1.5 No aprender de las malas situaciones, carecer de remordimiento o culpa por dañar a los demás.
«¡Te lo ruego, Wakatoshi! ¡Te extraño mucho!». Su mandíbula tembló al recordar esas palabras.
—¡¿Eres estúpido o te haces, Ushijima?! —le gritó Semi—. ¡No lo viste, maldita sea! ¡No viste a Tendou! ¡No viste su cuerpo estrellarse contra el suelo!
A Semi le dolía recordar esa escena. Apretó sus puños para tratar de ahogar el deseo de estrellar la cabeza de Wakatoshi en el suelo.
—¡Él lloró horas frente a tu puerta, Ushijima! ¡Y tú, hijo de... —respiró fuerte—, ¡Él te necesitaba! ¡Y tú, como buen idiota, lo apartaste!
Wakatoshi sentía que estaba a punto de romper en llanto, pero sabía que no lo haría. Tal vez sólo era furia contenida.
—¡Él dependía de ti, Ushijima! ¡¿Por qué lo hiciste?! —Eita limpió sus lágrimas.
«A veces me siento muy mal, Wakatoshi, me siento muy muy mal».
—¿Crees que es fácil ser el soporte emocional de alguien? —susurró Ushijima—. Aún más cuando soy yo.
—¡¿Es por eso que lo apartaste?! ¡¿Por qué no querías que dependiera de tí?!
—¡Sí! ¡¿Algún problema?!
Semi enrojeció de la rabia.
—¡¡¡Eres un hijo de puta!!! —Eita lanzó su mano al rostro de Ushijima y éste se dejó golpear—. ¡Ni siquiera sé por qué nos juntamos contigo en primer lugar!—¡Yo tampoco! ¡Soy literalmente la peor persona para entablar una relación! ¡Jamás supe qué hacer con Satori, ni cuando me contaba chistes ni cuando me hablaba de sus problemas!
—¡NO LO LLAMES POR SU NOMBRE! —amenazó Semi—. ¡Si no lo considerabas ni un amigo, entonces no lo llames por su nombre!
Ushijima tardó en responder.
—Sa-to-ri.Semi se lanzó a Ushijima, con rabia.
—ERES UN-Eita se vio interrumpido por el golpe que lanzó Ushijima en defensa. Semi se levantó de nuevo, limpió la sangre de su labio partido y golpeó a Wakatoshi de nuevo en la mandíbula.
—¡MATASTE A MI MEJOR AMIGO, USHIJIMA! —gritó, desgarrando su garganta, se frotó los ojos intentando que las lágrimas pararan, su voz se rompió por completo—. ¡Eres un sádico! ¡Lo mataste cruel y lentamente!
Las facciones de Ushijima no mostraron ninguna emoción, era la expresión con la que había pasado todas las dos horas hasta que habló Eita, era la misma cara con la que oía una clase aburrida, la misma con la que escuchaba cómo perfeccionar su remate, y era la misma con la que oía los lloriqueos de Satori. Era la insensible e imperturbable expresión de Wakatoshi Ushijima.
Del resto de las personas, nadie en el funeral se atrevió a interrumpir su discusión. Aprendieron que era mejor mostrar los sentimientos ahora que reprimirlos durante años.
En cuanto Semi dejó de gritar cosas inentendibles en la cara de Ushijima, Shirabu lo abrazó, y él se limitó a llorar en el pecho de su pareja. No quería ver a Ushijima, no quería ver el nombre de Tendou en su tumba, no quería ver a nadie.
Semi había tenido la mala suerte de estar en ese momento, el momento exacto en el que Satori cayó. Seguía negándose a que su mejor amigo haya muerto.
—Creo... Creo que ya nadie tiene palabras que dedicar, ¿verdad? —habló el orador.
Los invitados al funeral de Satori se limitaban al equipo de voleibol y sus padres.
Una mano se levantó entre el pequeño grupo que se formaba. Reon caminó hasta el frente de todos.
Inhaló hondo y clamó.
—No sé si ustedes lo recuerden, pero yo lo hago claramente. Recuerdo que Tendou dijo, en una de las pláticas triviales, que el día en que muriera quería que todos sonrieran.Todos tenían la vista baja, ninguno podía levantar la mirada, porque ninguno estaba orgulloso de cómo fue su relación con Satori.
—Ahora dudo de lo que había detrás de esa frase, pero estoy seguro de que Tendou no quería ver a nadie llorar —Reon hablaba sin titubear—. ¿Saben cómo nos hicimos amigos él y yo? En primer año, en la sección B, nuestra asesora nos reunió a Semi, a Tendou y a mí porque éramos los únicos del salón que no hablábamos con nadie, nos terminamos haciendo amigos entre nosotros, y no me arrepiento de eso. Jamás me arrepentiré de haberlo conocido.
>>Entonces éramos el trío de amigos. Yo, segun Tendou, era la mamá que se ocupaba de cuidar la dieta y de regañar a sus hijos, Semi era el pobre diablo que usaba calcetines con sandalias y él era el más genial de los tres —rió con nostalgia—. Tampoco me arrepiento de esos tiempos.
>>Sin embargo, si me llegaran a preguntar, yo les respondería que sí me arrepiento de muchas cosas en mi relación con Tendou. Me arrepiento de haberme quedado castigado en el salón el día en que se fue todo a la mierda, me arrepiento no haber leído la shonen JUMP cuando me la recomendó, me arrepiento de no haberle comprado los muchos helados de chocolate que quiso en su momento. Pero por encima de todo, me arrepiento de no haberme dado cuenta de que Tendou escondía tanto dolor y tantas heridas entre sus bromas y las risas que nos sacaba —la firme voz de Reon se había quebrado—. Me arrepiento de no haberlo ayudado...
Todos los del equipo estaban llorando. Todos en algún momento se habían reído de los chistes de Tendou, todos habían tratado de entender su forma rara de bloquear, pero ninguno estuvo ahí para preguntarle por qué se había ido del equipo, nadie se había atrevido a hablarle fuera del entrenamiento.
Reon sintió una mano en su hombro. Volteó para ver a Eita ofrecerle un abrazo que con gusto aceptó.
Ambos lloraban, sintiéndose culpables.
Ellos eran sus amigos, ellos tuvieron que hacer algo. Ellos tenían que apoyarlo, tenían que cuidarlo y no lo hicieron.
Lloraron en el hombro del otro y maldijeron. Si Satori no se merecía un futuro, nadie más debía de tener ese privilegio.
Todo parecía tan surreal. Jamás se imaginaron que Tendou terminaría de esa forma, jamás se imaginaron que se cortaba y pensaron que todo estaba bien en la mente de Satori.
Fue evidente una vez que pasó; Tendou siempre estuvo roto, se refugió en mangas y chistes para que no se enteraran, pero al final siempre tuvo ese odio hacia sí mismo.
Y ellos no hicieron nada.
Nadie dijo nada más después de eso. Se despidieron entre sí, hicieron una reverencia a la estadía de Tendou y se fueron con la mirada baja.
La escuela Shiratorizawa no lo reconoció oficialmente, pero entre sus muros, entre los profesores, el personal, los alumnos y el directivo, se guardó un luto inconsciente.
Nadie copió la tarea que no hizo anoche unos minutos antes de iniciar la clase.
Nadie celebró la caza de un monstruo.
Nadie hizo chistes por ver quién llegaba primero o al último.
Nadie corrió emocionado, como si le dieran la solución a todos sus problemas, por los helados gratis de la cafetería.
Nadie quiso hacerle caso a sus dudas internas.
Fin.

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30% [Haikyuu!! UshiTen]
FanficEl 30% de quienes sufren un trauma prolongado, como el bullying, se vuelven extrovertidos; el resto son introvertidos. La mayoría, mezclando introvertidos y extrovertidos, pueden superar esos traumas y seguir adelante; el 30%, declinan. --- DISCLAIM...