Quince dieciochoavos

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15.

Lo único que recordaba luego del aniquilante dolor en su ojo derecho era la mirada paranoica de quién en alguna vez había depositado todo su amor y confianza.

Despertó en un hospital, sintiendo como uno de los hemisferios de su rostro se deshacía en un ardo tan insoportable que nada mas abrir su único ojo al descubierto, grito a gran voz. Entre dos enfermeras fue sostenido mientras el doctor le rogaba que tratara de calmarse, mientras él exigía entre amargas lágrimas que lo llevaran con su madre.

Su madre... ¿no había sido ella la causante de todo ese agonizante dolor?

No.

El verdadero monstruo era el bastardo de su padre.

Paso las siguientes dos semanas confinado en casa, soportando las penosas miradas de las niñeras que lo miraban como si fuera un ser miserable. Muchas de ellas intentaron aprovecharse de su vulnerabilidad y estado de shock para sacarle un dinero extra al bastardo de Enji, pero se aseguró de hacerles la vida imposible hasta que ellas renunciara. Que sus hermanos fueron unos inadaptados -detalle que también era gracias a Endeavor- había hecho que espantar a las féminas se tornará extremadamente sencillo.

Hasta que ella apareció...

16.

-¿Te gusta? -Miou cuestiono con suavidad luego de que Shoto probara un bocado del almuerzo de ese día.

-No me hables. -La fulminó, pero su hostilidad no fue suficiente para hacer que ella dejara de sonreír.

Bicho raro...

Tal y como le había pedido, la de cabello castaño no emitió ni una sola palabra hasta que el plato quedó vacío y el pequeño estómago satisfecho.

-Hace bastante calor... ¿no crees? -Dijo ella, jugando nerviosamente con sus dedos intentado sacar al tema que ya era hora de que se aseara. Después de todo, Shoto había estado aislado en su habitación desde la mañana del día anterior. -¿No te gustaría tomar un baño? ¡T-te ayudaré!

-Puedo hacerlo sólo.

-P-por supuesto...

Ella eligió un atuendo limpio y cómodo de entre las numerosas prendas que llenaban el armario de Shoto. Quizo probar con colores vivos que combinarán con sus ojos, piel y se adaptaran a su edad. Después de todo el pequeño solía vestir con colores opacos lo hacían parecer más triste y sombrío.

17.

-¡¿S-Shoto-kun?! -Miou dio un salto en cuanto un ruido ensordecedor provino de la bañera. Estaba por abrir la puerta del baño pero una aguda y testaruda voz se lo impidió.

-¡No te atrevas!

-¡¿Estas bien?! ¡Déjame ayudarte!

-No... -Soltó un gemido débil. No quería ser odiaba por ese pequeño y herido niño, ¿pero qué importancia tenía cuando su frágil  vida podía correr peligro? Ignoró su obstinada demanda y entró al baño. -Haré que te despidan...

-¡Cielo Santo, estas ardiendo! -Hizo caso omiso a sus amenazas y lo sostuvo entre sus brazos, sin saber lo humillado qué sentía Shoto al estar desnudo frente a su odiaba niñera.

-Déjame... -Intento apartarla, pero estaba débil y todo a su alrededor se veía borroso.

-¡Ya es suficiente! -Aturdido por el tono firme y severo que Miou había empleado, cerro su boca y la miró sorprendido. Ella lo envolvió en una toalla y lo dejó sobre su cama, armada con una cantidad generosa de toallitas húmedas lista para dejarlo limpio a como de lugar. -Levanta los brazos. -Le ordeno sin una pizca de duda, él obedeció al instante, mudo y rígido. Lo ayudó a colocarse la ropa interior y el conjunto que había escogido, satisfecha por su docilidad.

-Ugh... -El jadeo, sintiendo un dolor punzante en el ojo que permanecía bajo la capa de vendaje.

-Voy a cambiar las vendas. -Advirtió, tomando una pequeña tijera para cortar la tela ahora obsoleta y sucia. En cuanto la fresca herida quedó expuesta, Miou sintió que perdía el aliento.

-Es repugnante... ¿no crees? -Intento provocarla para de una vez por todas sacarla de su habitación, pero no obtuvo el resultado que deseaba ni el que esperaba.

Una pequeña lágrima escapó del ojo de Miou, haciendo que Todoroki se quedara quieto, con los ojos bien abiertos.

La zona estaba al rojo vivo, inflamada y distorsionada. Su ojo apenas era reconocible gracias a la espesa capa de piel lastimada que parecía devorar su rostro. Pensar en todo el sufrimiento que aquella gran herida debió causarle le encogió el corazón. ¿Por qué? ¿Por qué un niño tan pequeño como él debía soportar algo como eso? ¿Cuán doloroso debió ser cargar con esto él sólo? ¿Qué había hecho para tener algo así grabado en su piel?  No había pena reflejada en sus ojos que Todoroki podía aborrecer, lo que ella experimentaba era un crudo y agonizante dolor en su corazón. Su simpatía había alcanzado tal extremo que incluso sintió comezón en uno de sus ojos.

Lloró en silencio, mientras con toques pacientes y dulces aplico el ungüento y una nueva capa de vendaje.

18.

Nada más terminar con su cometido abandono la habitación sin decir nada, llevando con ella la bandeja de platos vacíos y un enorme nudo en su garganta. Dejando a un aturdido Shoto con palabras que no pudo pronunciar, y su pequeña mano suspendida en el aire... apuntando a la dirección por donde su joven niñera se había marchado.

Nada mas poner un pie en la cocina, aseguró la puerta y se hecho a llorar amargamente. Lloró por las heridas de Shoto, tanto las física como el daño emocional y el trauma por el que debía estar pasando. También derramo lágrimas por los otros tres hermanos; por la tristeza que bañaba los ojos Fuyumi cuando estaba sola, las travesuras que Natsuo hacía demostrando lo hambriento que estaban de atención y los sentimientos que Toya guardaba con tal de no ser una molestia. Lloró por todo eso y más, abrazándose a sí misma buscando un poco de consuelo del que su tembloroso cuerpo necesitaba.

-N-no se que hacer papá... no sé... que hacer...




N/A: Enserio lamento la demora, tengo todas las ideas y como desarrollar los capítulos bien claros en mi mente... pero las palabras no salen y siento que me escritura se esta volviendo sosa y repetitiva ;C

Y gracias por todo el apoyo, si no fuera por sus votos y comentarios la verdad ya me hubiera rendido xd <33

Baby SisterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora