wish you were sober ; muke

capítulo 5

Michael Clifford.

El chico se sentó en frente mía y de Josh. Yo no quería ni mirarlo pero en cuanto me topé con sus ojos, no hubo vuelta atrás.

Eran verdes como esmeraldas y profundos como un bosque. Un bosque en el que me quedé completamente perdido. Pero salí al escuchar mi nombre.

—... pero Luke va a otra clase así que no nos lo encontraremos mucho... —le dijo Josh a Michael. —A veces nuestra clase coincide con la suya pero solo cuatro o cinco clases a la semana. ¿Qué rama has elegido?

No me había dado cuenta de que estaban conversando.

—Artes —respondió Michael tímidamente.

—Igual que Luke, yo he escogido Ciencias —dijo Josh. —Entonces tu coincidirás en más clases con Luke.

Yo había peleado mucho con mis padres por entrar en artes, ya que ellos querían que entrase en ciencias.

—Las clases de artes son los lunes, los jueves y los viernes —solté por fin. Era la única parte que recordaba del horario.

Michael sonrió levemente al escucharme. Me preguntaba que estaría pasando por su cabeza.

—Sí y nosotros tenemos- —Josh empezó a hablar pero fue interrumpido por una chica rubia que apareció en nuestra mesa.

—Hola Luke, ¿qué tal? —se sentó a mi lado pegándose a mí. —¿Te acuerdas de mí?

—Sí, esto... ¿Alex? —le chica asintió sonriente.

—Verás... Estaba pensando que a lo mejor podríamos ir tú y yo al baile de bienvenida, después de lo de la otra noche tú- —dijo pegándose más.

Había olvidado el baile de bienvenida completamente. Solía ir con Ashton ya que él no tenía pareja y yo no quería llevar a ninguna de las chicas con las que me había acostado.

—La verdad es que no quiero ir... contigo —interrumpí alejándola. —Que nos hayamos acostado no significa que vaya a hacerte caso... —yo parecía completamente indiferente pero tenía ganas de reír. Escuché como Josh reía un poco apartando la mirada y sonreí a punto de reírme con él.

—¿Y con quién vas a ir si no? —la chica parecía dolida por el rechazo, el cual la gente estaba observando obviamente.

—Pues... —me paré a pensarlo y caí en la cuenta de que no había nadie que mereciera la pena llevar. Mi cara se tornó triste. —Probablemente no iré.

Eso fue suficiente como para que Alex se dirigiera enfadada hacia la puerta, recibiendo burlas y comentarios. Mientras que yo no reía, me quedé con la mirada perdida. Ya no me hacía tanta gracia.

—¿Por qué no ibas a ir? —me preguntó Michael. Sí, el nuevo chico popular y yo estábamos hablando, todo el mundo volvía a mirarnos disimuladamente.