Capítulo 10: no soy tonta

48 3 0
                                    

Por primera vez en mucho tiempo tenía que pedir permiso para algo, era algo raro, por lo general, ellos me decían que saliera y me daban permisos sin que yo pidiera, -decían que tenía que ser más social- ahora tengo que pedirlo.

—Papis...

—Lo sabía, algo quieres. No por nada haces un lindo gesto para nosotros

Siempre de dramático.

—No, papi Harry. El desayuno si lo hice por voluntad propia, no para pedir algo.

—Deja que hable, amor.

Papi Harry ya no hablaba y creo que era momento, ambos estaban en silencio esperando a que dijera algo.

—¿Puedo ir a comer con Madd?

—Si

—No

Ambos lo dijeron al mismo tiempo. Papi Lou le dio un codazo en el brazo a papi Harry, como si lo estuviera regañando por decir una respuesta errónea.

—Auch — de quejaba por el golpe, hasta yo vi que no fue tan duro. Estaba sonando su brazo y seguía hablando 

—aún no acababa. No puedes ir hasta que nos digas dónde vas a estar.

—Aún no sé a dónde vamos pero voy a estar con Madd y tienen mi ubicación en su celular.

—Claro que noooo — se notaban nervioso, no sabían que yo sabía.

—Ya no mientan, sé que siempre saben en donde estoy porque rastrean mi celular.

—¿Qué te hace creer eso?

Hace años lo descubrí, estábamos en México, cursaba la primaria en una escuela pública y tenía algunos amigos con los que salía. Un día, le dije a mis papás que iba al parque con Max -un amigo- pero después dijimos que mejor al cine, ahí estaba Madd comprando boletos para todos y fuimos. Llegué a casa y me regañaron, mientras ellos no estaban al pendiente, revisé uno de los celulares, había una aplicación de rastreo. Nunca les dije que sabía.

—La aplicación que tienen en sus celulares y no soy tonta. La otra vez me llamaron diciendo "¿Por qué estás en el cine si dijiste que irías al parque?" Se delataron solitos.

—Ya lo sabe — se susurraban entre sí

—Ya me di cuenta

—¿Entonces? — les pregunté nuevamente, se estaban desviando del tema.

—Si, puedes ir.

—Gracias

[. . .]

Ya estaba lista para irme, ahora sólo faltaba que Madd viniera por mí.

Bajé, sola, por el elevador y llegué a la planta baja, donde está recepción. Madd había llamado y dicho que ya estaba ahí, sólo tenía que pasar la multitud.

Estaba esperando a que entrara por la puerta, atenta a cualquier movimiento que pasara. Entraban personas pero no ella ¿La habrán detenido las personas?

—¡BABYYYYYY! — escuché la hermosa voz de Madd llamarme desde atrás, volteé y allí estaba, se ve más hermosa en persona que en cámara y en fotos. 

—¡AMOOOOOOOR! — Corrí hacia ella con los brazos abiertos, ella hacía lo mismo. Necesitaba uno de sus abrazos cálidos y hogareños.

Nos juntamos y abrazamos fuertemente, de verdad la echaba de menos, no tenerla junto a mí durante años, fue una tortura.

—Te extrañé tanto

—Y yo a ti, ya necesitaba ver tu hermoso rostros de bebé — apretaba mis cachetes con sus manos, dice que tengo muchos y ese es un problema, no deja de apretarlos.

El chico de ojos verdes (Aidan Gallagher) [Pausada Por Falta De Imaginación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora