Capítulo 30.

1.3K 88 10
                                    


Justin

La miré, dándome cuenta de la forma en que sus brazos se envolvían alrededor de sus espinillas se retiraban hasta el pecho con fuerza.

Era incómoda.

Ella odia que la halaguen, algo que nunca he entendido bien.

Puse mi mano libre sobre su rodilla.

-Relajate bebé- arrullé-. Eres impresionante. Me encanta tu puto color crema de piel y el ligero sabor dulce que tienen tus labios contra los míos. La curva de tus caderas y la pendiente de tus senos voluptuosos. Tú, mi amor, eres perfecta. Lo sé todo, y me di cuenta todo sobre ti.- suspiré, quitando la llave después de estar sentado de camino durante unos minutos-. Vamos a entrar bebé.

______

-Si cuelgas tu vestido en mi cuarto, vas a tenerlo limpio y seco mañana.

Murmuré un rápido gracias antes de subir los escalones e ir a la habitación de ______, con la esperanza de salir de ese momento increíblemente difícil.

Después de deslizarme fuera de mi vestido, debatí sobre si debería ir a la habitación de invitados, porque sabía que él se negaría a llevarme a casa, o volver a bajar las escaleras y comer, ya que estoy casi muriendo de hambre y correr el riesgo de quedarme con ______.

Por lo que decidí bajar las escaleras.

Poco a poco fui bajando por las escaleras traseras, las que conducen a la cocina, en lugar de tener que ir todo el camino a través de la sala, alrededor del atrio y a través del comedor. Fui increíblemente lenta escuchado cualquier tipo de movimiento.

No parecía haber ninguno.

Dejé escapar el aliento que había estado conteniendo una vez asomé mi cabeza por la esquina para no ver una sola persona a la vista.

Maravilloso.

Continuando con los pies de puntas - por si acaso él está en algún lugar cerca - me acrequé a la nevera, tomando rápidamente la botella casi vacía de mostaza, un poco de comida y una botella medio llena de agua.

No es exactamente lo que yo consideraría una comida gourmet, sino todo lo contrario en realidad.

Debido a la falta de alimentos en el refrigerador, comencé mi camino a la despensa.

Ni un solo elemento de comida había.

Mis hombros cayeron ligeramente ante la idea de dormir por la noche con hambre. Suspiré profundamente, y decidí darme por vencida y regresar arriba antes de que fuera capturada por Justin. Cerré la puerta con cuidado, mis pies ahora golpeando ligeramente contra el suelo, ya no consideró necesario ir de puntillas. En cuanto puse un pie en la escalera, que parecía no tener fin, oí pasos cada vez más fuertes cerca de la cocina.

Por alguna extraña razón, mi cuerpo no quería ceder. Me mantuve firme en el primer escalón, mientras mi mente me dijo que subiera las escaleras antes de que estubiera atrapada, pero mi cuerpo no me escuchó.

-¿______?- dijo Justin casi en un susurro.

Ni siquiera me di la vuelta antes de responder.

-¿Eh?

-¿Tienes hambre no?- la sonrisa jugando en sus labios era completamente evidente a medida que hablaba.

Apreté los dientes con irritación al ver lo bien que me conocía-

-No.

-Sí, sí que tienes. Hay Doritos y papas fritas en el armario justo a la izquierda de la pileta, la que siempre se utiliza para guardar la comida cuando dormimos fuera de casa. Si hubieras ido a la parte de atrás, podrías haber visto incluso un poco de Reese - oí el arrugamiento de las bolsas, y el ruido sordo de los dulces de chocolate.

Me volví lentamente, frente a las múltiples bolsas de patatas fritas y decenas de Reese. Lamí mis labios sólo de pensar en la comida chatarra, y lo maravilloso que sería realmente probarla.

-¿Estás segura de que no tienes hambre?- abrió la bolsa de Doritos, lentamente devorando una patata.

Mi estómago gruñó mientras mi boca se hizo agua. Me muero de hambre.

-Uhh, tal vez sólo un poco- le respondí, distraídamente envolviendo mis brazos alrededor de mi estómago.

-¿Un poco?- bajó la mirada hacia mis brazos.

-¡Me muero de hambre, bien!¡Dios, por qué tienes que ser tan insistente!

Él no respondió, la sonrisa que se había grabado en su rostro fue suficiente respuesta. Tiró la bolsa de patatas fritas abierta en mi dirección. Tan rápido como pude, sin mirar como un animal hambriento, me acerqué a las patatas, sacando una completa y devorandola poco a poco al igual que Justin. Un involuntario gemido escapó de mis labios mientras masticaba mi comida, lamiendo el queso en exceso antes de sumergir de nuevo la mano a la bolsa por más.

Pero, en un momento, cuando mi mano se desplomó hacia adelante para coger otra, golpeó el mostrador. La bolsa, claramente fuera de mi alcance. Mis ojos se dirigieron hacia Justin, la sonrisa de antes colocada en sus labios.

Gemí, haciendo un mohín con mi labio ligeramente hacia fuera, y bateando mis pestañas largas. Estiré mi mano para que intentaran llegar a la bolsa, sin embargo, durante mi intento, Justin alejó la bolsa de mi alcance.

-No tan rápido bebe, necesito algo a cambio.

La rabia que sentía por él lentamente me inundó de nuevo.

-¿Qué?- le espeté.

-Woah, chica fácil. No es nada grave, sólo un beso.

Mis ojos se entrecerraron, con mi mirada intensa sobre él. No quería un simple beso en la mejilla, o un beso en los labios. Oh no, Justin Bieber. Él quería más.

-¡Vete a la ****!- golpeé una de las manos que salió como una flecha para colocarse sobre el mostrador detrás de mí, sujetando mi cuerpo-. Justin- le susurré.

-Sólo un beso ______, Preston ni siquiera lo sabrá- su cabeza peligrosamente lenta, comenzó a inclinarse hacia abajo, hacia mis labios.

Ni siquiera podía negar el hecho de que quería darle un beso, el infierno, quería hacer mucho más que darle un beso.

Una vez que sus labios se colocaron de forma segura sobre los míos, me dio tres besos castos, suaves y dulces, antes de chupar mi labio inferior en su boca y mordisqueandolo con sus dientes. Mi cuerpo se volvió de repente en mi contra, dejando escapar un gemido gutural de mis labios. Aprovechó la oportunidad para deslizar su lengua en mi boca, y sensualmente batallar con la mía.

Me estaba volviendo loca, todo por una bolsa de patatas fritas.

Ya no podía contenerme, mi cuerpo se rindió completamente a él cuando él palmeó mi ****, me levantaba sobre la barra, colocándose entre mis piernas abiertas.

Con sus manos puestas en mis mejillas, mis manos en puños en su camisa blanca con cuello en V, tirando de él más de cerca. Su lengua comenzó lentamente a perder contacto con la mía antes de que él la sacara completamente, besándome por última vez antes de envolver sus brazos firmemente alrededor de mi cuerpo.

-No se lo digas a nadie- me susurro al oído mientras él me abrazaba.

-No lo haré, pequeña- besó mis labios una vez más, antes de girar y agarrar la bolsa de patatas. Avidamente comenzó a excavar en ella, encajando el mayor número posible en la boca antes de continuar-. Será nuestro pequeño secreto.

________________________

Justin, Justin, Justin... ¡Las traes loquitas a todas!

Madre hacia mucho que no subía capítulo aquí lo siento mucho en serio, pero como comenté en mi otra historia no estoy pasando por una buena racha.

Espero que disfruten del capítulo y no duden en votarlo y en comentarlo por favor.

PD: No dejéis de perseguir vuestros sueños.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 22, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sex without conditions  |Jb|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora