Capítulo 13: mala suerte

50 4 2
                                    

Pasaron unos días tranquilos, algunos inconvenientes pero se resolvieron, ya era el concierto de Harry, él -más que nadie- estaba nervioso. La familia iba en el auto de regreso al hotel, había otra "roca en el camino" (un obstáculo) que les impedía cumplir con su misión, pero no la dejarían.

—Apúrate, papi —presionaba

—Tenías que haber olvidado la bolsa de los atuendos —regañaba el novio quien manejaba a máxima velocidad -lo que se le permitía, en realidad-

—Se me olvidó, estoy nervioso, emocionado y aterrorizado —Harry iba jugando con sus manos, movía rápido los pies y subía y bajaba las rodillas, en algunas ocasiones se trataba de morder las uñas, pero como no tenía, no podía.

—Pero ya lo has hecho antes, ¿que tiene de nuevo para ti esto? —preguntó su hija, ella ya había presenciado miles de conciertos por parte de su padre y NUNCA había estado así de nervioso.

—Anoche se me olvidó hacer mi ritual de la suerte y me está afectando. —siempre, antes de algún concierto, está meditando y vaciando algo con un calcetín sucio, baila, canta y dice palabras raras para "la buena suerte", cada quien tiene su método para creer que le va a salir perfecto todo. K

—Que supersticioso —murmuró el mayor, pero su pareja -quien iba a su lado- lo escuchó

—Pero es verdad, nunca se me había olvidado hacerlo y ahora que no lo hago... Dejo la ropa en el hotel

—le pudo haber pasado a cualquiera, papi. —trató de consolarlo

—Tienen razón, no es nada malo —trataba de tranquilizarse a sí mismo

Luego de unos pocos minutos, se poncha la llanta del auto —ay no, LO SABÍA, la mala suerte me persigue por no hacer el ritual

Louis puso el auto en un lugar seguro, a modo de no estorbar a los demás autos que pasaban por la carretera. Los mayores salieron del auto a revisarlo, su hija se quedó dentro y bajó la ventanilla para ver qué había pasado.

Louis se agachó para ver qué tan grave era lo que había pasado, sólo era una llanta ponchada, nada malo o nada que no se pudiera reparar —Saca la de repuesto, amor

Harry asintió y fue atrás para abrir la cajuela. Luego de abrirla y ver en su interior, volvió con su pareja. Lo miró y antes de hablar, trató de parecer y sonar lo más tranquilo y calmado posible —No hay

—¿Cómo no va a haber?  —fue con Harry y vio que, efectivamente, no había llanta— pero si siempre hay una de repuesto

—¡¿POR QUÉ A MI?! —no pudo más, perdió la calma— el concierto empieza como en una hora y media y nosotros AQUÍ

—Tranquilo, papi — habló desde la ventanilla

—¡¿Cómo quieres que esté tranquilo?! ¡Mi concierto va a empezar sin mi! ¡Y ahora te estoy gritando! — comenzaron a salir lágrimas de sus ojos, se sentía mal por hablarle así a su pequeña, jamás lo había hecho

—No pueden hacer eso, tú eres el concierto, si no estás no hay concierto — trataba de consolarlo Louis, evitando el tema de los gritos

—Peor, las personas se van a decepcionar — no podían, Harry parecía no ceder ante las palabras de aliento de su familia

—okey, esto es lo que haremos. — habló la niña — Tenemos que esperar...

—¿Cómo que esperar? Te estoy diciendo de mi...

Interrumpió a su padre antes de que empezara con sus dramones de hombre —Hall me dijo que él iba por los atuendos

—Pero están en la habitación, no tiene llave

El chico de ojos verdes (Aidan Gallagher) [Pausada Por Falta De Imaginación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora