22 de abril 3:15 a.m 2021
Debo admitir que me siento cada vez más sola, el simple hecho de escribir hace que un escalofrío recorra mi cuerpo. No se siente bien, se siente vacío.
Veo cosas triste pero es difícil permitirme a mi misma que las lágrimas salgan, ¿Y si me quedo sin emociones una vez más?No se si lo sabes pero aveces cuando una persona está tan triste, simplemente deja de sentir. Yo tengo diagnosticado trastorno depresivo, aunque ya no recuerdo si el profesional que lo dijo, dijo que era compulsivo o si sólo era trastorno depresivo.
Desde que tenía 13 años me lo diagnosticaron, pero el problema venía ya desde hace mucho antes. Siempre me negué a ir con profesionales ya que ya sabía lo que tenía sin ayuda de nadie, era evidente. Cada vez que iba con un profesional intentaba fingir lo mejor que podía pero a me medida que fui creciendo le iba perdiendo el sentido. Muchas veces luego de haber arruinado el poder ir al psiquiatra y al psicólogo me arrepentia porque no me sentía bien y realmente lo anhelaba, y lloraba, lloraba por eso, sólo quería que el dolor repentino se fuera y extrañamente cuando se iba lo volvía a querer devuelta. Había estado tanto tiempo acostumbrada a el que me sentía rara al no tenerlo más.✎Escribir esto me hace sonreír levemente y estoy temblando. Mis lágrimas quieren salir por momentos pero luego desaparecen. No me permito llorar ni cuando me dejo sentir porque no puedo obligarme a hacerlo.
Se siente raro que aquí nadie me conozca, se siente raro haber dejado a tantas personas atras y a tantas personas en el olvido con un adiós definitivo. Se siente raro incluso el tratar de recordar para contarlo aquí porque realmente no quiero escribir de eso ni ahora ni nunca, quiero que eso se olvide para siempre. Ya no importa, no a mi.
Ahora mismo estoy sola y estoy cansada de escribir y decir que eso está bien. Yo realmente no lo sé, sólo se que es extrañó y no puedo hacer mucho más que pensar y decirme a mi misma que no importa y que realmente tengo miedo.
Le tengo miedo a tantas cosas y una sola cosa es la que quiero.
Yo quiero el sentimiento de pertenencia.
✎Mi vista se nubla, mis labios tiemblan al igual que todo mi cuerpo al escribir esto. Mi nariz quiere gotear, pero sin embargo no estoy llorando, las lágrimas se vuelven y no salen. Sólo no y no salen y ya no se si es bueno o malo, lo único que se es que luego de esto me recostare en mi cama una vez más y mis ojos derramaran lágrimas aunque no me sienta mal, se que en ese momento no sentiré nada aunque mis lágrimas no paren de humedecer mi almohada.
Es extraño, yo soy extraña. Fui conocida en muchos lugares, en la mayoría si no es que en todos, no fue por buenas razones. Pero era divertido.
Yo fui la líder, yo fui una de las cabezas principales y luego fui la líder o simplemente siempre lo fui sin percatarme y todo por querer pertenecer a algo. Yo sólo quería pertenecer, tener un gran grupo de amigos con los cuáles contar para todo pero yo lo arruine.✎No se porque ahora estoy sonriendo, tal vez porque es algo patético.
Siempre que pertenezco a algo cambio y lo arruinó.
Antes de ir a enseñanza media, estaba en enseñanza básica, es obvio.
Yo ahí fui conocida, tenía muchos grupos de "conocidos", escribo conocidos porque entre más lo pienso más me digo a mi misma "ellos no eran tus amigos".
En esa escuela me divertí, iba de un grupo a otro siempre con la misma chica a mi lado, la mayoría creía que yo y ella éramos novias, pero nunca fue así. Aveces ella se molestaba conmigo y yo hacia que el enojo se le desvaneciera, otras veces yo me molestaba con ella y ella sólo hacia que me sentiera horrible. Pero la necesitaba, la necesitaba para ser fuerte y que el miedo no me ganará.
Siempre tuve miedo de estar sola, si dejamos de lado las fobias, mi mayor miedo era y es estar sola.
Yo sólo la utilizaba para no acorbardarme de lo que yo quisiera hacer, siempre necesite a alguien más débil y accesible que yo y yo la había escogido a ella para ese papel. Aquella relación nunca se sintió realmente bien.
Yo hablaba todo el día en la escuela y ella me escuchaba, yo jugaba todo los recreos y ella observaba la mayoría del tiempo quedándose parada ahí, otras veces las personas de los grupos de conocidos a los que iba le hablaban, uno o dos y yo convivía con el resto. De apoco ella también comenzó a formar parte de algunos de los grupos de conocidos a los que iba y jugábamos todos.
Los juego que jugábamos eran extraños, y yo los jugaba con inocencia. Yo sólo quería tener amigos y para hacerlo tuve que fingir algo que yo nunca fui y siempre me molestó, aunque aveces me daba igual. Yo sólo imitaba lo que los demás hacían y intentaba hacerlo lo mejor que podía, hasta que finalmente me convertía en la líder de aquello aunque no lo hubiera comenzado.
Los juegos que jugábamos, alguien los había llamado "acorralarse" y "apasivar". Tratan de lo mismo, pero con distintos nombres o bueno en realidad tratan de distintas cosas pero en algún punto se fusionan, ya que tienen distinta finalidad.
Al comienzo el juego de acorralar consistía en poner a alguien contra alguna esquina y mantenerlo ahí durante cierto tiempo y luego dejarlo ir y hacer lo mismo con alguien más, el que más acorralada ganaba.
El otro trataba de poner a alguien nervioso, ya sea preguntándole algo o mirandole fijamente. Lo cuál conllevó a coquetear con cualquiera.
Ahora mismo estoy hablando de mi, así que sólo diré lo que yo hacia; yo siempre quería ser dominante, porque al no serlo me sentía débil, sentía que no estaba teniendo mi puesto. Por eso yo solía acorralar contra una pared o contra el suelo a todo mundo, sumando aquello el juego de poner nervioso a alguien, comencé a desarrollar una personalidad más confiada y coqueta.
Cada vez que tenía la oportunidad coquetiaba, me sentaba en las piernas de cualquiera, me sentaba sobre cualquiera en cualquier posición. Ya fuese que la otra persona estuviera sentada o acostada en el suelo y aveces saltaba. Pero nunca lo hice con la intención de excitar a alguien, siempre lo hice con inocencia por las caras que ponían o porque aveces les dolía que saltará tan fuerte. También en ese momento permití que muchas personas tocarán mi cuerpo, en especial mi pecho. Es decir cuando me daban un golpe en el trasero si me molestaba y les gritaba que no lo hicieran porque no me agradaba, aún que tampoco le daba mucha importancia.
La entrepierna, no diré que no me la quisieron tocar unas pocas personas o al menos las que sé, ya que estaría mintiendo. Si, quisieron tocarme la entrepierna, tanto con sus manos y rodillas, ya sabes. Cuando te abren de piernas contra una pared y con su rodilla intentan tocarte ahí. Cuando ocurrió me moleste demasiado. Recuerdo que pase de estar riendo como siempre a dejar de sentir cualquier tipo de empatía por esa persona, agarrándole la mano y doblandole los dedos para así empujarla. Fue molesto, fue desagradable. Me alegra de que en ese momento mi inocencia ya se estaba llendo. Eso ocurrió cuando tenía 13 años con una chica de mi misma edad y un chico de 14 años. Aún que cuando el chico intentó hacerlo fue distinto, con el no quería parar de pegarle combos hasta que el me los comenzó a devolver y al final nos separaron, el dejo de hablarme por un tiempo y yo a el.
La parte de mi cuerpo que más tocaron fue mi pecho. Ya fuese por encima sintiendo su forma, apretandolo con suavidad o de una forma rápida y brusca. Mi pecho nunca me importó la verdad, cada vez que me lo tocaron lo sentía como si me tocarán cualquier otra parte de mi cuerpo.
Me da risa recordar que aunque yo permitiera que cualquiera me tocará, aún así habían personas que me preguntaban si podían y yo les decía que si o aveces les decía que no para así reír y decir que era broma y que si podían. A algunos niños les daba vergüenza y nervios tocarme pero ya que querían sólo les agarraba de la mano y se las ponía en mi pecho, ellos miraban impresionados y para cuando sacaban su mano de ahí el resto de la conversación era con ellos nerviosos.
No lo entendía; ¿Por qué se ponen así por tocar mi pecho?, ¿Que tiene de especial?, si yo puedo tocar el tuyo, ¿Por qué no tú el mío?
También habían chicos que nunca se permitieron a si mismo tocarme el pecho aunque los dejará cuando me preguntaban y yo les tomara la mano acercandola a mi pecho, ellos se sorprendían, decían mi nombre y luego un "no". Y yo me reía y les preguntaba porque y si soy sincera no recuerdo ninguna respuesta en concreto que me hayan dado.
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✿𝑴𝒊 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒓𝒐✿
Non-Fiction𝐄𝐬𝐭𝐞 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨 𝐞𝐧 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚, 𝐦á𝐬 𝐛𝐢𝐞𝐧 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐝𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐲 𝐝𝐞𝐬𝐚𝐡𝐨𝐠𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐥. ♡✰𝐌𝐢 ú𝐧𝐢𝐜𝐨 𝐥𝐮𝐠𝐚𝐫 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐫𝐨✰♡ 𝐀ú𝐧 𝐚𝐬í 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐛𝐢𝐞𝐧𝐯𝐞𝐧𝐢𝐝...