capítulo 14

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—Y yo a ti también, Lukey.

Automáticamente sonreí al escuchar esas palabras, incliné la cabeza hacia arriba y dejé un beso en la barbilla del pelirrojo.

Él se puso a mi altura y me besó en los labios como si fuera la primera vez. Era un beso tierno y sincero, sin prisa, sin ganas de matar la curiosidad. Era un simple beso que llenó mi cabeza de fuegos artificiales.

Solo habían pasado dos semanas desde que nos conocimos y conectamos. Su nombre resonaba en mi cabeza.

Al separarnos, sus ojos verdes brillaban y sonreían. Igual que los míos, ojos que me daban el placer de contemplar a Mike.

—¿Podemos ir a mi casa? —el teñido interrumpió mis pensamientos.

—Sí, por favor —me levanté de la cama perezosamente y nos fuimos del lugar.

• • •

Por la mañana desperté acurrucado en el pecho desnudo del pelirrojo, sin recordar nada de lo que pasó cuando llegamos a su casa.

—Ey, buenos días —susurré moviéndolo suavemente, aunque realmente eran las 2pm.

—Buenos días —susurró de vuelta con los ojos aún cerrados.

Antes de que malpienses, Mike no hubiera querido hacer nada conmigo en ese estado, no había pasado nada nuevo.

Sin moverme de los brazos del teñido, empecé a recordar lo ocurrido en la noche anterior. Los besos con Mike, los gritos de Ashton y el momento en el que descubrí que cierto pelirrojo me hacía sentir mariposas.

No sabía a donde quería llegar con eso pero le había dicho "Te quiero". Y solo lo conocía de medio mes... Pero... habíamos tomado tanta confianza en tan poco tiempo. Él era muy importante para mí.

Eché un vistazo rápido al teñido y me levanté de la cama. Hice el desayuno como si estuviera en mi propia casa y lo puse en la mesa para ir a despertar a Michael.

—Mike —le dije al oído poniéndome encima suya. Abrió sus ojazos verdes. —Hay tortitas en la mesa esperándote.

El teñido sonrió felizmente.

—Si vuelves a hacer eso, dormirás aquí todas las noches —me dio un beso en la mejilla y fuimos al comedor.

Si solo pudiera hacer una cosa para siempre, sería almorzar tortitas con Michael. Él hacía bromas y yo reía como una adolescente enamorada. ¿Cómo había dejado que esto pasase?

—Gracias, Lukey —me dijo una vez terminó. —Así se pasa mejor la resaca.

Antes de poder decir nada, sonó el timbre. Michael desapareció del comedor un momento para volver con una noticia para mí.

—Es Ashton, quiere hablar contigo.

wish you were sober ; mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora