Ya era bien entrada la noche en el hospital general de la ciudad, ambos jóvenes se encontraban ya cansados caminando recién a tomar su cena, por desgracia el día de hoy les tocaba turno nocturno. Los alfas se conocían prácticamente de toda la vida, sus familias eran vecinas desde antes que nacieran y sus padres por consecuencia eran muy buenos amigos, eran prácticamente como hermanos.
–¿Estás bien con el turno de noche?– le preguntaba preocupado el rubio a su compañero de trabajo –Tienes ojeras muy grandes, más de lo usual.
–Sabo-nii... no puedo relajarme ni un momento en este lugar– derrotado admitió el pelinegro, no había dormido nada en los últimos dos días gracias a que su lindo omega había caído enfermo y lo tenía que cuidar, pero cayó la casualidad que justo le tocaba turno de noche –Luffy no mejora nada, ya lleva una semana así y no le encuentro solución.
Sabo solo se reía de su cuñado, el hombre podría ser uno de los mejores médicos del lugar pero cuando se trataba de un simple catarro de su hermano Law caía en desesperación absoluta, tenía el presentimiento que su bonita pareja moriría si no estaba con él.
–Eres todo un caso Law, sabes que estará como nuevo en un par de días– el rubio trataba de calmar un poco a su mejor amigo, recordándole las buenas defensas y lo hiperactivo que era su hermanito.
Law solamente se revolvía el cabello con las manos en una medida de agotamiento, solo quería estar mimando a su pequeño y consintiéndolo en todo lo que pudiera, Luffy era prácticamente su mundo.
–Por cierto Law ¿A quien dejaste a cargo de Luffy?– el pelinegro trago en seco, sabía que Sabo lo mataría si se enterara que lo dejo en manos de su mellizo.
–M-mi papá– dijo tratando de convencer a su amigo siéndole inútil. Sabo era un amor con sus hermanos pero sabía que el dúo de hiperactivos no era una buena combinación, y menos si los dejaban solos.
–No me mientas, tío tenía turno hoy también– arrugo el ceño siendo firme. –Demonios– pensó el pelinegro, odiaba que supiera todo lo que pasaba en el hospital –¿Como lo dejas a cargo de ese desquiciado? Si tu bonita casa está patas arriba no me eches la culpa a mi después Trafalgar.
–Ace era el único disponible, aparte no creo que haga tanto desorden– dijo auto convenciéndose el alfa, estaba muy seguro que su casa era un desastre para esas horas.
–¿Y Sanji-san?
–Zoro entró en celo ayer, no tenía por donde escapar.
Ambos amigos suspiraron agotados para encaminarse a los estacionamientos de los médicos, lujosos autos para ser sinceros.
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Al llegar a su gran penthouse pudo percibir un leve olor a quemado y unos sollozos provenientes de la sala, eran las cinco y cuarto de la mañana y no era normal escuchar a alguien llorar. Después de correr unos pocos metros por el gran pasillo pudo ver a su otro cuñado abrazado de sus propias rodillas mientras lágrimas caían de sus ojos, la sala estaba hecha un desastre de mantas y papeles (con probablemente mocos al interior) regados por todo el suelo, sin mencionar el sofá lleno de palomitas.
–¿Ace qué pasó?– tratando de llamar la atención del pobre chico que soltaba lastimeros sollozos, este levantó la cabeza y le pidió perdón –No tienes porque preocuparte, puedes ir a casa ahora.
–Gracias Law– dijo entre más llanto –, pero por tu culpa Luffy ya no me quiere, te quiere más a ti.
Ace era un sobre protector con Luffy, y le dolía que este lo rechazara y esquivará, quizás que le había dicho ahora a su hermano mayor para que se pusiera así.
–Se quedó dormido mientras veíamos una película y al despertarse me rechazó al no ser tú, me lanzó el bol lleno de palomitas en la cara y se fue a la habitación– sorbiéndose los mocos Ace se retiró de la casa pidiendo perdón por el desorden.
Law pensaba que haría con esa familia tan loca que le había tocado conocer, todos y cada uno de los integrantes tenía un drama distinto. Al entrar a la cocina vio el desastre que había dejado su cuñado, probablemente al tratar de cocinarle a Luffy con su inexperto conocimiento; decidió ignorar todo el desorden en la casa y subió para ver como se encontraba su hermoso esposo.
Al entrar a la habitación pudo comprobar sus sospechas, Luffy había entrado en celo, y probablemente por eso había rechazado a su hermano. El omega al sentir el aroma del alfa salió de su escondite debajo de las mantas para llegar a su compañero.–Mi amor... ya llegué– el más alto alzó entre sus brazos al omega mientras repartía besos por toda su cara. Luffy, por su parte, tenía su nariz en el cuello del Trafalgar, amaba ese olor a madera e invierno que desprendía su alfa.
–Torao, quiero a Torao– decía quejoso y molesto el pelinegro restregándose contra el cuello de su pareja a la vez que mordía la marca que le había hecho a Law varios años atrás, si bien no era tan común que un omega marcara a un alfa, se daban casos como el de Luffy, que al ser un omega dominante no le gustaba que su alfa oliera a otras personas y presumía orgulloso a su esposo.
–Okey monito– dijo para besarle castamente los labios a la vez que lo acostaba en medio de la cama con sumo cuidado.
Esa madrugada no fue nada más que ellos dos queriéndose de forma apasionada y gentil, después de tantos años nunca perderían el amor que uno siente por el otro.
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Together [OMEGAVERSE]
FanfictionHistorias cortas de la vida en pareja de los Ships de One piece, no siguen línea de tiempo. LawLu ZoSan MarAce + Los personajes le pertenecen a Eiichiro Oda y la historia es completamente mía.