Cap 5

28 8 0
                                    

Taehyung

Cuando Clair me dijo que la siguieron esta mañana me hallaba
muy cerca de perder totalmente mi mierda. No podía creer lo tranquila que era al respecto. Sólo quería tenerla en mis brazos y encerrarla en mi casa, donde supiera que estaría a salvo hasta que me enterara de lo que pasaba. Algunos dirían que exageraba, pero los hombres de su pasado no debían ser tomados a la ligera.
Hice algunas llamadas, pero parecía que todos los posibles sospechosos de su pasado aún se encontraban fuera de acción. Lo cual era un alivio, pero quedó la pregunta, ¿quién mierda la miraba? Le pregunté si tenía alguna idea de quién podría ser, pero no sabía. Las chicas como Clair no hacen enemigos. No mataría una mosca, y mucho menos a una persona.

Cuanto más lo pensaba, me volvía más irritado. Esto es lo que hago para vivir, encontrar personas. Pero no tengo ninguna pista. No hay punto de partida, nada. Pasando mis manos por mi cabello por enésima vez hoy, dejé escapar un gruñido de frustración.
—Santa cachucha.
Oí a Clair maldecir en la sala, la versión de Clair para maldecir. Dejé la puerta entre nuestros espacios de trabajo abierta así podría escuchar si alguien aparecía. Salí y encontré a Clair cubriendo su dedo con un pañuelo manchado de sangre envuelto alrededor de él.
—¿Qué hiciste?
Me miró con lágrimas en sus ojos y comenzó a sollozar. Me hallaba a su lado en un instante y me arrodillé a su lado, tomando su dedo lesionado en mis manos para examinar los daños. No se veía muy mal, sólo un pequeño corte en su dedo índice. Pero sangraba como una perra.
—¿Cómo te has cortado?
Es la persona más cuidadosa que conozco, ser torpe no es lo normal en ella.
—El abrecartas. Lo siento. No prestaba atención, lo limpiaré.
—No tienes que pedir disculpas. Estás bajo mucho estrés en estos momentos. ¿Me imagino que has estado pensando algo de tu pasado hoy?
Una triste sonrisa levantó sus labios.
—Bueno, supongo que lo hago. Pensaba sobre mi mamá cuando me corté. Sólo… realmente la extraño, ¿sabes?
Entonces las lágrimas cayeron como una cascada. Mierda, no soy bueno con las lágrimas y las emociones. Nunca antes quise consolar a una mujer llorando. Cada vez que me encontraba con un cliente entre lágrimas, llamaba a Clair para que tratara con él. Pero me encontré queriendo hacerla sentir mejor. Así que le aproximé a mí y la abracé fuertemente. Los abrazos ayudan con esta mierda, ¿no?
Luego de unos minutos, se alejó de mí; extrañé el contacto de inmediato. Limpió sus mejillas manchadas de lágrimas con la mano e inhaló profundamente. Sus ojos estaban hinchados con manchas negras debajo, con esa mierda de chicas de pestañas, y su nariz roja. En pocas palabras, era adorable.
—¿Estás bien ahora?
Dio un leve asentimiento antes de comenzar a disculparse nuevamente.
—Te lo dije, no es necesario pedir disculpas, Clair. Está bien. Déjame ir a buscar el botiquín de primeros auxilios y limpiar esto, ¿sí?
Sorbió su nariz y accedió a que limpiara su dedo. Cuando regresé con el botiquín de primeros auxilios, había recuperado la compostura y limpiado las cosas negras debajo de sus ojos. ¿Cómo es que nunca noté lo hermosa que es? Mis instintos protectores destellaron a la vida. Tengo que protegerla de quien la esté observando. Mis instintos nunca se equivocan, y en este momento, me dicen que esto está lejos de haber terminado.

Cuando volví a su escritorio y empujé una de las sillas de repuesto en la esquina le tendí la mano para tomar su dedo. Era tan gentil como era posible, pero ella seguía haciendo muecas cuando pasaba el algodón con alcohol para limpiarlo.
—Lo siento, debería haberte dicho que picaba.
—Está bien, sabía que lo haría. Sólo soy una cobarde.
Su sonrisa volvió a su lugar. Y qué hermosa sonrisa era; entonces mordió su labio inferior. Mi polla tembló.
—¿Te estoy lastimando?
Sus mejillas se sonrojaron a un suave tono de rosa.
—No, umm, nada, no es nada, estoy bien.
Se retorcía en su asiento, entre más frotaba sus muslos más duro me ponía. Mierda, eso no es bueno. Rápidamente finalicé de limpiar su dedo y envolví un curita alrededor de él.
—Ahí tienes, listo.
Tuve que alejarme de ella antes de que hiciera algo estúpido, como enterrar mi cara en esos hermosos pechos. ¿Siempre se viste tan provocativa? Seguramente no, me habría dado cuenta. Hoy parecía una modelo pin up sexy. Llevaba su largo cabello rubio recogido en un moño revelando su esbelto cuello, y ese conjunto, bueno, jódeme. Su falda se subió por encima de su pierna, exponiendo sus cremosos muslos. Y arriba, tenía abiertos dos botones de su camisa, dándome una buena vista de sus pechos. No una grande, pero era más que suficiente.
Me puse de pie bruscamente, casi haciéndola caer de su asiento en frente de mí. Mis manos se lanzaron, agarrando sus hombros para sostenerla.
—Mierda, lo siento.
Sus mejillas se veían de color rojo brillante ahora, echando un vistazo más abajo de donde enfocaba, viendo la enorme e inconfundible erección presionando contra mi cremallera. ¡Mierdaaa!
Di un paso atrás girando sobre mis talones y me fui hacia la seguridad de mi oficina. Una vez dentro, cerré la puerta y me senté detrás de mi escritorio. ¿Qué demonios pasa conmigo? Esto es una locura. No tiene ni siquiera que tocarme y mi polla es sólida como una roca y lista para rodar.

Undeniable atraction - KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora