Capitulo 10

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—Sé dónde estás entrenando.—repitió Abby curando su mano bañada de sangre y color purpura en sus nudillos.

Ambos se miraban a los ojos. Daniel sin darse cuenta había retenido el aire en sus pulmones, sin hacer ningún ruido, estando completamente estático.

—¿Cómo...?

—Te seguí. La primera vez...-

—¿La primera vez? Espera, ¿cuántas veces me has seguido? Abby..acaso ¿no confías en mí?

—¿Qué querías que hiciera? Estaba preocupada, yo...Lo único que quería hacer era ayudarte, Daniel. Te comportabas de una forma bastante diferente a lo usual y, me di cuenta que algo ocurría pero...-

—Por eso traías el botiquín...—Daniel suspiro.—¿Por qué no me lo dijiste? 

—Porque confié en ti, mira, sé que tenías que entrenar y lo entiendo pero no te dije porque...creí que sabías en lo que te estabas metiendo.

—¿Confiabas?

Ambos hablaban con un tono de voz tan calmado, que ninguno pudo haber imaginado que así sería cuando todo esto saliera a la luz, ¿fue pronto? Sí, pero mejor antes que nunca. Era increíble como Abby mantenía el control en su voz y como Daniel controlaba sus impulsos de lanzar todo al suelo y besarla. 

—Escucha, sé que sabes por qué lo hice...El señor Miyagi no quiso entrenarme y necesitaba que alguien me entrenara-

—Yo estaba ayudandote a entrenar-

—Estás en el mismo nivel de conocimiento que yo, Abby.—comento con un deje de sarcasmo en su voz.

—Ah, ¿por eso recibiste ayuda de Silver, cuándo te dije que no lo hicieras?

—Espera, no, no lo conoces, Abby.—defendio.

Abby asintió lentamente y murmuró.—Es cierto-

—Daniel-san.

Interrumpió el señor Miyagi desde el otro lado de la puerta.

Abby miró a Daniel. Ambos se quedaron en total silencio. Daniel se movió bruscamente, pasando a llevar el bowl con agua hirviendo y derramando todo al suelo.

—Diablos.

Tomó un trapo y trató de secar lo que había derramado. Abby no tenía más remedio que dejar su conversación en espera y ayudar al chico.

—¿No puede venir después?—exclamó Daniel.

Abby hizo un ademán de que escondiera el bowl bajo la cama, LaRusso hizo caso mientras el le indicaba esconderse entre un mueble y su cama.

—Daniel-san, ¿por qué haces esto contigo?

—¿Hacer qué?—Daniel logró esconder el bowl en un cajón.

—Lo que estás haciendo.—habló el señor Miyagi desde el otro lado de la puerta.

—¿Por qué, señor Miyagi?—Daniel miró a Abby y le dijo que guardara silencio, a lo que ésta bufó apoyando su mejilla en su puño.—situaciones extremas, requieren medidas extremas. 

—Ah, Daniel-san, el que habla no eres tú.

El chico miró a su novia reflejando frustracion en su rostro. 

—Pero soy yo quien habla.—exclamó, caminando hacia la apuerta y abriendola, encontrándose con el anciano cara a cara.—escuche, lo siento si no le agrada, pero tengo problemas, ¿entiende? Y si usted no será parte de la solución, no haga que esto sea más dificil, ¿de acuerdo? ¡Ojalá haya entendido! 

𝐊𝐀𝐑𝐀𝐓𝐄 𝐊𝐈𝐃 III ─ daniel larusso ⒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora