Capítulo 5

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Aquella mañana Abby se levantó muy temprano para practicar con Daniel y el señor Miyagi antes de irse a la universidad.

Miyagi les enseñaba a sus alumnos en el jardín trasero de la casa del anciano, donde fue su primer enseñanza. Les enseñaba la kata que les había presentado con anterioridad, mientras los adolescentes lo seguían coordinadamente.

Todo era paz y tranquilidad. El lugar era verde y con el sonido del agua del tanque y las mangueras regando las plantas, no había lugar con mayor serenidad que ese momento, en el que eran uno con su karate.

Ambos adolescentes con sus cintas de diseño personalizado, giraron sus rostros al ser los primeros en notar la presencia de un hombre no tan viejo entrando a su dojo. Aquel hombre traía una chaqueta color musgo y una llamativa cola de caballo hecha con su brillante cabello negro.

—Disculpe, ¿señor Miyagi?

El nombrado giró su cuerpo en la misma dirección que sus alumnos. Observando al hombre desconocido frente a ellos.

—Hai.—asintió Miyagi.

El hombre se acercó más hacia ellos caminando por los pasillos de madera y presentándose:

—Mi nombre es Terry Silver. Mi maestro es Kim San Jang de Corea del Sur.—se posicionó frente a los tres presentes y se inclinó en reverencia.—mi maestro envía sus respetos.

Miyagi asintió, por lo tanto, Terry Silver de acercó aún más a ellos, quedando frente a frente.

—John Kreese, del dojo Cobra Kai era el mejor alumno de nuestra escuela.—Abby frunció el ceño al escuchar al hombre de coleta, miró a Daniel, pero este prestaba atención a lo que Silver relataba.—hace sólo dos meses que supimos en Corea lo ocurrido en el torneo el año pasado. Mi maestro envia sus disculpas por el deshonroso proceder de John Kreese.

Silver hizo nuevamente una reverencia, a lo que Miyagi asintió.

—Disculpas aceptadas.

—Me enviaron para ayudar a John a recuperar su equilibrio.

Abby y Daniel miraron a Miyagi.

—Espero que tenga éxito.

Silver bajó levemente la cabeza.

—Lamentablemente, llegué demasiado tarde. Sepulté a John la semana pasada.

Abby miró por primera vez a los ojos del hombre mientras su novio reflejaba confusión en su rostro.

—¿Murió? ¿Qué ocurrió?

Abby no podía creer que el hombre que le hizo la vida imposible, aún sin pertenecer a su dojo, había muerto. Había torturado a sus amigos de Cobra Kai y en un momento de ira, casi asesina a su antiguo mejor amigo, Johnny Lawrence.

Aunque sabía que ese hombre fue malo en vida, no evitaba sentir lástima y confusión con el hombre que estaba frente a ellos.

Su mirada estaba clavada en sus pies cuando comenzó a escuchar a Silver.

—El karate era su vida. Cuando perdió a todos sus alumnos, se le rompió el corazón. John fue un héroe. No siempre fue como que ustedes lo vieron. Me salvó la vida en Vietnam.

Abby miró a Daniel y este la abrazó por los hombros, atrayendola a él. Sabía que el tema de la muerte era algo complicado para ella.

—La guerra afecta a los hombres. Todo el que estuvo allí sabe de qué hablo.

—Yo estuve allí.—contestó Miyagi asintiendo.—sé.

Silver lo miró confundido.

—¿El 442?

𝐊𝐀𝐑𝐀𝐓𝐄 𝐊𝐈𝐃 III ─ daniel larusso ⒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora