Instintos [TanIno]

Capitulo 5

Estaba realmente confundido, nunca en la vida un "no puedo" le había importado tanto, su corazón dolía por esas palabras y su cabeza no alcanzaba a entender porque. Durante los dos almuerzos que tenían Inosuke intento ver a Tanjiro para comer juntos, pero para su sorpresa pues no pasaba seguido el alfa no estaba en su salón. En el descanso más largo comían todos juntos pero en esta ocasión Tanjiro puso la excusa de que se sentía mal, pasando un periodo completo en la enfermería. Mientras en el receso corto simplemente comió en otra parte.

Pero ahora que por fin lo tenía enfrente de el Tanjiro le había rechazado, cuando Inosuke se acercó al final de la clase para que lo acompañara a su club como todos los días, este le dijo que tenía cosas que hacer. Pero demonios era terrible mintiendo e incluso alguien distraído e insensible como Inosuke podía darse cuenta. Era la mentira más vil que podía decirle y claro él no tendría un no por respuesta. Era el rey de la montaña por todos los cielos.

– ¡Tu no tienes nada que hacer!– gritó completamente enojado el peliazul apretando los puños– ¿¡estás tratando de engañarme Gompachiro!?

– ¿De qué ha-hablas? Claro que tengo cosas que hacer– sonrió el mayor mirando a otro lado como gesto de mentira mientras apretaba la mandíbula.

El menor se cruzó de brazos expectante– ¿Cómo cuales?

– Pues ayudar a mamá en la panadería... claro, es mi trabajo... ¿no?

– ¡Tu trabajo en la panadería empieza más tarde! ¡ahora acompáñame a mi club o a comer no importa! Solo vamos– el menor tomó la muñeca de Tanjiro quien de inmediato la apartó como si el toque le quemara.

– ¡No puedo mi trabajo está empezando ahora mismo! Lo juro que es verdad– el alfa tomó sus cosas y corrió fuera de la escuela, escondiendo su cara en todo momento.

Después de un incómodo silencio, tras la partida del pelirrojo, Zenitsu por fin habló– ¿Te acaba de rechazar?– Inosuke mirando a Zenitsu y a Kanao que no creían lo que acababan de presenciar.

Ambos estaban nerviosos por la reacción del omega, quien con una sonrisa apretada y el ceño fruncido lo dejaba notar su furia. Miro la mano con la que había tocado al otro y la apretó, sintiéndola cálida. Era esas veces en las que sentía el enojo porque algo no salió como él dictaba. Eso solo lo hacía hervir de frustración.

Tanjiro prácticamente había huido y eso hizo enfurecer a Inosuke hasta sacarle venas del enojo, comenzó a caminar hacia su club, con pasos fuertes, todo mundo se alejaba de su camino por temor a desatar toda esa ira comprimida. Ese día todos sus compañeros del club sintieron lo que era la furia de una bestia personificada. Incluso ganó nuevos rumores ¿Cuántos huesos rompió ese día? Nadie lo sabía solo el chico que realmente mandó a la enfermería.

Al salir de la escuela después de una reprimiendo del director, y un castigo limpiando los pastos de la escuela, se había encontrado a un grupo de vándalos que solía encontrarse molestando cerca de la escuela.

– Pero si es el pequeño nuevo omega, ¿Qué haces tan solito por aquí?

Inosuke no respondió, estaba furioso con su situación con Tanjiro que no le importaba nada más. Ni siquiera las palabras dichas por ese sujeto, cuyo nombre nunca recordaba.

– ¿Qué pasa tu orgullo se esfumó por ser un omega?– el chico se acercó al peliazul, quien lo miraba ahora si poniéndole atención– siempre supe que lo serías, esa cara de niña solo podía ser de un patético y debilucho omega.

– ¡Ya cierra la maldita boca Kuso, no me dejes pensar!

– ¡Mi nombre es Kunio estúpido!

– Se que eres estúpido, pero no me importa lo que digas, ¡si quieres pelea entonces eso tendrás!