Cap 2

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Taehyung

Por la mañana la luz del sol estaba muy brillante. Era la primera
vez que la veía desde que pasaba la mayoría de las mañanas durmiendo por la borrachera de la noche anterior. Me paré en frente de la ventana mirando por encima del patio trasero. Mis abuelos me dejaron esta casa cuando murieron. Soy afortunado, pude haber sido un sobreprotegido de mierda, pero mis abuelos me recompensaron. Me criaron bien. El abuelo me pateaba el culo cuando me pasaba del límite, y si estuviera vivo, se lo agradecería. Su hijo, mi papá, era un vago. Mis abuelos hicieron todo por él, pero todo lo que hizo fue involucrarse con la gente equivocada en la secundaria. Se metió fuertes drogas, embarazó a su novia drogadicta y aquí estoy. No soy un chico religioso pero todos los días le doy gracias a Dios por la intervención de mis abuelos en mi vida.
Esta casa es muy grande para mí, pero no puedo soportar la idea de venderla. Amo esta casa. Simboliza amor y familia, cosas que ya no veo en mi futuro. Quería esas cosas, pero sólo si Sloan era parte de ellas. Sin ella, ya no me interesaba. Me sentía y me veía como una mierda. Mirando alrededor de mi habitación conté más de una docena de botellas vacías dispersas por el piso. Pasé las manos por mi cabello grasiento, ¡asqueroso!
No soy un chico guapo pero me gusta estar limpio. Me quité los bóxers y fui a la ducha. El agua caliente se sintió genial cayendo sobre mi cuerpo. Mi bronceado se desvaneció y mi piel se limpió. Me desplomé contra la pared y me deslicé hacia el suelo. Había descuidado todo desde que ella me aplastó como un insecto, incluyendo mis entrenamientos diarios. Mis abdominales no se veían tan impresionantes a cómo eran generalmente, todos los tragos recientes de alcohol hacían efecto en mi cuerpo. Lavé mi cabello y mi cuerpo aún sentando en el piso.

Cuando salí de la ducha no me molesté en vestirme apropiadamente. Me puse rápidamente unos bóxers y fui a la cocina para tomar una bolsa de basura y llenarla con las botellas de mi habitación. Mientras me dirigía al cubo de basura en la parte trasera, encontré más botellas por toda la casa.

Las últimas semanas fueron borrosas, ahora sabía por qué. Abrí mi mini—bar y lo vacié. En la cocina conseguí una aspirina y Coca Cola. Ya me sentía un poco mejor. Buscando en la nevera por algo decente para comer, escuché que tocaban la puerta. Cerré el refrigerador y caminé por el corredor preguntándome quién podría ser. El trabajo era mi vida y lo descuidé durante mucho tiempo, ahogándome en mi propia miseria. No suelo tener visitas porque no estoy mucho en casa. Paso todo mi tiempo resolviendo casos. Abrí la puerta y vi a Clair, viéndose feroz y lista para una pelea. Este era un lado de ella que nunca antes vi. Tenía recuerdos vagos de mi anterior borrachera, casi pensé que había imaginado su comportamiento mandón la noche pasada, pero claramente no lo imaginé.

—Clair, ¿qué estás haciendo aquí?
Sus ojos se veían vidriosos y luego lamió sus labios, seguía viéndose feroz pero de una manera sensual. Sentí mi pene contraerse. Miré abajo para asegurarme de que no se diera cuenta y noté que no llevaba nada de ropa. Mierda. Mi pene sobresalía claramente en mis bóxers, y se ponía más duro. Mientras ella más miraba, más duro me ponía. Mierda. Me cubrí con ambas manos antes de hablar.

—Yo, em, lo siento, entra e iré a ponerme más ropa.
No dijo nada, sólo asintió y volvió a lamer sus labios. Miiiiierda. Corrí a través del pasillo, pasé la cocina y doblé hacia mi habitación para ponerme rápidamente el primer pantalón y camisa limpia que pude encontrar. Me sentía complacido de haber limpiado un poco esta mañana, aun sabiendo que Clair vio cómo se encontraba mi casa la noche pasada. Los recuerdos llegaron a mi mente como una película reproduciéndose en mi cabeza. Clair, usando esos diminutos shorts rosa y esa camisa tan reveladora. La imagen no ayudó con la erección que tenía ahora mismo. Clair era linda y todo, pero nunca antes me sentí atraído por ella. Nunca me hizo sentir excitado o me hizo contenerme por querer quitar su ropa. Tomando una respiración profunda pasé mis manos por el cabello. Acababa de renunciar a las mujeres y ahora de repente tengo una enorme erección por la pequeña y tranquila Clair. Pero esa no era la Clair que arrancó mi cabeza la noche pasada o la que ahora está en mi sala. No, no la pequeña y tranquila Clair; la ardiente y exigente Clair. Se ha ido y ahora me excita. No tengo ni idea de cómo tratar a este pequeño volcán. Sabía que mi pene la deseaba pero eso no iba a suceder. Un golpe en la puerta me sacó de mis pensamientos, y luego Clair entró llena de confianza y carisma. ¿Quién era esta chica?
—¿Qué estás haciendo? —Se encogió de hombros pero seguía viniendo hacia mí.
—Te demorabas mucho y tengo algo que decirte. Si te demorabas más me hubiera puesto nerviosa, así que vine.
—Oh.
—Deberías sentarte porque estoy muy segura de que esto va a ser una gran impresión. —Arrugué mis cejas con confusión, no tenía ni idea de lo que pasaba. Caminé hacia mi cama y me senté en el borde esperando que me pusiera al tanto. Empezó a inquietarse y no podía quedarse quieta. Ahora se paseaba por la habitación mientras flexionaba los dedos. De repente se detuvo en medio del cuarto antes de decir dos palabras, que de haber estado de pie me hubieran hecho caer.
—Te quiero. —Abrí la boca y mis ojos se ampliaron. Parpadeé varias veces y cada vez que abría los ojos ella seguía parada, retorciendo sus dedos ansiosamente. Tenía que decir algo pero no sabía qué.
—Clair, yo… no sé qué decir. No sabía que me veías de esa forma, quiero decir, nunca dijiste nada, ni siquiera insinuaste estar interesada. — Asintió, su largo cabello rubio se balanceaba de arriba abajo junto con su cabeza. Clair era una persona muy lógica, podría decir que escuchaba y aceptaba mi respuesta.
—Lo sé, así soy. No quise soltarlo así. En realidad, no quería decírtelo.
—Entonces, ¿por qué lo hiciste?
—Bueno, quiero decir, iba a decirte que siento cosas por ti, pero no hasta ese punto.
Esta es una conversación que nunca imaginé tener con Clair. Es una mujer increíble, pero no la conozco fuera del trabajo. No tenía que ser un genio para ver lo inocente que era. No me refiero a lo sexual, su mirada cuando llegó esta mañana era cualquier cosa menos inocente. Sólo era pura, como si nunca en su vida hubiera tenido un mal pensamiento. Es una persona realmente agradable. Si pregunta cómo estás, es porque en verdad le importa, no porque esté siendo educada. Y estoy muy seguro de que no tiene ni un hueso egoísta en su cuerpo. Por mucho que mi pene lo quisiera, no la podía corromper con mi mierda. Cerré los ojos y me froté las sienes tratando de suavizar el dolor intenso. No podía lidiar con esto ahora mismo.

Undeniable atraction - KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora