«Porque alguien que sabe lo aterrador que es estar solo... no puede evitar amar a los demás.»
26.
-¿Veintiséis de marzo? Oh, te refieres... ¿a este viernes? -Enji le da un gran sorbo a su humeante té antes de dedicarle una mirada seria a Miou. Era uno de esos pocos días entre semana en los cuales el top hero podía darse el tiempo de cenar en casa, rodeado de casi todos los miembros de su familia. -No veo ningún inconveniente. Haz como quieras.
-Se lo agradezco mucho. -Miou da varias reverencias luciendo una gran sonrisa que contagio al resto.
-¿Eh? ¿Qué planeas hacer ese día nee-chan? -Natsuo sostiene el peso de su cuerpo colocando ambas manos sobre la mesa del comedor, robando la interrogante que bailaba por las mente de Fuyumi y Toya. Una duda que no se atrevieron a manifestar debido a la dura e insensible presencia de Endeavor.
-Es el aniversario de la muerte de mi padre, así que planeo ir a visitar su tumba. -Ella pronuncia con calidez, sosteniendo nostálgicamente la bandeja con la que había servido el té contra su pecho. Un sentimiento indescifrable presiona el corazón de los hermanos ante la calmada pero melancólica respuesta. La sonrisa de Natsuo se borra, los ojos de Fuyumi tiemblan y Toya no puede evitar morder el interior de su mejilla con fuerza para extinguir todo rastro de sorpresa.
27.
¿Ya había transcurrido un año?
Fuyumi recordaba el día vívidamente. Quizás en un principio no fue cercana a Miou, pero es el tipo de experiencias que difícilmente puedes olvidar.
Un maestro entra e interrumpe la clase, pronuncio su nombre en alto y ella sale del salón. Le dan una noticia inentendible para los demás, en las confidencialidad de un susurro. Ella corre, se pierde en la distancia siendo seguida por el profesor responsable de impartir el mensaje. El salón de clases se llena de murmullos y el ambiente se torna intranquilo, los maestros parecen estar impactados por una noticia que ellos no descubrirían hasta mas tarde, les impide continuar con la clase.
Himuro Jomei, padre y tutor de Himuro Miou, estaba muerto.
Luego de ese día, no se volvió a ver a Miou en la escuela hasta después de una semana.
28.
-¿Acompañarme a visitar a papá? -Fuyumi sonríe ante la mueca marcada en las facciones de Moiu. Iban de camino a la casa de los Todoroki luego de clases, por lo que Fuyumi aprovecho el tiempo que invertían caminando y conversando para armarse de valor y dejar salir esa petición. Petición que había acordado hacer en nombre de sus hermanos para que la visita fuera en conjunto. Los voz de Miou tembló en cuanto sacudió torpemente sus labios efectuando una negativa. -¡N-no es necesario que te tomes tantas molestias, créeme que no es necesario! Oh cielos, ¡me sentaría fatal obligarlos a los niños a asistir a un ambiente tan triste como el cementerio así que...!
-Mi-chan. -Apretó sus manos contra las suyas, obligándola a dejar de vomitar su falta de autoestima y confianza disfrazada de modestia. -No es ninguna molestia. Para mí sería un placer conocer al responsable de criar a una chica tan dulce como tú. ¡Y apuesto que a mis hermanos también les emocionara!
-Esta bien... apuesto que papá se alegrara. -Finalmente cede, sonriendo levemente. Fuyumi no lo sabía en ese entonces, pero el padre de Miou tenía como costumbre apretar las manos de su hija cuando está pasaba por algún momento de debilidad.
«Aquí estoy Miou, no tienes porque llorar...»
Llegó creer ingenuamente que había dejado de ser una llorona, que al concentrarse únicamente en los quehaceres del hogar, sus estudios y el trabajo podía dejar de recordar. Pero eran en momentos como este, cuando alguien cercano a ella mostraba con palabras sinceras y actos bondadosos, que jamás podría y debía olvidar lo que su padre representó en su vida. Al final recordar le dolía pero, también traía calidez a su corazón, de alguna forma mentalizar la sonrisa de su Jomei traía a su memoria que su mayor y mejor ejemplo siempre fue él.
-He sido bendecida al estar rodeada de tantas personas amables. Murmura con los costados de sus labios elevados sutilmente, conmovida de poder caminar tomando la mano de alguien a que podría considerar su mejor amiga.
29.
La primavera esta aquí.
Shoto lo supo desde hace mucho por su calendario y el cambió en el clima. Pero ahora más que nunca era consciente de que la frase tendría un significado nuevo y maravilloso en su vida.
Los pétalos de los florecientes sakura se balanceaban de un lado a otro a medida que se desprendían de los arboles. ¿Cuánto había pasado desde el accidente? Esta era la primera vez que abandonaba su casa luego de que terminara con el rostro desfigurado, por lo que fue inevitable no emocionarse al tener las cientos de pequeñas floraciones rosas danzando a lo largo de todo el panorama.
Resultaba triste reparar en que Himuro Jomei había fallecido en una época tan hermosa como lo era el Hanami. ¿Qué era lo que pensaría Miou al ver las flores de cerezo? ¿Quizás le recordarían el fatídico día en el que falleció su padre? No lo sabía, y era difícil comprobarlo ya que cada vez que Shoto miraba a Miou con el objetivo de cerciorarse siempre terminaba siendo atrapado. Y lo único que recibía era una de esas dulces sonrisas que hacían arder su corazón.
Una vez frente a la tumba, el quinteto de muchachos supo que ya no quedaría mucho por hacer. La lapida estaba impecable y en el jarrón más próximo contenía un ramo jacintos, las flor que sin lugar a duda representaba con mayor exactitud a Jomei.
Un hombre constante, cariñoso y alegre.
El olor del incienso se derramo por todo el cementerio cuando una ráfaga de viento trajo consigo una oleada de pétalos rosados, pintando de color los alrededores de la lapida.
-¡Hoy el climas es muy bueno! -Natsuo exclama, tirando con suavidad del bonito vestido oscuro de Miou lucía ese día por la ocasión. -Apuesto a que tu padre esta de muy bien humor.
-Estoy segura que sí. -Ella asiente, peinando los cabellos de Natsuo con una caricia suave.
-Himuro-san, ¡prometo que haré a su hija cien veces más feliz de lo que ella me ha hecho a mi! -Toya recita una oración en voz alta, juntando sus manos con un aplauso que sorprendió a todos.
-¡No le haga caso Himuro-san, yo le aseguro que haré a nee-chan mil veces más feliz que él! -Natsuo se une a lo que parece ser una competencia por ver quien lograba hacer más feliz a Miou. Shoto no perdió el tiempo y también participo, solo que de forma silenciosa y mucho más intima.
-¿Es idea mía o le están pidiendo a tu padre una bendición? -Fuyumi niega con la cabeza, avergonzada por el comportamiento de sus hermanos. Muchos de los que estaban ahí para visitar a sus difuntos los habían empezado a observar.
-Papá los amaría. -La de cabello castaño confiesa riendo ligeramente mientras observaba a los más pequeños. -Tanto como lo hago yo... le encantaba la gente con la misma energía y vitalidad que él tenía. Así que poder recordarlo en medio de su estación favorita rodeada de personas como ustedes... es una bendición.
Shoto lo supo en ese momento, cuando finalmente Miou derramó un par de lagrimas cargadas de nostalgia.
Iba a cumplir su promesa.
Iba hacerla feliz.
N/A: A partir de la siguiente actualización se viene el salto temporal, jsjsjs ❤
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Baby Sister
Fanfiction-La mejor forma de librarse de una tentación es caer en ella... ¿no crees, nee-chan? [Todoroki x Oc] ⚠Este contenido puede tener spoilers del manga Boku no hero academia, leer bajo su gestión ⚠ Aviso: Ni el anime, ni los personajes me pertenecen so...