Capítulo 10 (parte 2)

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El mar de flores que decoraba el jardín trasero de la casa era toda una maravilla, muchos de los invitados se tomaban fotos con las decoraciones de fondo y de paso recorrían cada una de las diferentes muestras de los brotes que tenían en exhibición, las sillas de estilo playero estaban decoradas con un listón de color celeste pálido en el respaldo y cada una tenía el nombre de los invitados, más que nada para asegurarse de que nadie pudiera colarse al evento. Una carpa de telas blancas, que se hallaba construida hasta atrás del patio, tenía en su interior las elegantes mesas en donde cenarían todos una vez oficializado el matrimonio. La comida que estaba acomodada perfectamente sobre cada una de las mesas había sido cortesía del que sería padrino en la boda, el mejor amigo de ambos, Sanji.

Todos estaban compartiendo anécdotas o conversando de cosas triviales cuando de repente avisaron por alto parlante que todos debían sentarse, ya que la ceremonia ya iba a empezar. Los invitados no eran pocos, pero tampoco eran demasiados, el equipo nacional de voleibol y algunos más del equipo al que pertenecía Luffy estaban sentados hasta atrás, los amigos de ambos y compañeros de clase estaban al medio, algunos acompañados de sus parejas, y la familia estaba adelante, pero claro que sus cuidadores y mayordomos tenían un lugar especial en su corazón por lo que los colocaron con sus familias, ya que así los veían.
Sengoku llegó con su nieto bien vestido y peinado pulcramente,  pero lo que más sorprendió a la mayoría y le causaba gracia a unos pocos era que sus mejillas estuvieran rojas como dos tomates maduros; el serio Law de mirada amenazante sonrojado hasta las orejas.

El alfa peli-negro se posicionó en el altar junto a un sacerdote que oficializaría su matrimonio a la espera de su omega, sentía que se desmayaría ahí mismo. Corazón lloraba a mares mientras que su esposo lo consolaba, Dragon estaba igual de nervioso que Law y ambos abuelos se reían por el actuar de sus hijos, Sabo, Ace y Bartolomeo ya se encontraban sentados en sus respectivos puestos.

Law se estaba por morir del nerviosismo y la música sonando de fondo no ayudaba en nada a calmarlo. Pero ahí apareció su omega acompañado de su padre; Luffy dejó sin habla a Law gracias a lo bonito que se veía y las feromonas, que gracias a Dios solo el podía sentir, de felicidad que desprendía. A ojos de Trafalgar nada podía lucir mejor que Luffy en ese momento, verlo caminar del brazo de su suegro vestido tan hermoso mientras en su cabeza tenía un velo que cubría su sonrojada carita y los pequeños pétalos que volaban gracias a la ligera brisa era una imagen perfecta que recordaría hasta el día de su muerte; sus ojos se aguaban solos, no podía creer que ese día había llegado por fin.

Una vez Luffy llegó al altar y se posicionó en frente de Law le dio una mirada cargada de amor y de confianza que hizo los nervios del alfa esfumarse, el sacerdote empezó con su típico discurso una vez sintió que ambos novios habían terminado con sus miradas de amor.

–Querida familia y amigos, el día de hoy estamos reunidos aquí para ser testigos y celebrar el santo matrimonio de Trafalgar D. Water Law y Monkey D. Luffy. Señores Luffy y Law, por favor, junten sus manos y mírense uno al otro.

Ambos hacían caso a las palabras del señor de túnica blanca, se tomaron de las manos con tranquilidad y levantaron sus rostros para dedicarse una sincera sonrisa de felicidad a cada uno, no podían estar más felices en ese momento.

–Monkey D. Luffy ¿estás listo para unirte a Law por toda la vida, creyendo que tu amor y fe van a soportar todo?– habló con calma hacia un sonriente Luffy.

–Lo estoy– dijo con toda la seguridad de su vida.

–Trafalgar D. Water Law ¿estás listo para unirte a Luffy por toda la vida, creyendo que tu amor y fe van a soportar todo?

–Lo estoy.

Los votos de ambos solo fueron para recalcar más su inmenso amor y devoción que se tenían el uno al otro, unas traicioneras lágrimas corrieron por las mejillas de Luffy una vez habían oficializado su unión como pareja y habían dado el beso que sellaría ese compromiso por la eternidad. Cuando bajaron del altar fueron abordados por sus cercanos que los felicitaban y lloraban con ellos, sobretodo Bartolomeo.

Luego de unos minutos de charla y buenos deseos, Luffy golpeó con su codo el brazo del peliverde mayor para preguntar si todo estaba listo y según lo planeado, a lo que respondió que si con un gran sonrojo en la cara.

–¡Es hora de tirar el ramo!– exclamó con alegría el recién casado a los demás solteros, que valía decir, no eran pocos y se aglomeraban a su alrededor con rapidez.

Se subió con extremo cuidado a una silla tratando de divisar la larga y rubia cabellera encontrándola no tan lejos de ahí y atento a los movimientos del monito; Luffy se dió media vuelta y empezó a hacer el amago de lanzar las flores por su espalda unas cinco veces para luego darse vuelta y dar un saltito abajo de la silla, se encaminó hasta el mayordomo de su esposo y le entregó las flores bajo una mirada de sorpresa y nerviosismo.

–¿No encuentras que son muy bonitas? Deberías tener unas así para el día de tu matrimonio– dijo Luffy radiante, todos miraban la situación con ojos de asombro ¿acaso el precioso beta estaba en una relación?

Luffy lo dio vuelta con sumo cuidado y se encontró a su novio secreto, bueno ahora no tan secreto, arrodillado y mostrando un sencillo pero precioso anillo puesto en una cajita de color carmín. Sintió como sus ojos picaban con la amenaza de que se salieran sus lágrimas.

–M-mi querido y lindo Cavendish– habló nervioso el de pelos verdes –Hemos estado juntos hace muchos años en una relación que es secreta y ya no quiero que esto siga así, quiero tomarte de la mano y besarte mientras estamos con nuestras familias, q-quiero que... empecemos una familia como la de Dragon-san y Shimizu-san, quiero amarte con todo mi corazón dentro y fuera de nuestro acogedor departamento.

Las palabras que salían de la boca de Bartolomeo solo hacían que el rubio llorara sin consuelo por el amor que sentía en ese momento, estaba extremadamente feliz. Calló a su novio con un amable beso y acepto con emoción la perfecta propuesta.

–Nunca pensé que esto saldría bien– suspiró aliviado Law, ganándose un coscorrón por parte de Luffy y uno de Cavendish por haber estado involucrado y ni siquiera darle una pista.

–Par de mocosos casados– dijo con humedad lágrimas en sus mejillas el de larga cabellera –, gracias por todo.

Los ahora marido y esposo aceptaron las gracias de Cavendish y lo abrazaron con fuerza casi sacándole el aire.
Luego de todo el escándalo de propuesta todos se encaminaron a la carpa llena de comida y se dispusieron a comer, el ambiente que se sentía era familiar y tan especial que nada del mundo arruinaría ese momento, ni siquiera el peor tormento.

Together [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora