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1.2 Desinterés por sí mismo y por los demás.

Pese a que Satori había dicho que no, sus amigos lo siguieron. No es que no respetaran la decisión de Tendou, sino que en verdad se preocuparon. Querían disculparse por no haber estado ahí, por creer que todo estaba bien.

Salieron de la habitación unos minutos después, para no enfrentar el regaño del entrenador. Oyeron murmullos, susurros provenientes de los cuartos.

“¿Estás seguro de que él es un gran jugador? No parece que esté cuerdo”.

“¿Se hizo eso solo?”.

“Por fin se volvió loco”.

Los susurros sólo paraban cuando ellos estaban frente a las puertas, pero continuaban con su conversación estando fuera de la visión de los susurrantes. Entre los tres, sólo pudo formarse una sensación referente a esos murmullos.

Reon tuvo lástima, tal vez incluso pudo comprenderlos; pero no los defendería frente a nadie, sólo eran crías tratando de tener entretenimiento. Wakatoshi estaba más bien indiferente, aunque una sensación de decepción afloraba. Semi, por otro lado, tenía un sentimiento arraigado en su pecho en contra de quienes soltaron esas palabras.

Asco.

¿Quiénes eran ellos para hablar a espaldas de Satori sin conocerlo? Basándose sólo en su actitud pública; actitud que, quienes lo conocen saben, es muy diferente a como puede llegar a ser en confíanza. Ellos no tenían idea de lo que pasaba con Satori, y aún así tenían el descaro de susurrar barbaridades.

Memorizó cada rostro que se asomaba por la puerta y cada voz que murmuraba entre los muros. Ellos, los susurrantes, creían estar a salvo entre las estrechas paredes de su propia habitación, pero Eita los haría ver que las ratas se pueden cazar aún estando encerradas en su madriguera.

Salieron del edificio.

—¡Ushijima! ¡Semi! ¡Reon! ¡Ustedes! —Goshiki se acercaba corriendo, jalando de la mano a Shirabu.

—¿Cómo puedes correr tan rápido? —jadeó Kenjiro.

—Tsk. Calla —le jaló el pelo—. Vinimos corriendo cuando supimos que algo le pasaba a Satori.

Un escalofrío recorrió a Semi.

—Esperen, ¿quiénes saben lo que pasó?

—¿Eh? —Shirabu frunció el entrecejo—. Nadie. Sólo oímos a los profesores diciendo que no fuéramos al edificio de tercero, por algo que pasó con Tendou.

Semi exhaló pesado, molesto con todos por difundir un rumor hasta allá en pocos minutos.

—Vamos a la enfermería —admitió Reon—. Iremos a ver a Tendou.

Una mueca de disgusto de formó en el rostro de Shirabu.

—¿Qué le pasó?

—Te explicamos en el camino—Semi puso la mano en su hombro—. Pero debemos de ir ya.

Todos emprendieron camino al otro edificio, menos Wakatoshi. Observó a Semi contarles todo lo que pasó, a Shirabu y a Goshiki escuchar con atención mientras Reon guiaba sus pasos. Pero no notó la culpa en las palabras de su compañero, tampoco el horror y la preocupación en los rostros de los menores, mucho menos notó cómo las lágrimas habían empezado a caer por la cara de todos.

30% [Haikyuu!! UshiTen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora