Capitulo 8

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Inosuke caminó cansado hasta la parte de atrás de la escuela, se sentó en el pasto junto a unas flores del club de jardinería. Estaba saliendo cuando se encontró con unos tipos que buscaban pelea y como un buen sujeto se las dió, por lo que tenía algunos moretones de golpes que lo alcanzaron. Dejó su mochila a un lado de si, debía de hacer algo con sus heridas, ya que podrían suspenderlo por eso si algún profesor lo veía por ahí de esa forma. Entonces llevó sus brazos a sus piernas envolviéndolas, sin querer pensar en él, recordando a Tanjiro, porque él siempre estaba ahí para curarlas, con delicadeza las sanaba mientras le regañaba por meterse en peleas sin sentido. Extrañaba esos regaños aunque fueran una tontería y no prestara atención a ellos, ignorando su preocupación pero ahora era diferente.

Las palabras de los tipos con los que peleó regresaron a su mente– "solo eres un inútil omega"

No era posible que Tanjiro pensara lo mismo que ellos, de palabras de Daki los omegas eran vistos como un objeto hace años, solo con la utilidad de traer bebés al mundo. Aun en la actualidad había personas que los veían así, y los despreciaban. Pero Inosuke estaba seguro de que para Tanjiro era imposible que despreciara a alguien solo por esa estupidez, el chico era amable y de sentimientos puros. Su distanciamiento se debía a otra cosa. Pero estaba harto queriendo golpearlo cada vez que lo veía a la distancia, el día anterior que quería ir con todo a comer pan de los Kamado pero sabía que de esa forma se volverían a ver y debía darle su espacio aunque fuera tonto.

– Ino-Inosuke...

La voz cálida y temblorosa hizo que levantara la cara, casi como una ilusión el pelirrojo se encontraba enfrente de él. Sus mejillas sonrojadas y la mirada huyendo de la suya no dejaba de evitar mirarlo. Pero claro que no era una ilusión era el verdadera Tanjiro aunque fuera difícil de creer con lo mucho que se esforzó en huir de él antes.

Estaba nervioso por hablar después de tanto tiempo cuando la sorpresa llenó su cara– ¿Eh? Tienes una herida en la mejilla ¿te duele?

El alfa se apoyó sobre sus rodillas preocupado y llevó su mano a la mejilla contraria, el toque espanto al menor y como un animalito brinco en su lugar, Inosuke mostraba nerviosismo en su cara junto a un ligero sonrojo que intentó esconder con un ceño fruncido– N-no es nada, hace un rato me estrellé con una puerta... ¡pero no te preocupes le di un golpe realmente fuerte que también le deje una marca!

– Estabas peleando ¿cierto?... debemos desinfectarla y ponerle un curita.

– ¡Te dije que no es nada!

Aun si parecía enojado no evitó que el pelirrojo se apartara de su lado, con un pañuelo que sacó de su bolso, limpio la herida con agua que sacó de su mochila. Del bolsillo de su pantalón sacó un curita y se lo puso con sumo cuidado. Inosuke no perdió la vista de cada acción que hacía el otro se sentía en paz como si en verdad todo debía de ser así y es que para él era así, las cosas obvias no debían ser difíciles.

El alfa notó que su amigo estaba distraído y nervioso, el mismo no sabía que estaba haciendo o que debía de decir. Llevaban días sin hablarse, quería arreglar las cosas y por esa razón lo siguió después de ver cómo peleaba con otros chicos. Rengoku le había dicho que lo mejor que podía hacer era ser sincero y hablar con su amigo. Aunque buscaba confesarse estaba preocupado por Inosuke en general apenas entraba en su rango espacial, sabía identificar quién estaba a su lado, era una extraña habilidad muy útil en ocasiones. Pero por eso era difícil asustarlo, ahora incluso se acercó sin que pudiera escucharlo y le sorprendió.

– Pensé que le habías prometido a Shinobu-san que ya no te lastimarías más– el peliazul no respondió y solo gruñó como respuesta– ¿Qué harías si tus heridas son peores? Vas a preocupar a tu mamá.

Instintos [TanIno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora