2. Nuevas caras

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El problema con desear que algo emocionante pase en tu vida es cuando sucede, quieres volver exactamente al punto aburrido en donde estabas.

Me había prometido mantenerme fuera de este tipo de situaciones.

Pero no, tengo que meterme en un lío.

Como ahora, que estaba corriendo en el medio del bosque con lo que yo creía, era una bronxiana.

Trato de mirar a mis alrededores pero solo puedo ver ramas atravesando nuestro camino, que que duras penas logró sacar antes de que golpeen mi rostro, hay grandes árboles y rocas por todos lados ¿En qué parte del bosque se supone que estamos?

Que hago en el bosque en primer lugar.

Un dolor agudo se instala en el costado de mi vientre y me hace llevar una mano a el. Pongamos en contexto que no soy una chica muy deportista que digamos y mis pulmones me estaban quemando. Necesito que paremos a descansar unos minutos, aunque parece que eso no está en los planes de ella.

Quiero llorar.

¿Por qué solo no te detienes?

Esa pregunta rondaba mi mente hace unos cuentos minutos, pero la respuesta era sencilla: no sabía que hacer.

La desconocida sigue tirando de mi a través de la tierra hasta que, luego de una eternidad de nuestra huida, nos escondemos detrás de una cabaña entre dos grandes árboles.

No podría imaginar que loco viviría en el medio de la nada, la mayoría de los locales vivía en el centro.

Camina de lado a lado cerciórandose de que ya no nos persiguen.

—Eso fue divertido—dice con voz aterciopelada, riendo mientras se sienta en el suelo.

Cuando lo hace, veo en su pierna derecha una clase de cuchillo escondido en el interior de su muslo.

Santa madre, si me escuchas, quiero que sepas que prometo no volver a leer cincuenta sombras de grey y purificare mi mente si me haces salir viva de esta situación.

¿ Dijo divertido?

Me limito a observarla, analizándola sin atreverme a soltar palabra alguna.

Era la primera vez que veia de cerca a una bronxiana, quiero decir, vi a su clase en algunos lugares del pueblo, pero jamás alguno me había hablado o literalmente secuestrado en el medio de la nada.

Solía limitarme a verlos a lo lejos.

Ellos eran físicamente iguales a nosotros pero eran una especia completamente diferente a la nuestra. Éstos manejaban una fuerza y destreza inhumana, además de ese tipo de magia oscura que usaban, aunque sólo eran rumores, jamas los había visto usarlo. Poseían algo dentro de ellos llamado Ronğlu. Los humanos solían decir que eran hijos del diablo, como nosotros hijos de dios.

Se solía decir que eran demonios, seres formados de maldad, pero mi teoría era que solo le temían a lo que no podían controlar. Y eran un potencial peligro, no había ejército humano que pudiera derrotar a uno de ellos.

Jamás habían mostrado indicios de querer invadirnos o provocar una guerra.

Lo que si se sabía, era que nos consideraban inferiores y no perdían oportunidad para demostrarlo. Como si el hecho de no irrumpir nuestras tierras, era un maldito regalo.

Cayden: El Inicio (Libro 1) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora