Capítulo 35: la respuesta

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El sábado por la noche, Aidan había dado el paso. Preguntó por los sentimientos de tn, pero no a las personas correctas.

Louis y Harry se pusieron nerviosos, tenían ganas de decir que si, que a TN le gustaba Aidan; no pudieron. Pensaban que era mejor que su hija dijera la verdad, que se expresara y que las cosas le pasaran a ella. Lo que no sabían, es que la habían cajeteado.

—No...

Aidan no los dejó continuar. Iban a decir que no podían decir nada, que no estaban seguros, que no les había dicho nada; inventar algo... No pudieron. No los dejaron.

Cuando Aidan se fue de la casa, los padres estaban mas nerviosos, sabían que había hecho algo mal. Tal vez habían arruinado la vida amorosa de su hija. Todo un malentendido.

—¿Qué hemos hecho? —se llevó las manos a la boca y trataba de morder sus uñas.

—Lo arruinamos, amor. Lo arruinamos. —quitó las manos de su pareja de su boca. Era algo inútil que intentara morderse las uñas que no tenía.

—¿Qué le vamos a decir a tn?

—Decirle a TN ¿qué? —preguntó a sus padres mientras bajaba las escaleras. Harry y Louis se miraban entre sí, sin saber qué decir.

—Que... Sólo hay cereal para cenar. —fue lo único que le salió a Harry, no quería que su pequeña se molestara con ellos, no ese día, ya habían tenido un problema esa tarde.

—Puedo vivir con eso.

[. . .]

Mañana del domingo.

Aidan y Madd quedaron en ir a un Starbucks para hablar. No le diría su respuesta por mensaje, tenía que ser cara a cara. Ser valientes. Enfrentar las cosas.

Una chica rubia se preparaba para su salida, esa cita tan esperada. Estaba nerviosa, con miedo, ansiosa; tenía varias emociones juntas. No sabía la respuesta que le daría, ni se la imaginaba, pero esperaba que fuera una buena, no quería pensar en una mala.

Se puso linda, perfume caro, labial rojo que combina a la perfección con su piel pálida, rimel negro y un delineado grueso para resaltar sus hermosos ojos azules. Una blusa de tirantes roja algo pegada y un pantalón de mezclilla acampanado con algunos agujeros en los muslos; estaba lista.

Llegó al lugar gracias a un Uber, ahí estaba él, el chico de ojos verdes que robaba toda su atención.

Se acercó a la mesa en donde Aidan estaba y se sentó.

—Hola, Aidan.

—Hola, Madd. Pedí tu bebida favorita.

—Gracias...

Hubo un silencio... Incómodo. Aidan no sabía por dónde comenzar.

—Gracias por venir.

—No fue nada. Dije que esperaría, pero veo que tienes la respuesta antes de lo que yo planee.

—Si. Sobre eso...

—¿Quieres ser mi novio? —Madeleine no sabía si en verdad quería escuchar la respuesta, algo no iba bien y lo sabía. Aún así, preguntó.

Aidan le dio suspenso a la pregunta con un gran silencio. —... No, Madd. Me siento muy halagado, pero no puedo aceptar tus sentimientos.

—¿Por qué? Hay alguien más ¿No es así?

—Si. —bajó la cabeza— es una chica muy linda... —levantó nuevamente la cabeza. —Tu también eres linda y mucho, pero... Ella... Creo que es la indicada.

—¿Puedo saber quién es?

—Si, claro. Es... tn.

—Okey...  —¿le había dolido? Claro que sí, a cualquiera le duele cuando lo rechazan. Se mostraba feliz, en verdad lo estaba. Su amiga había ganado, Aidan tenía la última palabra y él había escogido a TN. —eres un suertudo.

Es amiga de ambos y los apoyaría pese a todo, es lo que los buenos amigos hacen.

—No lo creo... Yo no le gusto

—¿Cómo lo sabes?

—Sus papás me lo dijeron.

—Esos... —Madd se detuvo, sabía que Harry y Louis habían hecho algo mal y también sospechaba que no le habían dicho nada a TN. —Ten fe, puede que las cosas cambien. Tu decides lo que pase después.

—Gracias, Madd. —le sonrió.

Terminaron de desayunar ahí, platicaron y las cosas volvieron a ser como antes. Ese pequeño momento no iba a arruinar toda su amistad.

[. . .]

—¿Qué haremos hoy? —preguntó Louis a su familia

—Estaba pensando en una noche de fogata ¿Qué les parece?

—Mala idea, mañana tienes clases.

—¡No tengo! El maestro dijo que iba a ir a qué le pusieran la inyección para el COVID, que se cancelan las clases.

—Mocosa suertuda. —Puso los hotcakes que le había hecho a su familia en la mesa. Louis tenía un delantal que decía "para la mejor mamá del mundo", lo había hecho la niña en el kinder, es un lindo detalle aunque algo ofensivo.

—Que... ¿Qué es eso papi? —señaló el plato, los hotcakes estaban quemados, deformes y muy muy delgados.

—Su desayuno. —dio una sonrisa de triunfador, orgulloso por su logro.

—Dile, mocosa. Dile que no te gusta su presentación. —Harry quería ver cómo le rompía su corazón a Louis cuando le dijera que su desayuno era horrible.

—Se ven mejor que el pan francés de hace meses. —agarró uno del plato y le dio una mordida— no saben tan mal.

—Hija de la chingada. —se levantó de la mesa y azotó la servilleta que tenía en las manos en la mesa— Provecho —se fue del comedor. TN se encogió de hombros ante la mirada de su padre.

Al final, decidieron que si se haría la fogata, sería en el patio de su casa con algunos malvaviscos y galletas, chocolate y algunas otras botanas. Invitaron a Madd y esta invitó a Aidan.




El chico de ojos verdes (Aidan Gallagher) [Pausada Por Falta De Imaginación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora