefe y se dirigió a la puerta - seguiremos interrogando a ver que consigo

Lindsay le hizo una seña, para que se detuviera mientras escribía en un papel. "Consigue dos teléfonos viejos, no inteligentes, prepagos, para comunicarnos. No estoy segura que no estén escuchando el mío".

Él asintió, guardó el papel y salió de la oficina.

No estaba segura de haber hecho bien en confiar en él. Pero llevaban años trabajando juntos y nunca le había dado motivos para sospechar nada.

Una hora después llegó un hombre joven, de particular, pasó sin anunciarse y su asistente trató de interponerse cuando entró a su oficina

-No puede entrar sin cita previa.

Lindsay se sobresaltó, era alto y musculoso...y con pinta de pocos amigos. Conectó sus ojos a Lindsay sin responderle a la asistente. Sacó un teléfono de su bolsillo y se lo mostró a Lindsay desde lejos. El teléfono que le pidió al Jefe.

Se puso en pie y llegó a la puerta

-Está bien, yo lo recibiré.

Su asistente la miró con el ceño fruncido y luego a él y se marchó.

Le dio el celular en la mano y se le acercó hasta susurrar en su oído -Estaré cerca...pero ni me verá...

Se apartó un poco para mirarla a los ojos. Aquél tipo era joven y atractivo, pero parecía más un gánster que un policía de guardia. Lo vio irse caminando despacio por el pasillo. Entró a la oficina y prendió el aparto, era un viejo celular de mensajería, sin WhatsApp ni conexión a internet, o sea, no "hackeable".

Sólo había un número registrado.

Envió un mensaje: "Jefe, tengo el celular"

Un momento después recibió una respuesta: "Ese hombre cuidará de ti. No es policía, pero es de fiar"

"Gracias"

"Sigo la pista de los celulares de los camioneros. Hay número en común"

"Bien"

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